Una semana ha pasado. Una semana desde que llegue a Atlanta y que he dormido en la habitación del costado a la de Ian Somerhalder.
Sí, no me he ido de su departamento, y no es porque sea una aprovechadora, es sólo porque no he encontrado un lugar donde vivir.
Ni se imaginan la cantidad de rumores que existen con respecto a mí, se ha dicho de todo. Desde que soy su abuela operada hasta de que soy su esposa, y ninguno es verdad, solo soy una fan que se convirtió en su amiga.
Acaricio el lomo de Mooke. Este gato me ama, a pesar de que tenga todas mis canillas rasguñadas, me ama, y sé que quiere que yo y su dueño estemos juntos de por vida.
Miro el reloj que cuelga de la pared. Al medio día tengo una entrevista de trabajo, y es algo totalmente diferente a lo que he hecho durante toda mi vida, es decir, siempre he trabajado de camarera o cajera de algún local de comida rápida, ahora es para ser recepcionista o secretaria de un hotel en el centro de la ciudad.
¡ES MARAVILLOSO!
Dejo el cuerpo flácido del bello durmiente, alias Mooke, y me dirigí a la ducha pensando en todo los giros que ha dado mi vida. A veces pienso que en cualquier momento caeré mareada.
Ian salió en la mañana, hace una noche dieron el segundo capítulo de la serie y fue exactamente lo que viví... lo que quiere decir que si lo viví, y por eso al ojiazul le parece conocerme, aunque sigo con la duda ¿Cómo?
Debo aparentar ser una chica elegante y recatada, no una loca fan que en una loca dimensión fue una loca bruja.
Jamás había usado un vestido corto, debo confesar que mis piernas son de muerte, agradezco eternamente que cuando iba a la secundaria fuera una gran corredora.
Creo que lo dije una vez, pero lo repito, el rojo es mi color, de todas maneras. Además de que el vestido me favorece de muchas formas.
Cuello redondo, manga corta, apretado hasta la cintura, con una caída sofisticada hasta un poco más arriba de la rodilla, unos tacones negros. ¿En qué momento de mi vida compré tantos tacones? Y mi cabello suelto al viento, como un comercial de acondicionador, todo un cliché de televisión.
—Deséame suerte Mooke— dije besando entre sus orejas.
Tomé el bolso que estaba en la mesa de centro y las llaves que Ian me había obsequiado de su departamento es ahora cuando aparece mi mente sádica de fan alocada y piensa: ''Podré entrar por las noches, cuando ya me haya marchado del lugar, y violarlo en la ducha''
Soy consciente de algunas-muchas miradas que se dirigen a mí, pero no les tomo mucha atención. ¿Para qué?
Empujo la puerta giratoria del grande, muy grande, edificio y con la mejor de las sonrisas, que estuve practicando durante toda la mañana frente al espejo, camino hasta la señora de cabello color ceniza.
—Buenas tardes, tengo una entrevista— tambaleo mis dedos sobre la mesa.
—¿Bess Martin?— dice mirando el papel a través de sus lentes.
—Sip —Junto los labios con sabor a fresa—. En persona —la escuché reír.
—Puedes pasar, cariño —sonrió, pareciendo un osito cariñosito—. La primera puerta de la derecha.
Suspiré y caminé hasta el lugar. Golpeé suavemente, como una dama y la puerta fue abierta para mí.
Un hombre con pansa y sin cabello dejo ver una sonrisa bajo el bigote blanco, le contesté de la misma manera.
La entrevista paso de lo más normal, incluso sentí que a cada minuto me relajaba más y más. Fue una entrevista bastante reconfortante, sin olvidar el incidente en el que me pregunto si era la novia de Ian Somerhalder, que su hija fanática del actor le había mostrado mi fotografía ¡Era como una famosa camuflada!
El aire helado golpeó mi rostro y me dejó respirar con tranquilidad. El tono de mi celular se escuchó desde el fondo del bolso. Regañándome por ser una tonta y no haberlo dejado más arriba, lo saqué.
—Aquí Bess Martin— dije cuando contesté, escuchando su maravillosa risa.
—¿Cómo te fue?— cerré los ojos para no jadear, su voz al celular era un orgasmo telefónico.
—Bastante bien, sólo tengo que esperar la respuesta ¿Tú?— pregunté mientras caminaba por las calles.
—Estupendo —pude sentir la sonrisa en su rostro—. Pásate por el estudio y nos vamos juntos— mordí mi labio inferior.
—Claro —susurré—. ¿Puedo saber por qué?— Soy una curiosa.
—Sorpresa, cariño —y justo ahí, mis piernas se hicieron gelatinas andantes—. Nos vemos— y colgó.
¡Una sorpresa! ¡Para mí! ¡De Ian Somerhalder!
¡QUE ALGUIEN ME DE UNA CACHETADA!
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Una fan en Mystic Falls |TVD| EDITADA
FanfictionY de pronto, aquella alocada fan, estaba en el pueblo que solía ser de ficción y ella veía por la televisión, Mystic Falls #Editada por la hermosa @JenniferPatena