Agosto// Hermione Granger (Traducción)

Capítulo cuarenta: Cáliz de fuego

♡━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━♡

Padre se encontró con Robyn y sus hermanos en la estación de tren, lo cual fue una sorpresa. Habló brevemente con Lucius Malfoy, Thaddeus Nott y similares, luego le dirigió una sonrisa condescendiente a Sirius Black, quien estaba saludando al trío de Gryffindor. Su padre no era el único que miraba al hombre; todos lo estaban. No es sorpresa, de verdad.

Black mantuvo un intenso contacto visual con su padre antes de mirarla. Él le dio un sutil asentimiento que ella apreció, pero estaba demasiado paranoica para devolverlo. Luego, miró a Granger, quien la miró a los ojos. Se miraron la una a la otra (eso parecía suceder mucho), pero su padre colocó su mano sobre su hombro para aparecer de costado y ella miró hacia otro lado.

Desaparecieron con un estallido.

—Sirius Black, ¿eh? — Padre les dijo casualmente a los tres cuando llegaron a casa.

Se quedaron en silencio.

—¿Y bien? ¿Qué piensan de él, entonces? — continuó con las cejas levantadas. —¿Lloyd?

Lloyd se enderezo antes de hablar: —Es un tonto traidor a la sangre y una desgracia para la familia Black.

—Por supuesto — su padre asintió. —¿No están de acuerdo, chicas?

—Sí, padre — dijeron ambas de inmediato.

—Lo conocí en la escuela — dijo mientras fruncía el ceño pensativamente. —Seleccionado en la casa equivocada, amigo de sangre sucia y traidores de sangre por igual, abandonó a su familia...— Robyn podría haber jurado que Dylan se acercó más a ella. —No es de extrañar que haya terminado de la manera que lo hizo. Lástima que una familia tan estimada se haya reducido a... eso. Bueno, vayan a ver a su madre.

Aprovecharon la despedida y corrieron a verla.

♡━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━♡

Las semanas transcurrieron como de costumbre. Aprendiendo asuntos de damas, jugando Quidditch, deberes de verano, bla, bla, bla. Cada vez que Draco venía, intentaba deshacerse de Lloyd y los otros chicos para hablar con Robyn. Como resultado, Robyn adquirió el hábito de esconderse en los bosques que rodean la propiedad de su familia para evitarlo. Realmente no estaba segura de dónde venía su aversión por Draco. Seguro, ella nunca había estado loca por él. Pero durante un tiempo al menos estuvo dispuesta a pasar algún tiempo con él. Pero en estos días él simplemente la volvía loca; él siempre estaba tratando de tocarla. No, no inapropiadamente. Cosas inocentes, como un brazo sobre sus hombros, o sus dedos tocando los de ella. Y ella lo odiaba.

No podía soportarlo.

Además, cada vez que Draco coqueteaba con ella, Lloyd se ponía de mal humor y grosero. Y ella no necesitaba esa negatividad en su vida.

Había un árbol en particular junto al que le encantaba sentarse. Estaba en el borde del bosque más alejado de su casa y desde ese lugar podía vislumbrar las ondulantes colinas en la distancia. También había un pequeño arroyo cerca que proporcionaba un agradable ruido de fondo. Pasaba horas allí, leyendo. Y ella había leído cualquier cosa: libros escolares, revistas, ficción, no ficción, cualquier cosa. Sin mencionar que había vuelto a leer los diversos libros y cómics que le habían dado las chicas de Ravenclaw. Y las cartas también.

Sí, decidió que esta vez no ignoraría sus cartas. Padre le había parecido bien; tal vez se había dado cuenta de que ser clasificado en Ravenclaw no era tan grave como pensó al principio. Además, las posibilidades de que él interceptara sus cartas eran casi nulas, ya que las lechuzas volaron directamente hacia ella en el bosque. Entonces, se sentaba en el árbol a escribirle a sus amigas y Winnie se unía a ella cuando tenía la oportunidad. Robyn la había convencido de que tomara descansos, ya que técnicamente la elfina era suya. No de su padre, ni de su madre, sino de ella (aunque prefería pensar en la elfina como una amiga en lugar de algo a lo que pertenecer, particularmente después de la influencia de Granger). El único problema era que sus padres aún podían liberar a la elfina si querían, ya que ella trabajaba y vivía en su casa, por lo que tenían que ser discretas al respecto.