Capítulo 28

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VALERIE


No pude pegar ojo en toda la noche. Estaba dispersa, pensativa y aunque sabía que no iba a llegar a ninguna parte o conclusión, no podía evitar el funcionamiento continuo de mi cerebro.

Cuando supe que el sueño no me iba a llegar, decidí abrir los ojos y observar a mi alrededor. El sol comenzaba a salir, dejando que se filtrasen sus rayos entre los rascacielos. Podía decirse que la gran manzana se despertaba bañada en un naranja rojizo que hacía que el cielo comenzase a tomar su color azulado diario. No debían de ser más de las seis dela mañana pero, la noche me había parecido una eternidad.

Había sufrido una de aquellas noches en las que, simplemente deseas que acaben. Que el sol ilumine el día y dejar de estar entre las sábanas. 

Notaba el calor de las mantas acariciar mi piel, dejando una sensación de protección y comodidad. Podría estar toda la mañana tumbada sin levantarme sin embargo, hoy era el día que esperaba y no con emoción, sinceramente. Hoy no era un día para descansar o remolonear. 

Durante toda la noche había esperado la disipación de mis pensamientos, algo que había resultado no tener éxito alguno. Tenía la sensación que mi mente se pasaría todas las horas del día recordando que hoy era el día en que íbamos a ver a Christian.

Las manecillas del reloj jugaron a mi favor, haciendo que las nueve de la mañana llegasen en un abrir y cerrar de ojos.

-Valerie, ¿estás despierta? -Preguntó la ronca voz de Harry cuando me revolqué entre las sabanas. Un gruñido salió de mi garganta, haciéndole comprender una respuesta positiva a su pregunta-. Deberíamos ir a ver a Christian.

-Ya voy -Murmuré, sin querer abrir los ojos-. No he dormido en toda la noche -Me quejé.


¿Quién me iba a decir que tan rápido íbamos a estar en camino al edificio de Christian? Mi pulso temblaba, me sentía al borde del abismo. Como si fuese asaltar de un acantilado pero, algo me sujetase solamente dejándome sentir el miedo a la altura y sabiendo lo mortal que sería la caída.

Harry conducía el automóvil en el asiento continuo al mio. Parecía tan concentrado en la conducción y absorto en sus pensamientos, que preferí no decir nada.

Las calles de Nueva York,otra vez me acogían, haciendo que mis preocupaciones cayesen sobre mi, como si hubiesen sido lanzadas desde el propio Empire State.

Las últimas decisiones que ambos habíamos tomado no habían sido las adecuadas, no habíamos acertado. Y algo, me hacia pensar, que esta tampoco había sido la idea acertada. Una parte de mi, no quería pensar así, aunque era inevitable.

Yo había metido la pata hasta al fondo, confiaba en Christian pero, sus condiciones no eran algo que me inspirase confianza en él. Me prohibió hablar sobre el tema con Harry y, a pesar de que me dirigí a Niall en busca de consejo, el chico de cabello rubio me recomendó comentar a Harry lo sucedido.

Wall Street se avistaba delante nuestro, la icónica calle me transmitía una mezcla de temor e incertidumbre.

-¿Dónde piensas aparcar? -Intervine, dirigiéndome al chico de cabello rizado-. Aquí no hay sitio alguno.

-No lo sé -Se limitó a contestar, seguía concentrado en el asfalto en la búsqueda de un lugar donde dejar el coche.

Quizá hubiese sido mejor idea venir caminando.

-¿Qué piensas hablar con él? -Pregunté.

-Niall me ha enviado por correo electrónico algunos datos conforme ha llevado a cabo acciones ilegales. Solo queda esperar para que se lo tome como una amenaza.

La Mafia #2 (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora