Capítulo 18

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VALERIE


Harry salió al escenario sonriente. Era tan guapo y parecía no estar para nada nervioso. Tenía el micrófono entre sus grandes manos, que incluso se veía pequeño.

-¡DAMAS Y CABALLEROS! ¡ES UN PLACER ESTAR AQUÍ! -Gritó saludando a todo el público que había presente en la sala, su voz retumbó por todo el salón.

Al parecer si estaba nervioso, pues había alzado mucho más la voz. Sin embargo, sonrió de nuevo y siguió hablando:

-Yo vengo aquí a dar una charla sobre lo potencialmente importante que son los dineros -Comenzó a hablar, obviamente no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Es más, estaba convencida que el género: los dineros, no existía-. Pero antes, quiero pedirle perdón a mi novia -Sonreí ante aquella tontería. ¿Qué estaba diciendo? No comprendía nada-. ¡VALERIE MI AMOR! Si besar a otra mujer y dejar que te drogue y te toque el pene es adulterio, te ruego que me perdones -Se puso de rodillas y algunas lágrimas salieron de sus ojos verdes-. ¡YO NO QUERÍA! Mi mente decía que no, pero mi pene decía que sí -La gente soltó una carcajada, pensando que sería un monólogo. No comprendía nada, ¿me había engañado? ¿Cuándo? ¿Era mentira o verdad? Esperaba que la primera opción fuese cierta.

Las lágrimas en sus ojos me demostraban que Harry no estaba bien, que lo que decía era verdad. ¿Qué debía hacer? ¿Marcharme de la sala? No podía seguir viendo aquello, por muchas veces que se disculpase, si era cierto, no sabría como perdonárselo.

¿Cómo sabría yo que no lo haría jamás? Mis pensamientos fueron interrumpidos por su ronca voz de nuevo.

Algo aquí no tenía sentido, Harry nunca se había mostrado de esta forma, algo sucedía, pero no sabía el qué.

-No me la he follado, que quede claro -Masculló Harry riendo, aquello era raro. Si lo de la droga era cierto, ¿tenía que ver con Christian? ¿O Harry era simplemente bipolar? El público rió de nuevo, acompañando a la risa de Harry-. ¡YO HARRY EDWARD STYLES! -Las carcajadas pararon de golpe, mis ojos se abrieron mucho. No podía haberlo dicho. Mierda, estaba drogado, no mentía en nada. Debíamos sacarlo de allí.

-¡Niall! -Exclamé, mirando al rubio quien murmuraba algo a los demás chicos y se marchaban en dirección al escenario. Niall me miró:

-Cuando disparen nos marcharemos.

-¡ESTOY ENAMORADO DE TÍ, VALERIE PARKER! -Imitó a Shakespeare, pues parecía recitar un poema-. AYER TODOS MIS PROBLEMAS PARECÍAN ESTAR MUY LEJOS -Gritó-. OH, I BELIEVE IN YESTERDAAAAAY -Cantó con su voz ronca.

-Ay, la mierda -Rió Niall, le miré seria y paró de reirse-. Perdón, me dijo que diría algo relacionado con The Beatles, pero no que se pondría a recitar "Yesterday".

-¡Esta canción se parece a lo mucho que estoy sufriendo! ¡Solo pido una oportunidad amor mío, por favor! -Harry pareció encontrarme en el montón de gente, pues sus ojos conectaron con los míos. Pareció una eternidad, cuando apenas fueron unos segundos. Sus ojos pedían una disculpa, se sentía culpable... Por mi parte, no podía seguir viendo eso. Me levanté y Niall me miró.

-Vayámonos, por favor -Un disparo sonó, Harry desapareció del escenario. Un grito salió de mis labios, entre toda la confusión: trataba de buscar a Harry quien había salido de mi campo de visión y comprobar si se encontraba bien.



HARRY


Lo había visto claro, la luz roja del final de la sala. Me había bastado un simple segundo para esconderme detrás de la mesa. Había confesado lo que había pasado a Valerie, pero eso no me importaba ahora mismo. Debía salir de ese asqueroso escenario con vida.

-Mierda - Murmuré, el pánico había invadido a todo el público. Escuchaba pasos por todos los lugares, puesto que resonaban por toda la sala. Mis reflejos habían disminuido a causa de la droga y pude darme cuenta de eso rápidamente. No me movía con tanta facilidad.

Vi gotas de sangre en el suelo y me pregunté por su procedencia. Segundos más tarde de preguntarme el origen de esas gotas de sangre, me di cuenta que mi brazo era originador del líquido escarlata. Mierda. Aquello tenía su lado bueno, la droga me hacía no sentir dolor.

Las luces se encendieron, y un hombre gritó:

-Policía de Nueva York -Mi mente comenzó a dar vueltas, sin respuesta alguna, observé a Niall en un lado del escenario y cuando nadie estaba mirando, huí en aquella dirección. Niall me condujo hacia una salida trasera, donde no había nadie y entramos en un coche negro, conducido por Liam.

Mi mente seguía girando, no comprendía nada, no sabía donde estaba y mucho menos lo que había sucedido. La gente que estaba a mi alrededor se parecían a mis amigos, sin embargo, no estaba seguro de que fuesen ellos.

Volteé mi cabeza y vi una chica, castaña y con una larga cabellera ondulada, vestía un vestido negro y miraba por la ventana concentrada. Era ella, Valerie. A quién le había puesto los cuernos y no querría saber nada de mí... ¿Qué iba a hacer?

-¿Podrás cuidar de él tu sola? -Preguntó Niall.

-Sí, me las apañaré de alguna manera -Me lanzó una corta mirada, pero que bastó para fulminarme y hacerme sentir peor de lo que anteriormente me sentía.


Entré en el piso tambaleándome, escuché como ella le daba las gracias a Niall y cerraba la puerta. Se acercó a mí y me condujo hacia nuestra habitación. Me senté en la cama y la observé, el brazo me dolía muchísimo.

Para ser honestos, parecía que iba recobrando el sentido. Aquella droga no me iba a durar toda la vida. Quizá el viaje en coche había servido para esparcir mis pensamientos y devolverme un poco la razón.

Estaba convencido que cuando recobrase el sentido, sería cuando peor lo pasaría, pues sería consciente de todo. Y del daño que le había echo a ella.

Sus ojos marrones almendrados se fijaron en mí, se limitó a suspirar y su pecho subió lentamente con esa fuerte respiración.

-No quería hacerlo -Murmuré de repente-. De verdad que no, no era consciente.

-Harry, mañana hablaremos de eso, no te preocupes -Contestó ella con un hilo de voz. Sus ojos estaban tomando un color rojizo. Aquello me rompió el corazón, estaba haciendo esfuerzos para no llorar.

Yo era el culpable de todo eso. No pude parar a esa mujer, no pude y ahora las consecuencias serían devastadoras para mí. ¿Qué haría sin ella? La necesitaba en mi vida, ella iluminaba mis días con su sonrisa y sus palabras eran mi filosofía.

Aquella noche, por mucho que lo intenté, no pude ni cerrar los ojos. El efecto de la droga se iba desvaneciendo cada vez más y mi mente se iba dando cuenta de la realidad. Vi los primeros rayos de sol aparecer y filtrarse por el gran ventanal, minutos más tarde, había caído en un profundo sueño. Que desembocó en una insufrible pesadilla, ella se alejaba de mí y por muchas veces que la intentaba recuperar, era imposible, se alejaba, cada vez más.

No comprendí que se trataba de un sueño hasta que finalmente, mis ojos se abrieron. Choqué contra la realidad, tratando de asimilar lo sucedido, recapacitando unos minutos sobre todos los sucesos de la noche anterior. Observé que Valerie seguía durmiendo, así que decidí cerrar los ojos y tratar de conciliar un poco más de sueño.

Más tarde le explicaría todo, solamente podía rezar para que lo comprendiese y me diese su perdón.

La Mafia #2 (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora