Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo 104: Reliquias de la Muerte

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—No creí que fueras capaz.

Robyn sacudió la cabeza con cansancio, apenas tenía energía para entretener a su padre. En cuanto ella y Lloyd habían desparecido en su mansión, él había salido corriendo y había exigido saber si Dumbledore estaba muerto. Obviamente, lo estaba.

¿Lo hiciste tú? ¿Lo mataste?

Sí.

Ni siquiera le había preguntado si estaba bien, si se había recuperado de haber estado a punto de ser asesinada ella misma, y apenas había reconocido a Lloyd o el hecho de que estaba herido (por cortesía de Robyn, vaya). Ahora, Robyn estaba sentada en un estudio poco iluminado, con su padre sentado frente a ella. Estaba cansada, exhausta y agotada y, quizás sobre todo, triste.

Dumbledore había muerto.

—Ya lo he hecho antes, ¿no?— murmuró ella, mirando sus manos temblorosas.

—No, — dijo él, recostándose despreocupadamente en su silla, —no lo has hecho, en realidad.

Ella se congeló.

—¡Hubo una iniciación! — dijo con fiereza. —¡Una mujer muggle! ¡Torturada! Muerta!

Dumbledore negó con la cabeza: —No, te han engañado.

Ella se rió con incredulidad. —¿Engañado? Yo estaba allí, yo lo hice. No puedes decirme que no fue real, no puedes decirme que la culpa no es real. No lo sabes todo.

—¿Recuerdas siquiera haberlo hecho, Robyn? — preguntó con los ojos entrecerrados.

Seguramente no. Seguramente Dumbledore sólo había estado tratando de entretenerla, o tratando de convencerla de que no lo matara, o...

—¿Qué... quieres decir? — dijo ella lentamente, levantando la mirada para mirar a su padre con los ojos entornados.

—No has matado a nadie... no antes de esta noche, al menos, — añadió, sonriendo... sonriendo enserio.

—Mi iniciación...— susurró ella, aunque se interrumpió, sin palabras.

—¿Nunca te pareció... extraño, que no recordaras haberlo hecho? ¿Que esa mujer muggle hubiera estado viva en un momento y muerta al siguiente... para ti, al menos?—

—Estás diciendo...

—Digo que sabía que no estabas preparada y que no iba a permitir que te humillaras, que humillaras a nuestra familia, delante del Señor Tenebroso por no hacer lo que te pedía, así que te hice un imperio, un trabajo de lo más fino, debo añadir, teniendo en cuenta que nadie, ni siquiera tú, se dio cuenta. Lo hice por ti. Te ayudé.

—Yo no la maté, — dijo ella… fue más una afirmación que una pregunta, pero él respondió, no obstante.

—No, no lo hiciste.

—Todo este año... todo este año creí que había matado a alguien, — resopló, cubriéndose los ojos con la mano mientras negaba con la cabeza una y otra vez, pues estaba en conflicto. No había matado a nadie: bien. Muy bien. Pero se había sentido culpable -tan culpable- durante mucho tiempo, y por nada.

Bueno, no por nada. La mujer seguía siendo torturada y asesinada por la varita de Robyn, pero, al menos, no había sido por ella. Más o menos. Lo fue. Pero no lo era.