Faey, el Puño de la Sombra

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Los caminos del destino a menudo suelen ser crueles y misteriosos, siendo este el caso de la joven kinkou Faey

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Los caminos del destino a menudo suelen ser crueles y misteriosos, siendo este el caso de la joven kinkou Faey. Nacida en una familia amorosa y muy unida, Faey creció bajo la diligencia de la Orden Kinkou, formándose en el aprendizaje del equilibrio y la filosofía de saber cómo funcionaban los distintos mundos que rodeaban su realidad. Desde muy joven fue practicando para servir a su orden, la cual bajo sus ojos servía para proteger a Jonia de su colisión con otros reinos. Su entrenamiento era diario y muy constante, pero ella lo encaraba como un desafío y para ponerse a prueba. Antes de darse cuenta disfrutaba mucho de cada salto que ejercitaba, cada golpe y sobretodo cada flecha.

Poco a poco Faey se fue ganando la admiración del resto de acólitos menores a ella por lo mucho que mejoraba pese a su edad. Y entre estas personitas estaba Akali, una joven que siempre aparecía alejada del resto. No entrenaba tanto como ella y tampoco se tomaba muy en serio sus practicas, viéndosela a menudo sola y alejada del resto de niños. Faey simpatizó con ella y a menudo jugaban juntas, ganándose la admiración de la chica, que en poco tiempo intentó mejorar gracias a la tutela que le daba.

Lamentablemente Faey maduraría mucho más rápido que el resto la noche en que la Orden de las Sombras del renegado Zed invadió el templo de los Kinkou. Los padres de Faey intentaron proteger a quienes consideraban sus hermanos y amigos, pero ambos fallecerían durante la confrontación que obligó al resto a huir. En los días y semanas siguientes hubo tanto frenesí y alboroto que no fue hasta un mes que ella no pudo llorar apropiadamente la muerte de sus padres. Un dolor que no podía permitirse mostrar delante del resto de alumnos jóvenes, a los que debía de servirles de ejemplo.

Una noche sus lágrimas fueron vistas por Mayym, el Puño de Sombra de la orden y madre de Akali. Ella era conocida por ser muy estricta y seria con todos, incluido su propia hija. No obstante, lo que esa noche ofreció a Faey fue un cálido abrazo que tanto necesitaba. Por primera vez desde que murieron sus padres pudo desahogarse con alguien. Mayym era capaz de ver cómo Faey intentaba madurar por el bien de la Orden y de los más jóvenes, por lo que la tomó bajo su ala y en cuestión de tiempo le confió el futuro puesto del Puño de Sombra, volviéndose una segunda madre para  ella. Esto a menudo desagradaba a Akali, a la cual Faey siempre intentaba animar por la perdida de su padre, sin demasiado éxito. Faey intentó ser para ella esa hermana que jamás tuvo, pero pronto empeoraría el panorama.

Una tarde Akali se encontraba jugando con otros jóvenes en una zona que estaba prohibida para ellos, con la mala suerte de que la kinkou desató a una criatura del reino espiritual que arremetió contra ellos. Faey haría frente al monstruo con su arco, haciendo tiempo para que Shen pudiese llegar y poner a todos los aprendices a salvo. Lamentablemente durante este evento Faey perdería una de sus piernas, algo que la marcaría permanentemente y que provocó una fuerte depresión en ella en los meses posteriores. Únicamente el acercamiento de Mayym y su apoyo fueron lo que le permitió recuperar parte de su compostura. Pero algo había cambiado en ella y no se encontraba preparada para asumir el cargo del Puño de Sombra. Como resultado de esto Akali fue elegida en su lugar, con Faey observando cómo ella se esforzaba por las dos como forma de redimirse... pero eso no era suficiente para  ella...

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