Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo Doce

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Después de una mañana llena de Hufflepuffs y Gryffindors, Robyn esperaba con ansias el quinto período de Transformaciones ya que lo compartieron con Slytherin. Ella y Astoria habían comparado rápidamente los horarios de pasada y se decepcionaron al ver que solo tenían Transformaciones e Historia de la Magia juntas. Bueno, también compartían Xilomancia y Astronomía, pero ambas clases eran solo una vez a la semana.

El almuerzo acababa de terminar y ella se dirigía (bueno, esperaba ir por el camino correcto) a Teoría Mágica que compartía con Gryffindor, después de decirles a sus hermanos que no había necesidad de escribir a casa porque su padre ya había asaltado la escuela y tuvo una rabieta en la oficina del director.

Ninguno de los dos pareció sorprendido por el hecho. Tampoco dijeron mucho sobre su reclasificación. Tenía la sensación de que simplemente no sabían qué decir. Para ser honesta, ella tampoco lo sabía. Pero ya estaba hecho y no había nada que pudieran hacer al respecto. Dylan le había asegurado que su padre probablemente no cumpliría con su afirmación de que liberaría a Winnie, antes de que Gunnar Rowle se la llevara. Interesante. Lloyd puso los ojos en blanco ante la mención de la elfa doméstica.

—Esa es una sirviente. Se supone que no debes ser su amiga — había dicho antes de separarse de ella para dirigirse a su clase del cuarto período.

Se quedó quieta donde él la había dejado y sacudió la cabeza con incredulidad. —¿“Esa”? Tan grosero— murmuró, aparentemente en voz baja. Pero…

—¿Qué es grosero? — Neville Longbottom estaba de repente a su lado. Y detrás de él estaba Granger.

—¡Oh! ¡Neville! No te me acerques así. Es impropio de un caballero, ¿sabes? — dijo exactamente con la misma falsa voz altanera que había usado en la Sagrada Gala de los Veintiocho.

—Oh, por favor, ¿no acepta mis más sinceras disculpas, señorita Rosier? — respondió con un puchero.

Ella negó con la cabeza y chasqueó la lengua. —Debería decírselo a tu abuela. ¿Qué tendría ella que decir sobre esta-esta-delincuencia! — ella jadeó.

—¡No! ¡No a la abuela! ¡Cualquier cosa menos a la abuela!

Granger aparentemente había tenido suficiente en este punto cuando interrumpió con el ceño fruncido. —¿En serio le vas a decir a su abuela porque él- qué? ¿Te dio un susto? Debes estar bromeando.

La diversión que sentía Robyn fue reemplazada rápidamente por irritación. Pero ella no interactuaría con la chica, no esta vez. El no compromiso fue la forma en que decidió que manejaría a los sangre sucia, ya que parecía que eran inevitables. Primero Lana, ahora Granger. No les hablaría a menos que fuera necesario.

—¡Estamos bromeando, Hermione! — Neville dijo en un tono amistoso. Luego se volvió hacia Robyn. —¿Ravenclaw? Me sorprendió no haber escuchado un vociferador en el desayuno. O en el almuerzo. ¿Será la hora de la cena?

—En realidad, el vociferador fue entregado en persona. A las seis de la mañana. En la oficina de Dumbledore — dijo con un suspiro. Notó que los ojos de Granger se agrandaron por el rabillo de su visión, pero prestó atención a Neville, quien le dio unas palmaditas en el hombro para consolarla.

—Lo siento por eso...

—Está bien — lo cortó ella.

Se quedó en silencio por un momento.