Parte 38

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Abandono las habitaciones que Rebecca estuvo ocupando colgada del brazo bueno de esta.

Tras nosotros un Demonio del servicio trae su equipaje. Por más que traté de persuadirle para que se quedara un poco más, no fui capaz de convencerle.

Voy a extrañarla tanto. Siento que ahora es cuando más la necesito.

-¿Estás segura de querer irte? – insisto aún sabiendo cuál va a ser la respuesta –

Ella bufea volviendo los ojos al techo en un gesto bastante grosero.

-Mi hermanito está viniendo por mí, quedó en llamar en cuanto estuviera del lado opuesto a la verja. – hace una pausa – No quiero verle la cara ni un día más a tu queridísimo esposo.

-¡Rebecca! – regaño –

-¿Qué? Antes no me agradaba mucho que digamos, y después de lo que te hizo...

Se interrumpe en cuanto ponemos un pie en la cocina.

Colette está junto a la estufa haciendo un omelette que huele a cielo y, por primera vez en un tiempo tengo ganas de comer.

Se me hace la boca agua.

Muchísimas ganas de comer.

Mis ojos colisionan con los de mi esposo, el cual se encuentra sentado a la mesa, en el extremo opuesto de la cocina.

El color rojo vino apagado
de sus ojos me preocuparía. Pero posiblemente solo esté dolido porque no dormí con él.

Bien. Yo también estoy dolida. Y molesta. Las últimas palabras que dijo respecto a nuestro bebé...no quiero ni recordarlas.

Estoy sumamente molesta con él.

-Buenos días. – digo sentándome frente a él, del otro lado de la mesa –

-Buenos días. – me devuelve el saludo Colette sin volverse a mirar – El desayuno estará en la mesa en cortos minutos. – informa –

La mirada de mi esposo luce dolida los primeros segundos. Luego endurece. Y finalmente cambia de color, como su esencia.

Mira en dirección a mí mejor amiga.

-Exactamente, ¿Qué fue lo que le hice a mi esposa?

Ugh. Esto no va a salir nada bien.

Rebecca se regodea en su silla, apoya los codos sobre la mesa y responde.

-No es lo que le hiciste, sino lo que continúas haciéndole. – Ethan arruga el entrecejo – Arruinando su vida.

Cierro los ojos de golpe. Señor Todopoderoso, ella no acaba de decir eso.

-Exactamente, ¿Cómo es que estoy haciendo eso? – le desafía él –

-Becca...

-No. – me interrumpe mi esposo – Déjale que hable. Quiero oírlo. Necesito oírlo.

Mi mejor amiga va a hablar. Pero una llamada en su móvil le distrae.

Inmediatamente todo en Ethan cambia. Desde su postura, el color de sus ojos, su olor y su esencia. Está última alcanzando niveles que últimamente habían estado rozando el suelo.

Todos nos miramos en silencio. Un silencio incómodo. Pero mi esposo solo me está mirando a mí.

-Ethan... – Colette arrastra su nombre suavemente –

-Mi hermanito ya está aquí. – sonríe Becca demasiado animada – Acompáñame Evangeline.

Toma una de mis manos y me arrastra tras ella. Lo último que veo es como Colette sostiene ambos hombros de mi esposo, manteniéndole sentado a la mesa.

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora