Cinco días. Han pasado cinco días desde que mi vida se volvió un perfecto caos.
Abrazo mis rodillas sobre mi pecho y aprieto con fuerza los ojos. Me hundo aún más sobre el mullido colchón de mi cama nupcial.
Cinco días de discusión tras discusión, cristales de persianas rotos, cortinas ardiendo y suelos temblando.
Dejo escapar todo el aire que mis pulmones estaban conteniendo y mi cuerpo arde. Todo duele.
Siento pasos lentos y silenciosos acercándose y vuelvo a practicar apnea. No estoy lista para otra discusión. No hay mantra o palabras de aliento mental que me preparen para enfrentarme a sus ojos color fuego devorador. No puedo...
Una mano delicada me sacude por encima de la cobija.
No es... él.
Descubro mi cabeza y miro los ojos asiáticos de un color rojo vino apagado.
-Traje un poco de leche con cereales, y vitaminas para...
Niego con la cabeza y vuelvo a cubrirme. Aislándome.
-Evangeline tienes que comer algo. – escucho la voz de Mitsuhisa – Los últimos días no te has estado alimentado correctamente y desde ayer en la mañana no comes nada.
Me destapa bruscamente.
-¡Mírate! – me insta – Haz perdido muchísimo peso. ¿Cuándo fue la última vez que te bañaste o peinaste? Luces fatal...
-¿Cuál es el punto? – me incorporo –
¿Para qué quieres que esté limpia y arreglada si de todas formas nadie va a notarlo?Ella me mira con lastima.
-Al menos come algo.
-No tengo ganas.
-Evangeline, es necesario que te mantengas alimentada por...
-Por mi condición. – termino por ella – Es lo único que realmente te importa, nada más que eso...
-¡No es cierto! – se ofende – También me preocupo por ti. ¿Crees que puedes ayudar en algo estando en estás condiciones? Así de desaliñada y débil.
Abro los ojos como platos ante sus palabras. ¿Ayudar? ¿Dijo ayudar?
-¡¿En serio?! – exploto – ¡¿Ayudar?! Ni siquiera puedo salir de esta habitación Mitsuhisa. ¿Cómo piensas que puedo ayudar estando encerrada aquí? – señaló hacia mis nuevos ventanales – ¿Ves esas cortinas pesadas? Hace días que no se retiran. Ni siquiera sé lo que es la luz de sol...
-Es por tu propio bien.
Miro más allá de la doctora de la familia para encontrar a mi esposo de pie en la puerta. Su impecable uniforme del ejército, su rostro grave y mirada devoradora de almas.
No le sentí llegar.
Lo cual no me sorprende, estamos perdiendo esa conexión que teníamos y ninguno se ha preocupado por detenerse a recuperarla. Él ha estado demasiado tiempo ocupado aislándome del mundo y yo, aislándome de él.
Protegiéndome. Acaricio mi vientre suavemente. Protegiéndonos.
-¿Mi propio bien? – repito sus palabras – ¿Crees que me siento BIEN estando encerrada en este dormitorio, separada del mundo, de todos los que conozco? No me dejas salir al jardín...
-No puedes abandonar las paredes de la estancia. – arruga el entrecejo – Lo sabes.
-¡No me dejas ni abrir las cortinas de las ventanas!
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Luz [COMPLETA]
RomanceEs apuesto, sexy e irresistible. ¿Lo peor? Él lo sabe. Evangeline sabe que pude caer rendida ante sus pies. Ahora... ¿Cómo lograr que un Demonio de la Lujuria te deje entrar en su vida? Simple, le obligas a casarse. Ethan no sabe lo que es el amo...