Capítulo 17

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HARRY


Me encontraba sentado en la cama, esperando a que Christian apareciese por aquella sala. Estuve cerca de cinco minutos observando el techo. Mi mente estaba repasando todos los detalles que debía recordar una vez estuviese en el escenario Y Niall pensaba que no lo haría, pero tenía la intención de ponerme a recitar The Beatles.

¿Qué importaba? Nunca había visto una presentación de economía, sin embargo, suponía que debía ser algo bastante aburrido. Así que bueno, añadir un poco de humor, no vendría mal.

De repente la puerta sonó, había alguien detrás. Me levanté a abrirla, pero no era quien yo esperaba. Una chica castaña clara, de ojos verdes y una pícara sonrisa se encontraba detrás de la gran puerta. Era de mediana estatura y llevaba un vestido negro ajustado.

-Hola, profesor -Murmuró con una suave y dulce voz. ¿Y esta tía quién mierda era? Yo esperaba que apareciese Christian, no una mujer.

-¿En qué te puedo ayudar? -Pregunté con la intención de hacerla marchar pronto.

-Venía a saludarle -Entró sin mi permiso dentro de la habitación y se sentó en la cama, en una posición un tanto sugerente. ¿Qué quería esta tía? Porque sin duda parecía un poco desesperada. Cerré la puerta y la observé-. Quería desearle mucha suerte -Se levantó y se acercó a mí, hasta quedar a pocos centímetros-. Y como aún queda tiempo, quería ofrecerle algo... -Tenía un pequeño papel entre mis manos que metió con delicadeza en el bolsillo trasero de mi pantalón, para después apretar mi culo con su pequeña mano. Olí algo extraño, era un olor totalmente desconocido para mí. Procedía de su cabello o de su ropa, un aroma peculiar, que nunca antes había entrado por mis fosas nasales pero, no me causaba una buena impresión.

-¡EH! -La empujé hacia atrás. Podía ser un egocéntrico y todo lo demás, pero una cosa sí lo era: fiel. Nunca engañaría a nadie y mucho menos a mi novia-. Ni se te ocurra acercarte a mí -Le advertí.

-Oh, venga Harry -Murmuró cerca de mi oído-. Dentro de pocos segundos harás lo que yo te pida.

-¿Era droga, verdad? -Acusé a la chica, que se limitó a sonreír-. Y tú eres Ginebra.

-Prefiero que me llamen Ginny -Corrigió ella, con una pícara sonrisa-. Y sí, con esta droga harás lo que yo te pida, Harry.

-Ni lo sueñes.

-¿Crees que te va a servir resistirte? -Sin darme cuenta estaba sentado encima de la cama, comenzaba a ver algo borroso. ¿Qué me sucedía? Poco después todo lo volví a ver claro. Ginny se puso encima de mí a horcajadas. La cabeza me daba vueltas, no controlaba mis actos; mi cerebro era sumiso de esa substancia-. Déjame quitarte la chaqueta -Sin querer, obedecí. Mis articulaciones no respondían a lo que mi cerebro pedía. Me di cuenta de un detalle, ¿cómo sabía mi nombre? Oh, claro, ella era Ginny, seguramente trabajaría para Christian...

Su mano se metió por mi bóxer y comenzó a acariciar una creciente erección. Suspiré, aquello no me gustaba, no sabía cómo iba a acabar, pero sentía que no tenía fuerza para negarme a nada o para actuar de alguna otra forma. No podía levantarme y decirle que parase, no podía apenas moverme. Sacó su pequeña mano y desabrochó mis pantalones, para tener así más acceso, comenzó a mover su pequeña mano masajeando el interior de mis pantalones. Algún que otro gruñido se escapaba de mi boca.

¿Qué mierda pasaba conmigo? ¿Cómo podía estar inmóvil? La chica comenzó a quitar la camisa, dejando al descubierto el chaleco antibalas. Mierda, lo había descubierto todo.

