Parte 29

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Tras despedir a Valdus camino lentamente hacia mis habitaciones, me detengo junto a uno de los postes de la cama para mirarle. Recostada sobre muchos almohadones, con una de sus manos bajo su mejilla derecha, su pesada trenza sobre uno de sus hombros y boquita de rosa entreabierta; profundamente dormida.

Hemos tenido un día sumamente largo. Ella y Annette estuvieron todo el día trabajando en el vestido ideal mientras me he estado encargando de que nuestra seguridad sea absolutamente perfecta. 

No es que piense que esté en peligro realmente, Branwen siempre ha tenido ansias de poder, pero no es desesperado, ni estúpido. No se atreverá a atacarme frente a toda la sociedad parisiense.

Una llamada llega a mi móvil y me desmaterializo en un latido. No quiero despertar a Evangeline. Es mi padre, otra vez. Nunca he hablado tanto con él como éstas últimas doce horas.

- La Guardia Real está lista para intervenir en caso de ser necesario. – hablo mientras abandono las habitaciones – 

***

Despierto sobresaltada buscándole por todas partes. Estoy a solas. Otra vez.

Me levanto y camino hasta las afueras del dormitorio, no le veo por ninguna parte. Cierro mis ojos y respiro consternada. ¿Dónde está? Pienso regresar pero, le...siento. No sé cómo, pero mis pasos me llevan hasta uno de los gabinetes de la estancia donde le encuentro, rodeado de una docena de Demonios con el uniforme similar al del General Valdus, pero con menos rojo y nada de dorado.

Ethan me ve antes que ellos, sonriéndome.

Simultáneamente los Demonios se giran en mi dirección, colocan una rodilla sobre la alfombra del lugar, llevando su mano derecha sobre el corazón y mirándome directamente a los ojos.

- ¡Servirle postrado de rodillas si es necesario mientras me dure la eternidad!

Gritan al unísono. Haciendo que mí corazón lata a toda prisa, emocionada.

Siguiendo el gesto, llevo una mano también a mi corazón y asiento con la cabeza.

Ellos se incorporan y se colocan a ambos lados, dejándome el paso libre hasta donde su Príncipe se encuentra. Al acercármele, rodea mi cintura con una mano y me besa en la frente.

- Estábamos terminando de verificar lo de esta noche. – me dice –

- Qué bien. – río, miro en dirección a los soldados – Pueden retirarse, no les necesitaremos por el resto del día. – Ethan se tensa a mi lado – Gracias por todos sus esfuerzos.

Ellos me ofrecen una reverencia y se marchan del lugar.

Miro a mi esposo y le sonrío dulcemente.

- Despediste a mis soldados. – dice más divertido que molesto –

- NUESTROS soldados. – le corrijo – "Todo lo que era mío, es nuestro ahora". – él abre los ojos sorprendido – Fueron tus palabras. Además, ¿Para qué les necesitas? Todo va a salir a la perfección. Vamos a descansar. – digo comenzando a andar –

- ¿No acabas de levantarte?

- No dormiste anoche. – le digo – Necesitas estar descansado y fresco para la cena de hoy en la noche. Voy a tener un vestido esplendido y me encantaría que me sacaras a bailar. Porque... ¿Habrá un baile?

- Probablemente. – se encoje él de hombros – No estoy tan cansado...

- Ethan Daeminium. – le interrumpo – Vas a acostarte a dormir conmigo a mi lado. Es una orden.

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora