MAKE ME 2 [Rafe Cameron]

El mejor

Después de que aquel hombre se vaya, Rafe saco 10 euros de su bolsillo y elevó el brazo para que el camarero le viera.

Por su gran altura el camarero no le costó verle, asique alcanzó el dinero y le sonrió.

Porfin Rafe me miró, me miró de arriba abajo.
No parecía sorprendido, nunca lo parecía, todo se quedaba en su interior, pero ya le iba conociendo, se que cuando algo le gustaba entornaba los ojos, y eso hizo.

-Te gusta lo que ves?- Le dije picara.

Rafe puso medio sonrisa y se acercó más a mi.
-Quien te ha dicho eso?-

- Tu mirada.-

Rafe se acercó más a mi cara, sin apartar sus ojos de los míos y con las manos en los bolsillos.
-Ah si? y mi mirada también te ha dicho que quiero follarte en este instante?-

Me sorprendí por su comentario pero me puso a mil.

-Eso me lo acabas de decir tú.-

-Y que te parece?-

Puse mis manos en su gran pecho y me acerqué a su boca.
-Eso va a tener que esperar.-

Derrepente su mano se colocó en mi muslo y comenzó a subir con rapidez y agilidad hacia mis partes, rozandolas.

Cogí aire y me estremecí.
-Segura? sabes que siempre sales perdiendo.- No paraba de hablarme con esa sonrisa victoriosa.

-Esta vez no.- dije en un suspiro.

-Alomejor cuando tú quieras yo no estoy dispuesto.-

-No lo creo.-

Rafe dejó quieta su mano y después de unos segundos la apartó, volviendo a meter sus manos en los bolsillos.

-Creo que ahora vas a tener que ganarte el mejor polvo de tu vida.-

-Ahi uno mejor aún que los anteriores?-

Rafe se acercó a mi oído y susurró.
-Soy una caja de sorpresas Pogue.-

Se alejó y me miró por última vez de arriba abajo y comenzó a alejarse de mi.

Mi boca estaba abierta.
Rafe era impresionante, impresionantemente sexy joder.

Después de todo aquello, mis amigos y yo ya estábamos en la pista de baile, con nuestras bebidas depositadas en una elegante copa que parecía bastante cara.

En ese momento me sentía diferente, pero me gustaba.

Sonaba Losing it.

Todos alzábamos nuestros vasos y bailábamos y bebíamos.
Sarah y yo perreamos hasta el suelo mostrando nuestros grandes dones para perrear.