Parte 22

56 9 4
                                    

Giro sobre mí mismo sobre la superficie blanda de la cama, extiendo una mano a mi lado, al no encontrarle me incorporo de un brinco.

Ella no está en el dormitorio. Me levanto y camino por la habitación, una luz blanca escapaba bajo la puerta cerrada del cuarto de baño. Me acerco a esta y golpeo con cuidado.

-¿Evangeline, todo bien?
Silencio absoluto. Vuelvo a llamar a la puerta.

-Sí…todo bien. – responde ella finalmente – Regresa al dormitorio, voy tras de ti.

-Muy bien. – acepto –

Al despertar le encuentro dormida en el extremo opuesto de la cama. Frunzo el ceño y me levanto.

Tomo la acostumbrada ducha matutina y visto uno de mis trajes de oficina. Al volver al dormitorio descubro que no se ha movido ni un solo centímetro y continua dormida. Tomo uno de sus rizos y lo beso para luego abandonar la habitación.

Vuelvo fastidiado porque olvidé que la portátil de la oficina en la construcción ha sufrido un accidente, debo enviar a Jasper por una nueva, o dos, Evangeline necesita tener una propia laptop también. No es que me moleste que utilice la mía, pero...

Me sorprendo al verle todavía en cama. Me siento en el borde del lado derecho, hundiendo el colchón, lo que provoca que ella abra poco a poco sus ojos.

-Buenos días. – susurra –

-Buenos días. – correspondo – ¿Todo bien?

Ella asiente con la cabeza.

-¿Qué haces a esta hora aquí? – indaga – Deberías estar en la oficina.

-Olvidé algo en casa. – respondo sonriendo – ¿Seguro que todo está bien?

-Sí. – está mintiéndome, algo que me enfadada – Solo necesito un poco de agua. ¿Puedes traerme un poco?

-Seguro.

Desaparezco en lugar para desplazarme hacia la cocina donde encuentro a mi hermana viendo como alguien del servicio almacena comida en una canasta tejida.

-Buenos días hermano de mi vida. – saluda colgándose de mi cuello, al ver mi humor eleva amabas cejas – ¿Qué tienes?

-Estoy preocupado por Evangeline. – digo – Estoy seguro de que está padeciendo algo, pero sé que no va decirme qué es.

-Porque no debe ser nada. – simplifica –

-A media noche estuvo encerrada en el baño; hoy no se despertó primero que yo ni cuando me marché; al regresar le encontré en la misma posición que le dejara, lo que indica que ni ha desayunado; su voz suena baja, dolida; está pálida; tiene los ojos adormilados y su olor es diferente al habitual.

Mi hermana parpadea varias veces antes de esbozar una leve sonrisita.

-Eres muy perspicaz. – se burla tomando la canasta – Estaré todo el día de picnic con Luke. – anuncia caminando hacia la salida – Ten un lindo día.

-Ellienne. – protesto, esperaba un poco de ayuda –

-Como dije, no es nada. – alega volteándose a mirarme – Ella debe estar pasando por su periodo, probablemente tenga dolores, es bastante común en las humanas. Es todo.

¿Periodo? ¿Qué es eso? ¿Y le provoca dolores?

Mi hermana no quiso apoyarme y simplificó lo que le sucede a Evangeline, por lo que preguntarle a mi madre debe ser algo inútil. Son organismos sumamente diferentes.

Opto por llamar a Rebecca. Deja pasar la llamada pero insisto, voy a hacerlo hasta que me responda. La segunda vez la toma.

-Ethan. – digo al escucharle protestar – ¿Qué puedo hacer para que Evangeline no tenga dolores durante su periodo?

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora