Operación Dostoyevski

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Después de la celebración de las bodas de plata todo volvió a la normalidad: cada uno por su lado, a su rutina, en su mundo, tan cerca y tan lejos del otro. Iban por carriles distintos pero hacia el mismo lugar. Pero eso solo ellos lo sabían.

Para sus conocidos, era una incógnita cómo habían durado tantos años juntos. Cuando sus familias y amigos recibimos la invitación para la celebración, todos nos sorprendimos, pero desde luego, ninguno comentamos nada al respecto durante el cálido evento que habían preparado.
Y teníamos motivos para extrañarnos porque a cada lugar que iban, lo hacían sin el otro. Tanto así que, en una rara ocasión en que coincidimos y en la que participaron los dos, les comenté que creía que se habían separado. Ambos sonrieron. No era la primera vez que se los decían, me comentaron.

Cuando supe que ella estaba en el hospital, se me encogió el corazón.
Imaginé cómo se sentiría su esposo y lo primero que me vino a la cabeza fue cuando, en el brindis de aniversario, él comentó el día en que se habían conocido. "¿Recuerdan aquel negocio de libros de segunda mano que estaba en el centro?", nos preguntó de manera retórica. Todos sabíamos a lo que se dedicaba él desde hacía más de tres décadas. "Bueno, pues ahí estaba Loren. Tan entretenida que ni cuenta se dio de que yo la observaba. Y miren que no podía quitarle los ojos de encima. Así que me acerqué y fingí que me interesaba el libro que ella hojeaba. Y cuando le pregunté sobre el autor, me contestó con todo lujo de detalles sobre la vida de Dostoyevski. En aquella época yo era profesor suplente de literatura rusa en la universidad, algo que no le dije. ¿Pero saben algo? Resulta que ella ya lo sabía y, además, sabía que yo frecuentaba aquel tesoro escondido". Todos reímos y Loren alzó su copa como diciendo: "yo también hice mi tarea".
Hoy la veo tendida en la pulcra cama recuperándose, rodeada de libros que él le ha traído y concluyo que el amor puede habitar en las parejas de una manera en que solo ellas pueden percibirlo.
Y me parece maravilloso.

DOSpalabrasUNrelatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora