Capitulo 5:

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Podía decir que Damon era el vampiro más sexy de la historia vampírica. Siempre, incluso antes de comenzar a ver la serie, tenía una pequeña obsesión con Ian Somerhalder... ahora teniéndolo frente a mí, bueno, siendo separados por una mesa, e interpretando al mejor papel que ha interpretado —valga la redundancia— puedo decir, ¡Gracias dios, por dejarme conocer de esta manera extraña al amor de mi vida!

—Bess —escuché la voz de Elena, sacándome de mis pensamientos— ¿Crees que sea posible buscar a Caroline? —fruncí el entrecejo—. Quiero decir, que la busques... con magia— alcé una ceja.

—Claro —sonreí— después de todo soy una bruja, no buena, pero bruja al fin y al cabo.

Volví mis pensamientos a lo que anteriormente estaba pensando. ¿Quién creería una historia, donde una simple chica cae en un mundo ficticio? Nadie, es decir, ni yo misma creeré esto cuando lo cuente.

—¿Puedo saber en qué piensas?— giré el cuello como el mismísimo exorcista y centré mi atención en un par de ojos azules.

—En muchas cosas —hundí mis hombros y tome la taza de café—. ¿En qué piensas tú?— lo miré fijamente.

—En muchas cosas —sonrió y puedo jurar, que el elástico de mi ropa interior se hizo mierda—. ¿Podremos traer alguna vez a Stefan de vuelta?

—¿Qué te hace pensar que no? —caminé hasta él—. Es tu hermano, y por mucho que estén disputando el amor de la misma chica —Un pequeño destello de rabia salió de mi interior— se quieren y siempre serán hermanos.

—¿Qué te hace pensar que estamos disputando el amor de Elena?— suelta una pequeña carcajada.

—No soy tonta, lo parezco pero no lo soy— sonreí.

—¿Quieres que te demuestre que no estoy pelando con mi hermano por eso?

Estoy casi segura, que acerco su rostro al mío a propósito.

—¿Qué pierdes con intentarlo?— sonreí, mientras sentía mi corazón a millones de latidos por segundo.

—No mucho —Su aliento chocaba con mis labios, mis labios esperaban su beso. Su beso no llegó nunca. Fue interrumpido por Elena.

—Lo siento —dijo y me alejé, un tanto molesta, muy molesta.

¡SANTA MIERDA! ¡DAMON IBA A BESARME!

Quería acercarme a Elena y tirar sus cabellos castaños, quería sacar su ojos mieles y hacerlos sopa, quería arrancar cada uno de sus dedos y hacerme un collar y con sus dientes un par de aros a juego.

—No te preocupes —dije, ante el silencio que se había formado—. ¿Buscamos a Caroline o no? —sonreí— una rubia loca suelta por ahí, no es del todo bueno.

El ambiente se aligeró.

|...|

Tyler se encargó de Caroline. Elena, Damon y yo estábamos camino a Chicago; una hermosa ciudad, llena de locuras y que sinceramente no sabía cómo estaba en esta dimensión

Resultaba que Stefan y Klaus se encontraban ahí. Verlos nuevamente no era del todo malo, no cuando eres una fan enamorada y obsesionada con un montón de vampiros, que además de ser terriblemente guapos, son malos por naturaleza y eso de cierta manera me atrae.

Damon nos guió al ex departamento de Stefan. Mientras que él se fue en busca de no sé qué mierda, quedarme a solas con Elena no era algo malo, pero recordar que interrumpió mi momento casi maravilloso con el buenurro de Ian, sí era algo malo.

De pronto y tras largos minutos de silencio, escuchamos pasos, así que con toda mi fuerza metí a Elena en es escondite que el ojiazul nos había enseñado. Era bastante aterrador saber que todos los nombres de la pared habían sido víctimas de Stefan hace un par de décadas.

Yo por mi cuenta, me escondí, pero suelo tomar terribles decisiones con respecto a mis escondites.

Klaus y Stefan entraron, ambos. Sentí mi pulso acelerarse y mi sangre calentarse, corríamos el riesgo de ser descubiertas y asesinadas aquí mismo.

¡NO PODÍA MORIR EN UNA DIMENSIÓN ALEJADA A MI VIDA REAL!

Aunque no era mala idea que Klaus clavara sus sexys colmillos en mi cuello.

—¿No sientes eso? —apreté los ojos—. Hay alguien aquí —apreté los labios y aguanté la respiración— Reconozco ese aroma, es bastante difícil de olvidar.

—¿Quién es?— preguntó el ojiverde.

—Bess Martin —salí de mi escondite—. Espero que no te hayas olvidado de mi— sonreí—. Hola Klaus ¿Qué te trae por aquí?— crucé los brazos.

—¿Qué te trae aquí a ti?— dijo él.

—La verdad, curiosidad. Damon me hablo de este lugar —hundí mis hombros—. ¿Por qué no conocerlo? Era posible que encontrara algo y pudiera buscar a Stefan con mis propios encantos— sonreí.

Entonces todo paso a velocidad tortuga, así es, velocidad tortuga. Stefan abrió el escondite y entró, vio a Elena, de eso no hay duda estuvo al menos unos diez segundos mirando a la nada y salió.

—Mira lo que encontré —Mi cuerpo se contrajo y mi mundo casi calló— Un botella de un buen bourbon —Mi cabeza se giró por si sola y los ojos verdes de Stefan se encontraron con los míos—. ¿Tu no bebes?

—La verdad es que sí —sonreí— Pero últimamente lo hago con la gente que me agrada —. Caminé y tomé la botella— además tiene muchos grados de alcohol ¿sabes cuento es eso en calorías? —Nunca fui una chica que se preocupara de eso, pero necesitaba echarlos—. ¿Qué les parece ir a beberse esta botella fuera?

Klaus sonrió.

—¿Vienes con nosotros?— preguntó.

Suspiré.

—¿Por qué no? —sonreí y caminamos a la puerta—. Aunque no me agrades —que mentirosa soy— el licor es bueno.

¡Dios, gracias por esas situaciones de extremo riesgo y demasiada sensualidad!

Una fan en Mystic Falls |TVD| EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora