Capítulo 27

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VALERIE


Seguía confundida con todo. No sabía cuales iban a ser las intenciones de Harry, pero ¿qué iba a decirle?

Comencé a reconocer las calles Neoyorkinas en las que nos encontrábamos, pronto llegaríamos a nuestro destino. Era habitual observar aquellas calles ocupadas, pero cada vez que salía, lo hacía desde una perspectiva diferente, la cual, variaba dependiendo en mi estado de ánimo y en las situaciones que ocurrían a mi alrededor. Estaba convencida en que, como casi todos los días invernales, el frío se había ocupado de invadir las largas avenidas y refrescar el ambiente de la ciudad. 

Harry se mantenía concentrado en la conducción, sin decir ni una palabra desde que el automóvil se había puesto en marcha. Sus manos estaban firmemente colocadas en el volante, dejando que éste se deslizase por sus dedos cambiando la dirección. 

Mi cuerpo emanaba tristeza, confusión, veía la realidad de una forma distorsionada. Como si quisiese que algún echo cambiase, pero a la vez no. ¿Qué debía decirle? Harry siempre sacaría algún argumento, algún argumento que me haría entrar en razón y darme a pensar que era yo quien tenía la culpa.

Pero a la vez no, yo simplemente quería hacer las cosas bien, poder ser capaz de ayudarle, de darle mi brazo de apoyo... Aunque no parecía que las cosas habían salido como yo esperaba. Era como si el barco en el que estaba navegando, había cambiado el rumbo repentinamente y se dirigía a un peligroso acantilado. 

Si esto era la boca del lobo, yo estaba metida en ella.

Y él quería venir a salvarme.

Trataba de contener las ganas de explotar en lágrimas y sollozos, intentando reflexionar sobre lo sucedido como una persona madura. Eso no quitaba que, las personas necesiten su momento para desahogarse y dejar de reprimir todos los pensamientos o sentimientos interiores.

Tenía miedo de lo que él me pudiese decir, a pesar de que, gran parte de mí me decía que todo saldría bien que pasase lo que pasase él iba a estar a mi lado para apoyarme. Quería creer en eso, pensar que su abrazo se haría presente en cuanto la puerta del piso se cerrase y el silencio ocupase la sala.

Mis ojos se cerraron, imaginando que nada había sucedido, que todo iba bien... era lo que quería creer. Y quería creer en una mentira.

Ni la peor de mis pesadillas se semejaba a lo que sentía, por describirlo de alguna forma, me sentía avergonzada, desnuda, sin ganas de ver la realidad y con ganas de ver acabar todo aquello.

Volviendo a la realidad, las calles de Nueva York se proyectaban ante mi bajo un cielo nublado. La lluvia parecía amenazar, me pregunté si quizá hoy llovería por lo que me había sucedido. La superstición no era algo en lo que creyese normalmente pero, sí en el karma. Aquella curiosa frase de "lo bueno es malo y lo malo es bueno" muchas veces ocupaba la mayoría de mi mente.

Suponía que aquella frase era la que, me incitaba a hacer las cosas bien. Aunque el resultado no fuese el esperado.


Cuando la puerta se cerró tras de mí, una lágrima se deslizó por mi mejilla. Comprendí en aquel instante que durante los dos días anteriores, se habían desplazado dos veces las lágrimas por mis mejillas.

<Estúpida, estúpida> Repetía mi mente una y otra vez. 

Sentía la presencia de Harry tras de mí; seria, estática y probablemente furioso.

Me pregunté si Gemma estaría en la casa, aunque en aquel momento no era algo que me interesase mucho o me importase.

Bañada en lágrimas, mis pies se voltearon, buscando a Harry. Quien apoyado en el marco de la puerta me miraba serio:

La Mafia #2 (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora