Epílogo

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Despierto sobresaltada cubierta de un sudor frío.

Ugh...

¿Otra pesadilla?

Arrastro mi miserable y cansado cuerpo fuera de la cama hasta el vestidor. Me dejo caer en la butaca de la cómoda y me miro al espejo.

Por unos segundos mis ojos de plata tienen un borde rojo intenso, pero mientras voy respirando y serenando mi corazón vuelven a su gris habitual.

Suspiro.

Abro una de las gavetas y de ella extraigo un prendedor de pelo hecho en oro blanco, el cual se cubre de un luz blanca cegadora y cambia a...

-¿Un pasador de ropa? – pego un brinco ante la voz chillona – Uno pensaría que 233 años después tuvieras más seguridad en ti misma.

-¡¿Qué haces en mi habitación?! – me irrito – ¡Lárgate Microbio!

-En nombre del Señor, relájate, no le voy a contar al entrenador Se Carlos que todavía usas ropa interior de niña.

Miro mis bragas de Hello Kitty y toda la sangre posible se acumula sobre mis mejillas.

-¿Qué me importa lo que piense Se Carlos? – resoplo cruzando los brazos sobre el pecho –

-Sigue repitiéndote eso y puede que hasta Padre te crea.

Abro los ojos como platos. ¿Padre sabe que me gusta Se Carlos? Estoy arruinada...

-Relájate Eevee, es broma. Si Padre supiera que tienes un crush con él a estas alturas ya estuviera sin colmillos.

Sostengo el puente de mi nariz mientras exhalo todo mi estrés fuera. Uno de estos días voy a pegarle, duro.

-Pero ya, en serio. – mi hermano señala el pasador de ropa – Tú reliquia a vuelto a cambiar de forma. ¿Cuántas veces van ya?

-Es complicado, ok. – me justifico –

-¿Complicado? – me muestra una sonrisa de medio lado – Cuando cumpla dieciocho y mi reliquia se manifieste será tan sólida mi convicción que...

-No te hagas ilusiones Microbio, nunca tendrás una reliquia. – le corto – Eres demasiado Demonio para...

-Solo un diez por ciento, más o menos como tú.

-Sí, pero yo me quedé ahí. – señalo – Tú no lo harás.

–¿Cómo puedes tener esa certeza?

Voy a burlarme de su ataque infantil cuando lo veo.

Silbo mentalmente porque, mi hermano va a estar más bueno que el Nutella con pan cuando crezca; y va a ser poderoso, como que... MUY; e insoportable también, más aún.

-Créeme, vas a ser demasiado poderoso como Demonio.

-¿Más poderoso que el abuelo? – se emociona y asiento con la cabeza – ¿Y que Padre?

-No existe nadie más poderoso que Padre. – ruedo los ojos –

–¿Madre? – prueba –

Lo pensamos unos segundos y nos miramos a un tiempo mientras negamos con la cabeza.

-Nunca hemos tenido esta conversación. – determinamos –

Vuelvo a mis habitaciones con mi hermanito pisándome los talones. Me giro bruscamente, sorprendiéndole. 

-¿Qué rayos haces en mi habitación Microbio? Deberías estarte preparando para ir a la escuela.

-No puedo ir a la escuela con los ojos de este color.

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora