Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo cuarenta y uno

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Día uno 

Después de mucho convencimiento, Robyn finalmente logró que Winnie aceptara Aparecerla en el mercado de Malarkey. Ni siquiera les había dicho a sus padres que iría a ningún lado, de todos modos, normalmente se escondía en el bosque todo el día, como una ninfa del bosque. Lloyd estaba en la casa de Theo y Dylan estaba... en alguna parte. Ninguno de ellos cuestionaría su paradero (con suerte).

Aterrizó con bastante inestabilidad y abrió los ojos para ver un pub llamado The Pink Griffin justo en frente de ella. Con un vistazo alrededor, lo primero que notó fue que era muy colorido (había arcoíris por todas partes. Capital gay de hecho) y muy concurrido. No necesariamente con gente, sino con puestos. Había una estatua justo en el medio, de lo que ella identificó como un enorme Murtlap. Tenía sentido, supuso, ya que se encontraban principalmente en las zonas costeras de Gran Bretaña y Brighton estaba en la costa. Pero los Murtlaps eran feos. Eran ratas de agua sin pelo, básicamente, con extraños tentáculos en la espalda.

¿Por qué alguien querría ver una estatua de eso?

Además, le recordaba a Peter Pettigrew.

Qué asco.

De todos modos.

Debía de haber al menos cincuenta puestos repartidos. ¿Mercado Malarkey? Tiene sentido (oh, la ironía).

—¡Winnie recogerá a la señorita Robby aquí a las cuatro y media, lo hará! ¡Y la señorita Robby no llegará tarde, no lo hará! — Winnie ordenó severamente como lo haría una madre, pero agregó: —¡Oh, y la señorita Robby se divertirá!

—Gracias, Winnie. De verdad. Te lo debo — asintió agradecida, consciente de que Winnie se estaba arriesgando por ella.

—¡Winnie vive para servir a la señorita Robby!

Robyn se encogió ante eso, pero se despidió de la elfina sin decir una palabra más.

Ahora, ella estaba sola.

Hasta que llegará Astoria, eso es. Que debería ser en cualquier momento. Pero primero probablemente debería encontrar el Martha's Musicorum

Se abrió camino a través del confuso grupo de puestos y finalmente llegó al otro lado a una calle angosta y adoquinada con tiendas a ambos lados. Inmediatamente a la izquierda había una sucursal de Gringotts, y frente a ella estaba el Museo de Curiosidades Muggles. Eh. Tendría que comprobarlo. Pero estaba distraída cuando su mirada se movió hacia la tienda de al lado: ¡Martha's Musicorum!

Está bien, eso no fue tan difícil de encontrar.

Se acercó y miró por la ventana, viendo un gran tocadiscos y una pila de discos.

"Déjame adivinar", pensó, "las brujas de Mcbeth y Celestina Warbeck".

Se paró remilgada, correcta y perfectamente junto a la tienda, esperando pacientemente a Astoria.

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De acuerdo, Astoria era bastante despistada a veces. Y sabía que ella llegaba tarde a las cosas. Pero esto estaba un poco lejos.

Hacía una hora. Y la paciencia de Robyn se estaba agotando. Se apoyó, molesta, contra la pared de la tienda de música y suspiró profundamente. ¿Dónde estaba Astoria?

La niña le había escrito ayer (domingo, hace un día), treinta y uno de julio, diciéndole que nos encontráramos mañana (lunes, que era hoy, el día que sigue cuando uno dice mañana), el primero de Agosto, a las doce del mediodía. No las doce de la noche. Mediodía. Y ahora era la una de la tarde. Énfasis en después.