Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo cincuenta y ocho

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Finalmente, llegó el día del Baile.

Por supuesto, también era Yule.

Entonces, regalos, y... bla, bla, bla.

Más importante aún: el Baile, que comenzaría a las ocho en punto.

Robyn no necesitó mucho tiempo para prepararse. Había oído historias de muggles que se tomaban horas y horas peinándose, maquillándose y demás, pero ella tenía magia. Ella no necesitaba horas.

Bueno, nunca había tenido que hacer estas cosas sola, así que convenció a Winnie para que subiera a su dormitorio para ayudarla, lo que llevó a Winnie a ayudar a todas las chicas de Ravenclaw, que estaban muy emocionadas de conocerla. Parecían olvidarse de P.E.D.D.O. por un tiempo, incluso Lana, quien había ayudado a Hermione a fundar la organización.

Oh bien. No es como si Hermione estuviera cerca para regañarlas.

Finalmente, estaban listas. Robyn honestamente no había hecho mucho. Por un lado, dejó su cabello suelto en su mayor parte, cayendo en ondas por su espalda con un poco de ondas para que pareciera más elegante de lo habitual. La parte superior de su cabeza ostentaba una pequeña corona hecha de estrellas plateadas.

Su vestido estaba hecho principalmente de tul y era de un tono azul tan claro que casi parecía plateado. Tenía mangas pequeñas a la altura de los hombros y varias estrellas bordadas en el corsé y en la parte superior de la falda.

Tenía una sensación celestial, y era impresionante. Tendría que acordarse de darle las gracias a su madre.

Winnie había llorado varias veces durante el proceso, afirmando que estaba "muy orgullosa" de "su hermosa señorita Robby". Eso casi hizo llorar a Robyn también, pero no quería arruinar su maquillaje.

Luego, Winnie se había asegurado de que su maquillaje no se arruinara lanzando algún tipo de hechizo.

—Te ves como estrellas durante el día — dijo Luna desde su cómoda posición en el suelo.

Robyn se rió levemente. —Gracias... creo.

Y era hora de irse.

Como prometió, Potter permaneció obediente frente a la entrada de Ravenclaw para Olivia, y se había llevado a Weasley con él. Curiosamente, al otro lado del corredor estaba Draco.

Parecía que, al menos por esta noche, no tenían rencor el uno hacia el otro, ya que estaban demasiado concentrados en otras cosas.

Olivia y Lana fueron a Potter y Weasley. Robyn fue hacia Draco.

Draco se inclinó y le dio un ligero beso en la mano. Se dio cuenta de que los dos chicos de Gryffindor miraban con sonrisas satisfechas que la hicieron poner los ojos en blanco. Al menos Draco era un caballero.

—Te ves celestial, Robyn. Verdaderamente... exquisita.

—Vaya, gracias, Draco. Te ves bastante apuesto.

—Si fuera ella, me iría corriendo — susurró Weasley teatralmente en voz alta a los demás.

Draco se burló, —¡Al menos sé cómo tratar a una dama, y ​​mi túnica no ha salido directamente de mil ochocientos noventa!

Bueno, ahí estaba la malicia.

—Draco — dijo Robyn, tirando de su manga, —déjalo a él y a su túnica en paz.