Capítulo 5

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Cuando entramos en la habitación, él se acercó a mi mordiéndose el labio de aquella manera tan sexy que solamente él sabía hacer. Me acerqué a él posando ambos de mis brazos en su cuello. Harry posó sus manos a ambos lados de mi caderas, y me apretó a él. Se acercó a mis labios lentamente, dejándolos a apenas unos centímetros de distancia. Maldita distancia. Observé sus labios y después los fijé en sus ojos verdes.

-Te amo -Susurró y no pude evitar sonreír.

-Yo también, Harry -Correspondí. Atrapando sus labios con necesidad. Él subió su mano por el interior de mi camiseta haciendo que me estremeciese ante su tacto y sus caricias. Su lengua jugaba con la mía como si de una danza se tratara.

Bajó sus manos hacia mi trasero con la intención de que me subiera en él, y así lo hice. Rodeé su cintura con mis piernas, gemí al notar la presión de su erección contra mi sexo, aunque aún había ropa.

Seguí besando a Harry con pasión, mientras jugaba con sus rizos. El chico gruñó dándome a entender que ese era uno de sus puntos débiles. Con cuidado, Harry me tumbó en la cama y se posicionó encima de mi entre mis piernas, pues aún rodeaba su cintura. Creé un poco de distancia entre ambos, mientras me deshacía de su camiseta y él hacía lo mismo con la mía. Observé sus tatuajes y acaricié su brazo, mientras él me sonreía pícaramente. Volvió a atrapar mis labios con fuerza y mordió mi labio inferior.

Sentí su piel pegada a la mía y tuve la sensación de que una oleada de calor me invadía por dentro. Harry comenzó a acariciar mis caderas y sus manos viajaron hasta mi espalda y desabrochó cuidadosamente el sujetador. Acaricié su abdomen y sus abdominales mientras él jugaba con mis pechos. Dejé de besarle para trasladar mis besos a su cuello. Apretó mis pechos y gemí ante su fuerte tacto.

Parecía simplemente imposible que un simple tacto pudiese propiciar tanto placer, sin embargo, lo hacía.

Mis manos rápidamente viajaron hasta el cierre de su pantalón. Comencé a bajar los pantalones y Harry acabó con esa acción rápidamente. Sonreí cuando sus ojos se posaron de nuevo en los míos, parecía que saltaban chispas. O quizá, estábamos ciegos por la lujuria.

Él buscó mis labios de nuevo para besarme otra vez. Sus labios tenían un dulce sabor a menta, que me volvía loca. Me encantaba.

Comenzó a repartir besos por todo mi cuerpo, una oleada de placer me invadió por dentro. Se lanzó a besar mi cuello, uno de mis puntos débiles, gemí ante sus besos.

Volvió a mis labios mientras bajaba sus manos hasta mis pantalones y los desabrochaba, los bajó lentamente y los lanzó a algún lugar. Sus besos me hacían perder el juicio, podría besarle una eternidad y no cansarme.

Bajó los besos de nuevo hacia mi cuello, llevando sus manos hacia mis bragas para quitarlas y tirarlas a algún lugar perdido de la habitación. Yo, hice lo mismo con sus boxers negros. Dejamos de besarnos durante unos segundos y nos miramos jadeantes, sus ojos tenían un color especial. Un color que parecía no haber visto antes.

-¿He dicho ya que te amo? -Murmuró con su ronca voz. Sentía que de un momento a otro me iba a derretir. Sonrió mostrando sus hoyuelos.

-Sí, lo has dicho -Contesté dulcemente.

-Pues te lo vuelvo a repetir: te amo.

-Te amo -Repetí, para luego besarle y jugar con sus rizos de nuevo.

Harry se separó de mi para ponerse un preservativo, rasgó el papel y selo colocó mirándome seductoramente. Se colocó entre mis piernas y puso sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza posicionando su miembro en mi entrada.

-¿Preparada? -Preguntó juntando su frente con la mía.

Me limité a asentir y él sonrió satisfecho. Entonces, entró dentro de mí en una embestida. Grité su nombre, pues no esperaba que entrase de forma tan brusca. Él suspiró.

-Harry -Susurré, mientras él se comenzaba a mover en mi interior, comenzando a entrar y salir; llenándome de más placer que la vez anterior.

Él comenzó a aumentar la intensidad de sus embestidas, a la vez que nuestras respiraciones se agitaban cada vez más. Harry comenzó a besarme y noté como sonreía, en aquel momento me sentía la chica más afortunada del mundo.

El placer había invadido mi cuerpo por completo, el chico volvió a entrar en mí y en ese momento sentí que me faltaba bien poco para llegar al orgasmo.

-Harry, voy a... -Comencé a hablar entrecortadamente, pero él me interrumpió.

-Lo sé -Dijo, a la vez que incrementaba la velocidad de sus embestidas. Los dos llegamos al orgasmo a la vez. Ahogamos nuestros gemidos en los labios del otro.

Harry siguió besándome durante un rato, más tarde se tumbó a mi lado. Yo, me abracé a él y apoyé mi cabeza en su pecho. Abracé su torso con mi brazo mientras acariciaba su tatuaje de la mariposa. Él rodeó mi cintura con su brazo, acercándome más a él.

-Eres el mejor -Dije cuando hube recobrado el aire.

-Lo sé -Contestó él, sonriendo como siempre hacía-. Contigo todo es mejor, cariño.

Poco después caí dormida entre sus brazos.


Desperté cuando noté la mano de Harry dibujando líneas imaginarias en mi espalda. Abrí los ojos encontrándome con los suyos, mirándome fijamente. La luz de la calle era anaranjada así que deberían ser las seis o las siete de la tarde. Había dormido demasiado.

-¿Qué hora es? -Pregunté, volviendo a cerrar los ojos. Estaba muy cansada.

-Las siete y cuarto -Contestó.

-¿Tan tarde? -Abrí los ojos de golpe, fijando mi mirada en los verdes ojos de Harry.

-Eso parece -Comentó-. No haremos nada, ¿verdad?

-No me apetece -Contesté pensativa-. Prefiero quedarme en el sofá viendo alguna película y cenar pizza.

-Qué saludable todo -Ironizó Harry.

-Querrás decir que son demasiadas calorías.

-¿Te preocupas por las calorías? Luego follamos y lo quemas todo -Dijo de forma seria, a pesar de ser una gran tontería.

-¡Harry! -Me quejé.

Hombres... Todos iguales, les cuesta pensar con la cabeza.

-Lo que tú digas, entonces veremos una película. Pero tiene que ser Love Actually.

-¿Love Actually? ¿Otra vez? -Repliqué, comenzaba a pensar que tenía un problema con esa película.

-Sí, es la primera película que vimos juntos. Es especial -Dijo hablando despacio.

-Ya, bueno, como quieras.

-Como quieras -Repitió imitando mi voz.

-Subnormal.

-Qué ataque más gratuito, yo también te quiero, Valerie.

Sonreí ante aquella respuesta.


La tarde pasó agradablemente, vimos de nuevo Love Actually. A pesar de ser una película navideña, era preciosa y no me importaba verla en Marzo o en Agosto. Más tarde, cenamos una pizza y fuimos a dormir.

La Mafia #2 (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora