Rissu, la Tormenta Silenciosa

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En Runeterra abunda la magia elemental, no es un misterio o una sorpresa encontrarse con un hechicero o mago que emplee los elementos del fuego, el agua o el viento

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En Runeterra abunda la magia elemental, no es un misterio o una sorpresa encontrarse con un hechicero o mago que emplee los elementos del fuego, el agua o el viento. Aunque en dosis moderadas. No obstante, de todas estas disciplinas una de las más difíciles de controlar es la relacionada con los rayos, las tormentas y el clima. Muy pocos son quienes logran adquirir el conocimiento y talento necesario para ellos. Uno de los casos más conocidos es el Corazón de la Tormenta, Kennen, miembro de la sagrada Orden Kinkou desde hace varios años. Y por mucho tiempo no apareció nadie con su mismo potencial...

Al menos hasta que conoció a Rissu. La chica yordle vivía con bastante calma en Jonia, en una pradera conocida por su buen clima durante casi todo el año. Únicamente durante un mes era que este lugar se veía envuelto en tormentas, y era en este período de tiempo que todos los habitantes se quedaban en sus casas sin salir. Pero Rissu siempre destacó por ser una chica bastante rebelde. Ella disfrutaba de ver las nubes de tormenta, de sentir el agua en su rostro y de ver los colores que los relámpagos producían en el cielo.

Esto, sumado a su antipatía, les hizo pensar a los suyos que la niña había sido tomada por una bestia del reino espiritual. Los yordles eran susceptibles a la magia y en décadas anteriores esto ocurrió en un par de ocasiones. Todos entraron en una histeria colectiva, mientras que Rissu cada vez parecía más cansada de ellos, hasta el punto en que pensó en simplemente abandonarles. Antes de que pudiese ocurrir esto, los padres de Rissu solicitaron a los Kinkou que enviasen al Ojo del Crepúsculo. Algo escéptico ante la historia que le contaban, pues no notó ninguna perturbación en el reino espiritual, este envió a Kennen, creyendo que al ser un yordle y un kinkou lo escucharían mejor.

Kennen se reunió con Rissu y pronto entendió que la niña no estaba poseída, sino que se sentía cómoda con las estaciones tormentosas. Algo intrigado, Kennen emplearía su energía espiritual para convocar una tormenta en posteriores días, comprobando en ese momento cómo Rissu desprendía una enorme cantidad de ki ante la presencia de esta. Poseía un gran potencial para la magia elemental, especialmente la relacionada con las tormentas, e intentó enseñarle un conjuro para comprobar su teoría. Usando su ki dio forma a los nubarrones del cielo, moldeándolas para darle un aspecto distinto.

Aunque Rissu pretendía demostrar una actitud guay, madura y seria, para el maestro kinkou era obvio que estaba sumamente emocionada con aquel truco. Con la mayoría de los aldeanos desconfiando de ellos y la otra mitad queriendo permanecer al margen, a Rissu no le tomó demasiado acceder a viajar al templo kinkou con su nuevo mentor en busca de mejorar sus habilidades lo máximo posible. Si bien creyó que sería recibida como una prodigio, se encontró con que no sería la única estudiante, y de hecho había otros yordles con los que tendría que colaborar. Sintiéndose superior a todos ellos, decidió desarrollar sus habilidades lo mejor que pudiese, para demostrar que era mejor que todos ellos. Rissu fue adoptando poco a poco los ideales kinkou aunque no lo pareciese, buscando ser una protectora de Jonia. Pero sin dejar de lado su auténtico objetivo, que es convertirse en una leyenda por méritos propios. Una leyenda que el propio Instituto de Guerra, y su maestro Kennen, estén dispuestos a reclutar.

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