El viaje me ha dejado exhausta.
En cuanto recibí la noticia supe que debía volver sin importar el costo de dejar una vida alcanzada.
Las luchas y logros debían servir para algo más que la satisfacción de ser independiente: poder dejar todo sin remordimientos sin romper sueños sin frustrar a otros.
En cuanto recibí la noticia supe que esperaban que volviera, que perdonara, que dejara atrás los agravios y los enterrara. Supe que eso esperaban de mí y eso les daría.
Lo que no supe ni imaginé, fue que el viaje me tomara tanto tanto, que al llegar, nadie me esperara.