Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo ochenta y dos

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—Eras amigo de Regulus Black, — comenzó Robyn simplemente, mirando a Nadir cuidadosamente mientras se sentaban juntos en el salón, el enorme tapiz de la familia Black actuando como telón de fondo. Miró la imagen de Regulus mientras hablaba.
 

—Lo fui...— dijo Nadir pensativamente, mordisqueando una gragea de Bertie Bott.

—¿Entonces qué pasó?

—Pasaron muchas cosas, — dijo vagamente, luego hizo una mueca. —Hm. Coles de Bruselas. Las detesto.

—También yo — dijo Robyn honestamente, pensando en todas las veces que Winnie la había obligado a comer el vegetal ofensivo, y... —Espera, deja de distraerme, — resopló.

Jadeó como si estuviera sorprendido, —Nunca lo haría.
 

— Está bien...— coreo —entonces responde mis preguntas.
 

—Pequeña Ravenclaw curiosa, realmente lo eres.
 

—¡Literalmente lo estás haciendo de nuevo! Entonces, — continuó antes de que él pudiera decir lo contrario. Levantó las manos en señal de derrota. —Regulus se convirtió en mortífago cuando tenía dieciséis años, ¿verdad?

Nadir se encogió. —¿Cómo sabes eso?

—Sé muchas cosas, — dijo ella, tan vaga como lo había sido antes.

—Pequeña Ravenclaw curiosa — repitió. —Es correcto. Se convirtió en un mortífago.
 

—No pareces del tipo que es amigo de un mortífago.
 

—Sí, bueno. Dejé de hablarle cuando se convirtió en uno, ¿no?

—¿Lo hiciste?

—Lo hice.

—Está bien — Eso tenía más sentido para ella. —Pero seguramente él siempre fue... ya sabes, un supremacista de sangre y... todo eso.

 

—Ciertamente. Y yo también.

 

Eso no tenía sentido para ella. ¿Nadir? ¿Un supremacista de sangre? Ella simplemente no podía verlo.

—¿Tú?

—Desafortunadamente, sí. Cuando estás condicionado a pensar de cierta manera, es difícil ver lo contrario. Estoy seguro de que estás de acuerdo. Pero lo hice: vi el error en mis formas y fui rehabilitado con la ayuda de algunos otros, — él admitió.

Robyn quería reírse de su redacción. Le recordó la Operación: Rehabilitar a Rosie . Eran básicamente la misma persona, ¿no? Le gustaba pensar eso.

—¿Quiénes eran los otros? — Ella se preguntó.

Él sonrió, —Estás familiarizado con algunos, — y señaló hacia abajo, hacia donde estaba el salón.

Ella le devolvió la sonrisa, sorprendida. —¿Sirius y Remus?

—Y James. No olvidemos a James.

 

Ella asintió. —El padre de Harry.