-Oh, Harry -Murmuró en mi oído, y después mordió el lóbulo de mi oreja. Descubrí que aquello solamente lo estaba haciendo por placer, ella solamente había venido a drogarme, nada más-. Tu novia no debe enterarse de esto -¡Ay, Dios mío! ¡Valerie! ¿Qué mierdas estaba haciendo? ¡Le estaba poniendo los cuernos en contra de mi voluntad! ¡Estaba drogado! ¿Qué debía hacer? Ginny se comenzó a mover encima de mí como si estuviésemos follando, comenzó a gemir en mi oído. Sentía calor por todo mi cuerpo, mis manos se dirigieron a sus caderas y la apretaron más a mi cuerpo.

Mierda, aquello no podía estar pasando, pero a la vez, no lo podía evitar. Era como ser bipolar. Peor. Mi mente quería una cosa, pero mi cuerpo y la droga, otra.

Sus manos se trasladaron al chaleco anti balas y lo quitó. Acarició mi torso, acercándose a mis labios para comenzar a besarme con fiereza. Sin saber como, comencé a seguir el beso.

Un sonido procedente de la puerta resonó en la habitación. Ginny emitió un gemido de queja y se levantó, dejándome allí. Mi mente no paraba de repetirme que era una mierda de novio, de persona y de todo. ¿Cómo podía haber echo eso? Ella jamás me perdonaría, me mataría, me dejaría, incluso después de haberle confesado que quería casarme con ella. "Joder, Harry, eres gilipollas." repetía mi mente sin cesar.

Christian apareció por la puerta, y me miró sonriendo. Sus gafas de pasta dejaban a la vista sus ojos almendrados y marrones, muy parecidos a los de Valerie. Su traje era marrón, el color que según se decía, no transmitía felicidad simplemente, no transmitía emociones algunas.

Un dolor de cabeza me comenzaba a llevar a la locura. Eran efectos de la jodida droga.

-¿A ti también se te caen las bragas por Styles, Ginny? -Escuché que decía Christian.

-Eso no es asunto tuyo -Murmuró ella de vuelta, apartándose de mi. Algo que parte de mi mente agradeció-. ¿Me vas a dejar que acabe?

-Eres patética -Rió él-. Tienes que drogar a un tipo para que se acueste contigo, y en contra de su voluntad, das lástima.

Ella volteó su cabeza, dirigiéndome una mirada de rabia.

-Ves vistiéndote, el escenario te espera.

Ambos salieron de la habitación. Me levanté, comencé a caminar hacia el cuarto de baño. Me sorprendí de no tambalearme. No había probado las drogas muchas veces, pero las pocas veces que lo había echo, conseguían tambalearme y darme risa. Sin embargo, este no era el caso.

Parecía hacer cosas que no quería, pero nada más.

No me sentía mal, me lavé la cara muchas veces con agua para refrescarme. Observé el bulto de mis pantalones, ¿qué mierdas le diría a Valerie? Me observé en el espejo y comencé a hablar:

-Cariño, casi me follo a quien me quiere matar -Reí ante aquella idea-. Pero ¡CASI! -Reí aún más-. Yo te amo, con toda mi alma, con mi corazón y con mi pene -Observé el bulto de mis pantalones y suspiré-. El pobrecito está contento... -Puta droga, me había afectado más de lo que creía, parecía totalmente subnormal.

Salí del lavabo andando con normalidad. Me puse el chaleco antibalas, pues no lo quería olvidar y coloqué mis dos pistolas.


Había un hombre presentando, no entendí nada de lo que decía, ¿hablaba Inglés? Solamente entendí que decía "Dean Smith" en su pequeño discurso. Subí al escenario levantando la mano y saludando a todo el público. No podía visualizar la totalidad de personas que ocupaban el lugar, más suponía que habrían unas quinientas. Era una amplia sala y a su vez, un curioso escenario. Observé que había una araña en el techo y una mesa, pero no recordaba lo que Niall me había dicho.

-¡DAMAS Y CABALLEROS! ¡ES UN PLACER ESTAR AQUÍ! -Grité saludando a todo el mundo, mi voz retumbó por todo el salón. Los aplausos que habían comenzado a sonar tras el discurso de presentación, cesaron cuando hablé.

Ahora comenzaría todo, y no sabía cómo, simplemente, me dejaría llevar por lo que mi mente de drogado quisiese decir. Solamente podía rezar porque fuesen cosas coherentes y no saliese de lugar.

La Mafia #2 (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora