La Mafia #2 (Harry Styles)

Capítulo 10

VALERIE

Le podía repetir a Harry mil y una veces que no quería que fuese a matar a Christian. Pero él lo iba a hacer. No lo podía evitar. No era una opción que estuviese en mi mano, pero sí ir tras él. Era capaz de seguirlo hasta donde fuese, y lo iba a hacer.

Estaba abrazada a Harry, sin decir ni una palabra pues sabía que no conseguiría cambiarle la mente, él era así. Una vez estaba convencido de algo, no había forma de hacer cambiar de opinión. Su respiración era calmada y acariciaba mi brazo con delicadeza.

-Harry -Nombré y esperé a tener una respuesta.

-Dime.

-¿Te quedarás siempre a mi lado?

-No te preocupes por eso, siempre estaré contigo -Le miré sonriente y como si de un acto reflejo se tratara, nuestros labios se juntaron.

El sonido de una llave abriendo la cerradura del piso interrumpió nuestro momento, pues me separé de él rápidamente. Estaba sobresaltada, ¿quién podía abrir la puerta de este apartamento, aparte de nosotros?

-Tranquila será Gemma, si no es ella, lo matamos y problema solucionado -Bromeó aunque sin éxito.

-¡HAAAAARRY! -Canturreó una voz femenina desde la entrada.

-Lo que te decía, la pesada de mi hermana -Se quejó entre dientes y con la voz muy baja, para evitar que la chica le escuchase. Como en mi sueño, le había dejado las llaves a Gemma, bueno ¿a quién más le podíamos dejar las llaves del apartamento?

Apareció en el comedor de un saltó y riendo, se había cambiado el color del pelo, ahora lo llevaba anaranjado y con las raíces de su color castaño natural. Vestía unos jeans negros y una blusa marrón claro.

-¡Me he cambiado el pelo! -Exclamó.

-¿Puedes ser menos escandalosa? -Se quejó Harry, ella se sentó en medio de los dos.

-¿He interrumpido un momento íntimo? -Comentó ella riendo. Harry asintió-. Ay, bueno, ya tendrás más tiempo para estar con ella.

-Lo que tú digas -Contestó Harry fríamente-. ¿Has venido solo para decirnos que te has cambiado el color de pelo?

-Oh, claro que no. Venía a hacerte una visita, te echaba de menos, Harry -Gemma se abrazó a su hermano y después me abrazó a mí-. ¿Siempre es tan reguñón? -Me preguntó en el oído, yo me encogí de hombros, sin saber qué contestar. Me resultaban graciosos, pues eran bastante diferentes pero se notaba lo mucho que se querían.

-Gemma, te he escuchado -Intervino Harry, ella miró al chico y sonrió irónicamente.

-Os tengo que pedir un favor, parejita feliz -Comenzó, a decir-. Veréis, yo vivo en un piso de alquiler y bueno, me han subido las cuotas. La cuestión es que no lo puedo pagar. Y...

-Te quieres venir aquí -Acabó Harry y ella asintió.

-¡Por mi genial! -Exclamé y ella me sonrió, abrazándome de nuevo.

-¡EH! ¡Que el piso es mío! -Se quejó él de nuevo.

Harry se levantó y nos lanzó una mirada seria. Nosotras le contestamos con una mirada interrogante finalmente, él suspiró.

-Está bien -Dijo en un suspiro. Mientras se dirigía la cocina.

-Mañana me traeré las cosas y me instalaré, por cierto ¿cuántas habitaciones hay libres?

-Pues cuatro, creo -Contesté mientras pensaba, sí anteriormente quedaban cinco pero una de ellas fue ocupada por Niall, quien mañana se marcharía a su piso.

-Me instalaré en alguna habitación que no esté cerca de la vuestra, no os quiero molestar -Confesó la chica.

-No te preocupes, no molestas para nada.

-¿Qué tal todo con Harry?

-Puede decirse que bien...

Hablé en voz baja y no muy segura de la respuesta. Gemma pudo apreciar ese tono de duda en mi voz.

-¿Sucede algo? -Me encogí de hombros, no sabía si contarle lo que sucedía, ella era la hermana de Harry-. Me puedes contar lo que sea, probablemente te comprenda, si se trata de Harry, claro...

-Gemma, quiere volver a los crímenes...

Hablé en voz baja, casi un susurro. Con la intención de evitar que él nos escuchase.

-Cielos -Murmuró, dirigió su mirada hacia un punto fijo-. No puede hacer eso, no quiero que haga eso. Hay que evitarlo.

Su voz sonó firme. Pero, Gemma habiendo vivido toda su vida en Nueva York y con una simple vida, no sabía lo que significaba que Harry volviese a los crímenes. El peligro era alto y un gran riesgo tanto para él como para todas las personas relacionadas con él.

-¿Cómo es el mundo criminal? -Preguntó interesada.

-No lo sé describir, pero no agradable.

-Oh, ya veo.

-Antes he preguntado a Harry sobre Christian y...

-Espera, ¿quién es Christian?

Había olvidado completamente que Gemma no sabía nada de aquello. Por lo cual, procedí a contarle toda la historia, desde el principio y sin olvidarme ningún detalle. Le expliqué cómo había conocido a Harry y cómo habíamos llegado a enamorarnos, una historia extraña pero real, muy real.

Desde un punto de vista objetivo, nuestra historia de amor, demostraba que nada era imposible y la relación asesino-víctima era posible. En nuestro caso, fue posible por el papel de Christian en él, pues él quería acabar con Harry y eso creó un extraño vínculo entre los dos. Fue entonces cuando Harry comenzó a sentir cosas hacia mí, como si fuese un síndrome de Estocolmo pero sin secuestro.

Una vez hube acabado de contar la historia, Gemma me observó fijamente y con una expresión indescriptible en su rostro.

-Entonces... -Comenzó a decir y tragó saliva-. Espera que lo estoy asimilando -Tomó aire y lo exhaló como si de un ejercicio de meditación se tratara-. Es una buena historia de amor, ¿eh?

Sonrió de nuevo, haciendo que me sintiese mejor, pues la incertidumbre se había apoderado de mi mente en los minutos anteriores.

-Veamos -Dijo la chica-. Harry tenía que matarte y luego se enamoró de ti, os enamorasteis y vinisteis a Nueva York para huir de tu padre -Resumió.

-Básicamente es eso.

-Y ahora él quiere volver a esa mierda. O se lo impides o se lo impido yo.

-Gemma no es tan fácil.

-Dios, ¿cómo que no? Voy a ir ahora mismo a hablar con él y se va a quedar sin pelo, el muy gilipollas.

-¡Gemma!

-¿Qué? Quiere poner su vida en peligro de nuevo, no quiero perder a mi hermano, no quiero... -Sus ojos se aguaron y una lágrima comenzó a caer.

-No pasará nada, lo impediremos ¿vale?