Ledros, el Comandante

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Desde muy joven Ledros fue una persona poco motivada

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Desde muy joven Ledros fue una persona poco motivada. No había nada en lo que pudiese encontrar una pasión genuina o que le hiciese sentirse vivo. Era bueno en muchos campos, pero al mismo tiempo no disfrutaba de ninguno de ellos y a menudo se veía repelido por otras personas que envidiaban sus habilidades o estatus. Llegado a cierta edad mostró una fuerte técnica con la espada que le ganó un puesto en la corte de Camavor y al poco tiempo fue conocido como el imbatible Campeón del Rey.

Su puesto era el de ser quien librase combates políticos por Camavor, en combates o duelos decisivos entre naciones. Algo más motivado, su vida cambió por completo cuando conoció a Kalista, la sobrina del Rey Viego y una de sus generales más aguerridas. Ledros se enamoró a primera vista de ella y rápidamente logró entablar amistad con ella. Desgraciadamente el amor no era algo que Kalista tuviese en mente...

El día en que Ledros se le confeso y le otorgó un colgante de plata fue rechazado. Kalista no compartía del todo esos sentimientos, y además él era un simple guerrero mientras que ella era una general del ejercito. No veía apropiado entablar una relación con alguien inferior a dicho rango por ética y eso fue precisamente lo que motivó a Ledros para luchar en contiendas más directas e ir subiendo de puestos fuese como fuese. En poco tiempo Ledros ganó el puesto de comandante, pero el de general ya fue tomado por Hecarim.

Cuando la reina Isolde cayó en una terrible enfermedad mortal él permaneció al lado de Viego mientras Kalista buscaba una cura. Regresó tarde, pero con la historia acerca de las Islas Bendecidas de Helia. El Rey organizó una expedición a dichas islas a las cuales fue acompañado por Ledros, Kalista y Hecarim. El guerrero estuvo presente cuando la Orden de Hierro de Hecarim se volvió en contra de Kalista y la asesinó. Conmocionado, y culpándose así mismo de lo ocurrido, intentó vengarla solo para ser asesinado en el proceso.

Pero ninguna de las muertes acontecidas aquel día duraría para siempre y cuando Viego desató la ruina en las Islas Bendecidas él resucitaría de entre los muertos como un espectro. Extrañado, buscó a Kalista, pero ella ya no era la mujer que una vez conoció. Era un ente en el cual se concentraban los deseos y las ansias de venganza, habiendo perdido casi cualquier rastro de su humanidad y simplemente comportándose como una cazadora.

Ledros intentó de todo para liberarla de ese estado, ya fuese liberar su alma o que volviese a ser ella misma, pero nada funcionó. Desde luchar contra Hecarim hasta tacharse a sí mismo de traidor para que acabase con su existencia. Pero nada de ello funcionó. Las almas de su amada, de su asesino y la suya propia estaban condenadas para siempre hasta que encontrase una forma de purgar la niebla negra de Helia...


Antes de las series...

La historia de Ledros se mantiene fiel en su mayoría, salvo por el detalle de que actualmente sigue sirviendo a Viego en su estado de no muerto. Su lealtad en parte es porque de alguna manera el Rey Arruinado ha logrado que Kalista mantuviese un mínimo de su humanidad, en concreto el odio que siente por él. También está el hecho de que ya ha aceptado que ni puede morir ni las islas tienen salvación.

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