Capitulo 32:

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Los huevos revueltos no eran mi especialidad, pero por primera vez en mi vida me habían quedado realmente sabrosos, junto al café que inundaba mis fosas nasales.

La música de Beyonce sonaba desde mi celular por toda la cocina, Mooke me miraba con su cabeza ladeada y meneando la cola desde la mesa, era divertido verme bailar.

—Buenos días— escuché a mis espaldas.

Quise morir.

¡TRAGAME TIERRA!

Justo estaba meneando el trasero como un trompo y a Ian se le ocurre entrar en acción.

Giré mi cuerpo suavemente y lo miré, todo era exactamente igual a la vez que Damon me pillo bailando sobre la cama.

Estaba apoyado en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados sobre el pecho, sonriendo y mirando cada uno de mis movimientos

—Buenos días— sonreí tímidamente.

—El aroma a huevo me despertó —sonrió—. Hace mucho tiempo que no tomo un desayuno como la gente, acompañado con gente —alce una ceja divertida—, sin ofender Mooke— miro al gato y le acaricio las orejas.

—Siéntate que yo te sirvo —iba a protestar, pero no lo deje—. Es lo menos que puedo hacer, luego de dejarme quedar en tu casa— serví su café.

El mejor de mejores de los desayunos de la historia, ¿Un desayuno malo con Ian Somerhalder? Jamás de los jamases.

Por dios ¡ES IAN SOMERHALDER!

—Hoy tengo que ir a grabar —hizo una mueca—. Pero cuando vuelva nos vamos a cenar— sonrió y quise morir, ¡Me derretía!

—No tienes que hacer esto Ian, de verdad —tomé su mano por encima de la mesa y sentí como su piel respondía a la mía, como nuestras pieles se reconocían.

—Esta noche tienes que estar lista —sonrió, cruzando su mano con la mía—. Y mañana iremos al estudio.

¿Algo mejor que eso? ¡¿ALGO?!

—No sabes lo mucho que.... —No pude dejar salir las siguientes palabras— Gracias Ian, por todo— sonreí.

Y cuando me refiero a todo, es todo, incluyendo el hecho de que le diera vida a Damon Salvatore.

—Debo marcharme —sonrió y se puso de pie—. Espero que Mooke no sea una molestia.

|...|

Estaba en cada página que tratara de Ian, mi fotografía estaba dando vuelta el mundo y yo que ni siquiera salía linda, ¡Jodida vida!

Las horas se habían pasado volando mientras yo buscaba trabajo y algún departamento rentable; no quería irme de aquí, pero no quería parecer una abusadora.

El reloj marcaba las seis con treinta, ¿Qué HA PASADO CON EL TIEMPO? ¡DEBO ARREGLARME!

El agua fría golpeaba con brutalidad mi cuerpo, dejando el cabello largo pegado a la espalda, aunque las gotas eran como pequeñas espinas, resultaba bastante agradable la sensación.

¡No sabía que ponerme! ¿Elegante? ¿Casual? ¿Desordenada? ¿Alocada?

—¡Bess! —chillé suavemente y sonreí ¡Ian estaba en el departamento! Y eso sonaba hermoso— Ponte casual, todo está preparado para una noche maravillosa.

—¡Bien! — devolví el grito.

Una noche maravillosa seria el hecho de que este hermoso hombre me gritara todo el amor que siente por mí, todo el amor real que siente por mí, no un amor ficción que solo yo y su personaje sintieron.

Unos pantalones negros apretados a las piernas, unos tacones rojos, sí, tacones. Quería lucir casual pero elegante y una blusa ancha de color blanco, mi cabello lacio y mi maquillaje normal.

¡Me veía tan diferente, pero tan linda!

Esto me recordaba tanto a aquellos bailes que asiste en Mystic Falls.

—Estoy lista— dije tomando el bolso que estaba sobre la mesa, junto a Mooke.

Y ahí estaba él, tan hermoso y perfecto como siempre, con sus ojos, su sonrisa y su semblante.

—Te ves hermosa— alzó sus cejas y mordí mi mejilla interna, pera no gritarle que lo amaba

—Tú no te quedas atrás— guiñé el ojo derecho.

—Puedes decir que no nos conocemos —Lo escuché decir cuando caminábamos a la puerta—, pero estoy seguro que te conozco, es decir, todo en mi te conoce— sonrió.

—En otra vida, Ian— susurré irradiando felicidad.

¡Quería llorar! ¡Todo en él me conocía!

Era un lugar rustico, pero muy sofisticado. Éramos el centro de atención y no sé si me sentía cómoda con eso, después de todo Ian Somerhalder, el actor estrella de la serie del momento, estaba sentado junto a mí.

—Es extraño ser observada por todos— susurré, metiendo un pedazo de pan en mi boca.

—Nadie nos mira, Bess —rió Ian y era verdad, sólo yo me sentía observada—, es sólo tu impresión —movió sus cejas—. Cuéntame de ti.

—No conozco a mi madre, tampoco es algo que me importe mucho, aprendí a vivir sin ella- hundí mis hombros—. Mi padre falleció hace un tiempo y pues sólo termine la preparatoria, no había dinero para la Universidad, por eso entré a trabajar —sonreí orgullosa de mí—. Quiero ser Veterinaria, cuando niña vi como atropellaban un perro y nadie acudía en su ayuda —hice un puchero—. Fue realmente triste.

—Es impresionante, tu vida ha sido dura y pareciera que todo es fácil para ti— suspiró.

—Si no lo hago ver fácil, será mucho más difícil de lo que es —bebí de mi copa de vino— ¿Y tú? Algo que ya no sepa.

—Tengo miedo de la fama —fruncí el entrecejo—. Es estúpido, pero ¿Y si la fama no me deja vivir una vida normal?— sus palabras eran profundas.

—¿Viste la película de Justin Bieber? —negó—, este es tu nuevo normal, y puedes con ello —sonreí—. Tu vida es maravillosa, por que en cada fracaso estarán tus fans para brindarte su apoyo —acaricie su mano— Incluyéndome.

Y su sonrisa fue espectacular, ¿Cómo no amarlo?


Una fan en Mystic Falls |TVD| EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora