Niven, el Recolector del Yermo

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Algunos nacen con todo a favor para alcanzar sus sueños

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Algunos nacen con todo a favor para alcanzar sus sueños. Otros tienen solo unas pocas oportunidades para lograrlos. Pero en el caso de Niven, él tuvo todo en contra desde su nacimiento, siendo hijo de una prostituta de Bilgewater que nunca le dio ni atención ni cariño. Llegados a sus diez años ni siquiera sabía cuál era el nombre de su madre, quién era su padre o qué quería hacer con su vida. Simplemente pescaba o pedía limosna en las calles. Aunque su mentalidad cambiaría a los trece años.

Su sueño siempre había sido ser músico, pero era evidente que no podía serlo de ninguna manera. Era pobre y ni siquiera tenía para comer. Si su sueño no le permitía poder alimentarse, entonces tendría que trabajar de cualquier otra cosa. Y eso para Niven era trabajar de cualquier cosa con tal de no pasar hambre. Trabajó vendiendo puros, fregando platos, catando comida para comprobar que no estaba envenenada, tejiendo... a lo largo de los años trabajó de todo lo que estuviese a su disposición. E incluso así seguía siendo pobre.

Su último trabajo le llevó a conseguir una pequeña barca, con la cual transportaba a los transeúntes a otras regiones. Si bien los viajes eran largos, él resultó ser un gran orador y a menudo escogía las mejores rutas para llegar en el mejor tiempo posible. Esta profesión se le daba realmente bien, tanto que ocuparía una década entera de su vida. Pero por muy bien que se le diese o las alabanzas que recibiese de sus clientes, esta no era su pasión. Lo veía simplemente como un trabajo más que le ayudaba a sobrevivir.

Este trabajo fue el que le llevó a conocer a un cliente bastante extraño. No solo era bastante pálido, sino que vestía con unas extrañas prendas, y su petición fue que le llevase a las condenadas Islas de las Sombras. Niven tenía sus dudas, pero la paga era buena... demasiado buena y por adelantado... lo único que tenía que perder era su cordura, o eso es lo que pensaba hasta llegar al territorio maldito. Por primera vez Niven se sentía nervioso, aterrorizado, muerto de miedo... una sensación que nunca antes había recorrido su cuerpo...

Dejó a su empleador y se marchó lo antes posible, pero en mitad de su huida escuchó una voz. No solo una voz sino la voz de aquel hombre al que había guiado. Niven se dio la vuelta para verlo, ascender por encima de un terrible banco de niebla que se aproximó hacia a él mientras escuchaba lo que parecían ser palabras de agradecimiento. Cuando abrió los ojos apenas quedaba rastro físico de lo que alguna vez fue. Su barba fue sustituida por una especie de tentáculos, su rostro se volvió algo anfibio, sus manos ahora eran más pegajosas... y de torso para abajo solo tenía tentáculos de pulpo.

Sorprendentemente tardó pocos días en aceptar su condición, utilizando sus nuevos poderes para potenciar aun más su trabajo como barquero. Conoció a personas más extrañas, desde luego, pero quizás era una oportunidad para obtener una vida (o muerte) algo mejor de la que ya tenía. O al menos adueñarse de las pertenencias de sus clientes en caso de muerte.


Antes de las series...

En Oscuridad se cuentan sus orígenes dentro de los recuerdos de Karthus, de cuando lo llevó hasta las Islas de las Sombras. Tras su transformación pasaría sus años posteriores trabajando como barquero y guía de diversos individuos. Conoció a bastantes personas durante sus travesías, incluido Maokai, con el que tendría algún que otro desacuerdo de forma ocasional. A lo largo de sus años como espectro conocería a toda clase de campeones y espectros relacionados con la ruina.

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