Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo noventa y siete

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Cuando se despertó, la luz se filtraba a través de las cortinas y dos personas estaban sentadas junto a su cama. Una, esperaba. La otra, no tanto.

—¡Dylan! — ella jadeó, sentándose rápidamente.

—¡Lloyd! — dijo Lloyd sarcásticamente.

—Te veo todos los días, — espetó ella, enviándole una rápida mirada. Y luego se inclinó sobre el borde de la cama y abrazó a su hermana con todo su valor. —Estás aquí...

—Es para que estés en la enfermería el día que te visite, ¿lo sabías? — Comentó Dylan mientras cepillaba el cabello de Robyn hacia atrás. —Estás aquí más de lo que no estás aquí.

Robyn ignoró la broma. —Olivia. ¿Está bien? ¿Está…?

—Ella está bien, — aseguró Dylan rápidamente, a lo que Robyn gimió en su hombro, —la pusieron en un coma inducido mágicamente para permitir que su cuerpo se recupere, así que ahora solo está durmiendo. Alguien me dijo que Madame Pomfrey la mantendrá aquí. durante dos semanas, tal vez más. Necesita esencia de ruda, mucha. Oye, ¿por qué lloras? Ella está bien.

Robyn solo pudo dejar escapar un suspiro tembloroso en respuesta. Dylan no tenía idea.

—¿Cómo sabes todo eso? — Lloyd dijo con curiosidad después del prolongado silencio. —No te estás convirtiendo en sanadora, ¿verdad?

—No. Ehm, acabo de escucharlo por ahí.

—Bien.

—Bien. En realidad, ¿puedo hablar con Robyn? ¿A solas?

—¿Por qué? — hizo un puchero infantil.

Dylan abrió los ojos cómicamente cuando dijo: —Cosas de chicas.

—Ugh.

—Espera, — exigió Robyn, agarrando su mano antes de que pudiera irse. —Gracias. Ya sabes, por traer a Olivia aquí.

Se encogió de hombros. —Ella es tu amiga.

Ella es tu amiga Casi la matas.

Se tragó el nudo que tenía en la garganta y asintió. Le palmeó la mano y se fue.

—No soy la única que vino a visitarte para el Año Nuevo, — dijo Dylan con picardía, reclinándose en su silla como si fuera misteriosa. Robyn inmediatamente pensó en Hermione, ¿quizás había regresado temprano a la escuela? …pero luego Dylan continuó: —El realmente me sorprendió.

—¿Él?

No fue su padre, ¿verdad...?

No, lo arrestarían antes de que pudiera dar cinco pasos dentro del castillo.

Mientras Robyn fruncía el ceño pensativamente, Dylan continuó: —Sí. Para ser honesta, realmente no lo reconocí, no lo he visto exactamente desde que era una niña pequeña, ¿verdad? Pero, oh, ahí está.

Y quién salió de la oficina de Madame Pomfrey sino Nadir.

Wow, dos de sus personas favoritas habían venido a verla. Realmente era lo último que se merecía en este momento, pero lo aprovecharía mientras pudiera. Si tan solo Hermione estuviera aquí también.

—Nadir, — sonrió débilmente, —te he extrañado.

—Yo también te extrañé, compañera, — dijo a la ligera mientras la abrazaba. —¿Cómo estás?