Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capitulo 105

♡━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━♡

—Lo siento mucho, señor Ollivander. Estuve fuera inesperadamente durante dos semanas, debe entenderlo.

Ofreció una débil sonrisa. —No hay problema, Robyn, querida, no eres la única que me cuida, aunque admito que me extrañé nuestras conversaciones.

Ella sonrió ante sus palabras, pero luego procesó sus otras palabras.

—¿No soy el única?— ella frunció el ceño, cautelosa. —¿Quién más...?

—Yo.

Podría haber muerto de un ataque al corazón en ese mismo momento.

Girando tan rápido que le crujió el cuello, sostuvo su varita hacia el intruso solo para que el intruso le golpeara la muñeca con los ojos en blanco.

—¡Lloyd! — ella jadeó. —¿Qué demonios…?

—No, qué demonios tú.

—Eso... no tiene sentido, — dijo sin aliento.

Volvió a rodar los ojos. —Lo que sea. Tienes que ser más cuidadosa. ¿Qué pasaría si yo hubiera sido Colagusano, o peor, el mismísimo Señor Oscuro, y hubieras estado aquí tomando el té con el Sr. Ollivander? ¿Entonces qué?

—N-no sé, solo quería escaparme antes de que Nagini comenzara a comer, ehh...— se encogió, —a esa mujer. Eso es asqueroso.

—No importa, tienes que estar alerta en todo momento. Pensé que se suponía que eras buena para mantener la calma y estoico y todo eso, eso es lo que dijo Snape.

—Supuestamente…— murmuró, bastante incrédula, porque definitivamente estaba más emocional de lo que dejaba ver a los demás. —Pero espera, — ella sonrió levemente, —¿Snape dijo eso? Aw.

—Sí. Snape te ama, el Señor Oscuro te ama, Padre te ama. Realmente estás ganando.

Fue su turno de poner los ojos en blanco, chasqueando la lengua: —No seas estúpido.

—Incluso el Sr. Ollivander te ama, ¿qué, nuestras conversaciones no son lo suficientemente buenas? — dijo Lloyd mordazmente, y Robyn tuvo la sensación de que estaba bromeando, pero a veces era difícil de leer.

—Prefiero disfrutar las conversaciones con ustedes dos, — dijo Ollivander cortésmente, probablemente sin querer morder las manos que lo alimentaban.

—Deberías conocer a nuestra hermana, entonces. Es mejor que los dos juntos, — dijo Robyn a la ligera.

—Oye, — Lloyd frunció el ceño, cruzando los brazos.

Robyn no dijo nada, pero le dirigió una mirada de complicidad.

—... Sí, está bien, — concedió rápidamente. —Ahora lárgate.

—¿Qué? Por qué?

—Porque, discúlpeme si me equivoco, pero no creo que el Sr. Ollivander quiera comer algo que te has metido debajo de tu camisa. No es muy higiénico, ¿verdad?

Ella frunció. —No tengo comida metida en la camisa.

—Entonces vete. No tienes razón para estar aquí. Yo, sin embargo, vengo con regalos. — Abrió su chaqueta para revelar un paquete marrón. —Un rollo de tocino para el Sr. Ollivander.

Escuchó a Ollivander suspirar en agradecimiento cuando Lloyd dejó caer el paquete en su regazo. —Oh, gracias, gracias...— se detuvo, comiendo el panecillo con una renovada sensación de vigor.