Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo setenta y siete

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El domingo por la mañana se reveló a través del Diario el Profeta que Dolores Umbridge había sido nombrada para el puesto de Suma Inquisidora.

No genial.

El domingo por la tarde se llevó a cabo la primera práctica de Quidditch de Ravenclaw.

Tampoco genial.

Comenzaron haciendo que el primer equipo jugara contra las reservas, solo para tener una idea del otro, conocer los estilos de juego de cada uno, etc. Y a Robyn le habría resultado divertido si Astrid no hubiera estado más o menos encima de ella todo el tiempo.

Fue muy frustrante y realmente la disuadió del juego, y Roger seguía gritándole que lo hiciera mejor.

Peor aún, Chester casi nunca le pasaba la Quaffle porque ya no le agradaba por la razón que fuera. Pero una de las pocas veces que lo hizo, ella lo atrapó con el ojo en lugar de con las manos (cortesía de Astrid, que chocó bruscamente con ella en el último segundo). Exactamente el mismo ojo que todavía estaba magullado, aunque tapado (gracias, Lana), después del estúpido telescopio de Fred y George.

Por último, estaba lloviendo.

Sí, no genial.

—Oye, Robyn, — dijo Astrid justo cuando todos habían terminado de cambiarse las túnicas de Quidditch húmedas.

—Astrid, — respondió claramente, no estaba de humor para entretener a nadie, especialmente a ella.

En un esfuerzo por dejar fuera a Astrid, saludó a Lisa Turpin, que estaba saliendo del vestuario.

—¿Y bien? — dijo Astrid, cruzándose de brazos con una mirada molesta en su rostro.

Robyn finalmente le dio la atención que deseaba. —¿Qué?

—Dije, ¿hay alguna razón por la que tienes una escoba tan vieja? Quiero decir, realmente, con un apellido como Rosier, pensé que tendrías algo de mejor calidad, ¿sabes?

Robyn frunció el ceño, sin haber pensado en su escoba o en lo buena que era. Simplemente estaba agradecida de que Nadir hubiera pensado en darle un regalo. No le importaba el costo, le importaba la intención. Y ni siquiera era vieja.

—La barredora once salió literalmente este verano pasado. No es vieja, — defendió.

—Tal vez, pero todavía no es tan buena como la Nimbus 2001, en el que vi a tu hermano durante la práctica de Slytherin. Entonces, ¿cómo es que no tienes una? ¿Eres la menos favorita, o algo así?

Robyn entrecerró los ojos. Astrid no tenía idea de lo doloroso que era eso. —¿Puedes irte? Gracias.

Astrid levantó las manos a la defensiva. —Solo digo. Yo también tengo la Nimbus 2001, estoy segura de que te has dado cuenta...

—Y aun así puedo volar mejor que tú. ¿No es eso interesante? — replicó Robyn, frotándose la barbilla como si estuviera pensativa.

(No lo era. Sabía que era mejor que Astrid. Llámala engreída todo lo que quieras).

Pero Astrid no se vio afectada en su mayor parte. Tarareó, sin molestarse, y miró a Robyn de arriba abajo como lo había hecho antes. —Ya veremos.

Y ella se fue.

Willow se acercó a Robyn en segundos.

—¿Qué pasa con ustedes dos? La tensión sexual es...