Parte 25

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Al regresar encuentro la estancia abarrotada de Demonios desconocidos por doquier. Todos me saludan con una inclinación de cabeza, pero nadie me dirige la palabra.

Una muy animada Ellienne aparece con otra corte de Demonios portando libretitas donde escriben frenéticamente cada una de las palabras de ella. Al verme su sonrisa se hace enorme y corre para colgarse de mi cuello, bese mi mejilla derecha y va a hablarme, pero le interrumpo.

- Ahora no. – niego – ¿Dónde está Evangeline?

Llego a mis habitaciones siguiendo la indicación de mi hermana y le encuentro junto a...

Palidezco al encontrarme a la delgada y etérea figura que es Annette Lemoine junto a las mellizas de Etienne.

La idea de una inminente masacre corre veloz en mi mente al ver a la rubia brutal tan cerca de Evangeline. No es bueno. Nada bueno.

- ¡Estás aquí! – espeta Evangeline muy animada acercándoseme, pero su actitud cambia al encontrarme aún de piedra – ¿Por qué no llamaste para decir que llegabas hoy?

- Quería sorprenderte. – respondo sin apartar los ojos de la arpía rubia – Y soy quien se encuentra sorprendido.

Camino los pasos que nos separaban. Beso dulcemente los labios de Evangeline mientras le estrecho contra mi pecho, donde puedo protegerle, escudándole; para girarme hacia los tres Demonios.

- Señoritas. – saludo a las hermanas con una inclinación de la cabeza – Annette. – digo gravemente – Cuanto tiempo.

- Mucho. – alega ella con una sonrisa...tímida, mirando de reojo a Evangeline – Tienes una prometida sorprendente. – me ataco ante el comentario de ella, lo que me provoca un imperceptible pellizco por parte de Evangeline – Les dejo ser. – anuncia – No vemos al rato chérie. – se despide de ella –

Los tres Demonios desaparecen en una nube de humo, dejándome absolutamente perdido.

- ¿Qué acaba de pasar? – pregunto mirando directamente a los ojos de mi prometida – ¿Qué hace Annette Lemoine aquí?

- Etienne censuró a su hermana respecto a aquel incidente con la lencería. – me informa – A modo de disculpa ella se ofreció a diseñar mi vestido de novia. Por eso está aquí, piensa encargarse personalmente del asunto y, durante todo este tiempo que hemos estado juntas terminamos llevándonos bastante bien.

No me creo ni una sola de sus palabras. Pero eso ahora mismo no me importa porque creo que ha dicho vestido de novia.

- ¿Vestido de novia? – repito – Aún no necesitas un vestido de novia. – le recuerdo –

- Sí lo necesito. – insiste –

Elevo ambas cejas.

Ella toma una fuerte bocanada de aire.

- No casamos el lunes de la semana próxima.

- ¿Me puedo unir?

Miro en la dirección de la voz y encuentro a Colette acercándose a mí impecablemente vestido con un traje negro con corbata de moño blanca, los cabellos dorados repeinados hacia atrás y una sonrisa cómplice en el rostro que acentúa más la fuerza del brillo de sus ojos.

Sonrío al ver como blande una botella de Vodka Absolut en sus manos.

- ¿De dónde has sacado eso?

- ¿Importa? – dice ofreciéndome la botella tras beber un trago –

- Mi hermana puede matarte si descubre que has traído una bebida como ésta a una festividad tan importante. – le recuerdo bebiendo, casi me atraganto, quema en mi garganta –

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora