Capítulo treinta y cuatro

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Robyn, — Granger se giró hacia ella abruptamente.

Robyn también se giró, —¿Qué?

Dime qué diablos acaba de pasar, por favor.

Robyn se rió con incredulidad, pero se puso seria rápidamente ante la expresión solemne de Granger, —Estoy confundida.

¿Estás confundida? Estoy confundida — Granger frunció el ceño.

Robyn asintió, —Está bien. Ambas estamos confundidas. ¿Sobre qué estás confundida, exactamente?

Granger la miró como si fuera una idiota. —Los elfos domésticos... ¿No les pagan? Y digo la palabra "libre" y se vuelven completamente locos. ¿Por qué estás confundida?

"Muchas cosas" pensó Robyn, pero dijo: —Estoy confundida acerca de por qué estás confundida.

Granger respiró hondo antes de responder con una voz mortalmente tranquila: —Está bien. Bueno, si me explicas por qué sucedió eso, ya no estaré confundida. Y si no estoy confundida, entonces no tienes nada de qué estar confundida, cualquiera...

Di "confundida" de nuevo — bromeó Robyn. Granger la fulminó con la mirada en respuesta. —Está bien, está bien. ¿Qué es lo que ya sabes sobre ellos?

Granger parpadeó. —Sé que trabajan en las casas de las personas. Y Hogwarts también, evidentemente. Sé que uno trató de salvar a Harry el año pasado, pero tuvo problemas porque no podía hablar en contra de su empleador o algo tonto. Ahora me acabo de enterar que no les pagan. Y... eso es todo, de verdad.

Robyn asintió con un suspiro, —Supongo que los elfos domésticos viven para servir. Tienen un amo para el que trabajan. Mi elfina doméstica, Winnie, prácticamente me crió. Realmente no tengo mucho más que decir — dijo. se encogió de hombros.

Granger la miró fijamente, —¿Eso es todo, entonces? ¿Qué pasa si no quieren trabajar? — Robyn volvió a encogerse de hombros. —Entonces, están condicionados para trabajar y no se les paga por ello. ¿No crees que eso está mal?

Honestamente, no puedo decir que lo haya pensado alguna vez. Cuando lo dices así, sí. Sin embargo, los elfos de mi casa están felices. Y los de aquí también parecen felices. En todo caso, como tú acabas de presenciar, no les gusta la idea de ser liberados.

¿Pero por qué? Harry me dijo que liberó a uno llamado Dobby, quien aparentemente estaba muy feliz por eso.

Robyn negó con la cabeza, sin saber, —No podría decirte por qué, Granger. Dobby debe ser un elfo único. Mira, creo que deberías dejarlo, al menos por ahora. Tú misma dijiste que estás ocupada este año. — se detuvo cuando notó que alguien se acercaba por encima del hombro de Granger. Mierda. Era un Prefecto.

Chicas — habló el chico guapo mientras se acercaba. Era Cedric Diggory, el Capitán de Quidditch de Hufflepuff. Granger casi saltó de su piel ante la interrupción. —¿Saben que ya pasó el toque de queda? — alzó sus pobladas cejas.

Granger se congeló, por lo que Robyn se hizo cargo, —Perdimos la noción del tiempo — dijo y trató de parecer lo más inocente posible, esperando por Merlín que no las detuviera ni les quitara puntos.

Él asintió, —¿Aperitivo nocturno? ¿Cita?

Si Robyn todavía tuviera su té, lo habría escupido. —¡No! Solo... las cocinas... ¿Puedo irme ahora? — ella tartamudeó y mantuvo su mirada obstinadamente lejos de la chica a su lado que aún no había hablado. ¿Una cita? ¿Con Granger? Sí claro.

Agosto// Hermione Granger (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora