Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo cuarenta y cinco

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Día cuatro.

—¡Robyn!

—¡Mione! ¡Hola! — Robyn rió mientras Hermione la tomaba en sus brazos como saludo. —¡Solo ha pasado una semana! — dijo suavemente al oído de Hermione, pero tampoco la soltó.

—¡Estaba aburrida! — se quejó Hermione.

Lo suficientemente justo. Robyn también se había aburrido. Terriblemente. Había pasado sus horas en la biblioteca deseando estar con esta chica en su lugar. Dioses, ¿cómo había sobrevivido todo julio sin verla?

Se dio cuenta con una sacudida en el estómago que tal vez se estaba volviendo un poco dependiente de ella. Pero parecía que Hermione le pasaba igual...

—Te voy a enseñar a nadar hoy — declaró Hermione mientras se alejaba. Robyn deseó que durará un poco más. Oh bien.

Espera, ¿nadar?

Robyn pensó que Hermione estaba bromeando...

—¿T-tú no estabas bromeando sobre eso...?

—¡Por supuesto que no! — se burló Hermione. —¿Qué pasa si te caes al agua accidentalmente un día? ¡No puedo dejar que te ahogues!

Honestamente, no podía pensar en una respuesta, así que se encogió de hombros en acuerdo. Hermione sonrió y procedió a guiarla fuera de The Lanes.

—Primero, nos dirigiremos a lo de Ziggy y Juniper; dijeron que podemos cambiarnos en la parte de atrás. Te traje un traje de baño, de nada. Me, ehh, me gusta tu vestido, por cierto. Suerte que lo usaste. Más fácil de cambiar dentro y fuera. Y...

—¡Respira, Mujer! — dijo Robyn. Pero estaba un poco perdida en su cabeza, contemplando todo el asunto de la natación. Estaba un poco nerviosa por eso. Y aparentemente Hermione podía decirlo.

—Oye, ¿estás bien? — preguntó cuando se detuvieron en un crucero. Hermione le había informado previamente que se supone que los autos deben detenerse para los peatones en estas cosas, pero Robyn tenía muchas dudas. Entonces, naturalmente, se aferró a su propia protectora personal contra los autos: Hermione. Merlín, ¿cómo había hecho esto sola la semana pasada? Si tuviera la opción, ¡nunca volvería a elegir viajar por el mundo muggle sin Hermione!

—¿Yo? ¿Eres tú? Tú eres la que está divagando. ¡Dije que tomaras un respiro! — ella replicó. Tal vez necesitaba a Hermione para protegerla de los autos, pero no necesitaba que se preocupara.

—¡Estoy respirando! ¡Tú eres la que me sujeta con tanta fuerza que mi brazo está a punto de caerse! No es que me importe, bueno, preferiría que no, pero si necesitas...

—¡Respira!

—¡Tu respira!

—Oh, mírame — dijo Robyn mientras respiraba teatralmente, —respirando.

—Bien.

BEEP

Oh. Había un coche esperándolas a que crucen la calle.

Autos estúpidos y groseros haciendo esos ruidos estúpidos y groseros.

—¡Vamos! — instó Hermione.

Robyn hizo una mueca al auto cuando pasaron frente a él, y volvió a sonar.

Estúpido.

Hermione la regañó con firmeza, —¡No le hagas muecas a los autos!