CAPÍTULO 49: Mi hogar II.

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Un camino de velas estaba frente a mí, al caminar por esté llegamos a un árbol repleto de luces, había una manta en el césped con almohadas, él dejó una canasta encima de una pequeña mesa, frente a esto se encontraba la pantalla de un proyector y el camino de velas seguía hasta una hermosa cabaña que tenía un moño rojo en la puerta. Miré a Matt sonriendo y mordía mi labio emocionada...jamás pensé recibir algo así, más porque no es un día especial, se siente extraño.

-¿Te gusta? Traje un proyector, sé que te fascina ver películas, la comida chatarra. —dijo mientras encendía el proyector y mordí mi labio mirándolo, se veía bastante ansioso por mi respuesta. —y también un postre. —me dijo sacando todo y lo acomodó sobre la manta antes de acercarse a mí.

-Es hermoso...yo...gracias, todo esto es hermoso. —sonreí abrazándolo con fuerza hundiendo mi rostro en su cuello y suspiré al sentir sus brazos a mi alrededor. —no creí que serías del tipo romántico, pero me gusta. —me sujetó de las mejillas haciendo que lo mirara. —me encanta, es maravilloso. —sonreí mirándolo. — ¿a qué se debe?

-Por ti sería el más romántico del mundo, solo contigo. —él murmuró acariciando mi mejilla sin dejar de mirarme a los ojos. —se debe a que quería un momento a solas, una cita, solo tú y yo...nuestra primera cita oficial, nuestro encuentro no fue normal, nuestra relación tampoco, pero eso me gusta, me gusta tu forma de ser, me gustas cómo nunca imaginé, creí que te había perdido para siempre, lloraba cada noche por ti...esa sensación de vacío no quiero volver a sentirla nunca más, no quiero volver a perderte y sí mi corazón deja de latir algún día no dejaré de amarte. —lo miré sonrojada apretando mis manos en sus caderas, estás situaciones románticas me dejan sin palabras, en blanco y con mis emociones revueltas.

-Yo...no soy buena en esto, pero soy sincera cuando te digo que me gustas, me encantas y quizá no sabemos cuándo dure esto, sin embargo, te prometo que daré todo lo que jamás le he dado a alguien más, nunca he tenido una relación seria, creí que estaba enamorada, pero al conocerte me di cuenta lo que realmente es el amor, no es solo vivir de una ilusión de que todo sea color de rosas, me enamore de ti en poco tiempo, me negué a aceptarlo porque no creía en eso, pero sin darme cuenta entraste en mi corazón y sé que es para siempre, yo...quizá no sea buena expresando lo que siento o sea cariñosa, pero te aseguro que mi amor por ti es verdadero, por ti, por nuestro hijo, por mí, trabajaré en eso porque tal vez no soy lo mejor ahora, pero quiero serlo para ustedes.

-Eso para mí sonó bastante romántico. —me sonrió tomando mi mano y se arrodilló frente a mi metiendo su mano a la bolsa de su pantalón. —no te asustes...solo escúchame primero, ¿sí? —asentí despacio mordiendo mi labio cuando abrió la pequeña caja negra de terciopelo. —la primera vez que hice esto no estuvo bien, aunque en el fondo lo quería...ahora quiero hacerlo cómo lo mereces y quizá no sea esté año la boda, podemos tomarnos el tiempo que necesites, solo quiero que lo aceptes cómo una promesa de nuestro amor y de que algún día nos casaremos cómo queremos —acercó la cajita a mi sin dejar de mirarme. — ¿Te quieres casar conmigo? ¿Qué dices? ¿Aceptas?

-¿En serio? Matt...yo...no. —fruncí mi ceño mirándolo y al ver que sonrió triste coloqué mi mano frente a él. —no podría negarme a aceptar una propuesta tan malditamente hermosa...sí, acepto. —reí al escucharlo maldecir en un susurro y en cuanto me puso el anillo me hinqué frente a él abrazándolo con fuerza por el cuello.

-Casi haces que me dé un infarto. —reímos y se abalanzó contra mi acostándome en la manta. —quién diría que mi secretaría loca y enojona me tendría a sus pies.

-Tenía que cobrarme el susto que me diste al disparar en la bodega. —sonreí acariciando su mejilla al sentir que rozó la punta de su nariz con la mía. — ¿así? y quién diría que el amargado mujeriego de mi jefe se enamoraría de mí. —reí cuando me mordió suavemente la mejilla. —bueno, bueno, quién diría que mi jefe guapo y enojón me enamoró, ¿está mejor así? —lo miré levantando una ceja al verlo indignado.

-Sí, aunque lo de enojón está de más. —dijo mientras se ponía de pie para colocar una película. —reuní mucha información sobre ti. —sonreí acomodándome para recargarme en el árbol.

-¿En serio? ¿Y qué arrojó el informe, agente? —pregunté agarrando una bolsa de papas y las abrí comenzando a comer. — ¿Terminaste con éxito la investigación? —sonreí recargándome en el árbol.

-Aún me falta hacerte el interrogatorio final. —se sentó a mi lado robándome la bolsa de papas y fruncí mi ceño. —lo primero que encontré es que te fascinan las películas de terror, aunque la mayoría no te causa miedo, pero si una extraña emoción.

-Esas son mías, pero considerando que esto es parte del interrogatorio lo dejaré pasar. —dejó la bolsa en mis piernas y pasó su brazo detrás de mis hombros. — ¿y cuál es mi película favorita?

-¿La principal? Chucky. —contestó sin dudarlo y levanté mi ceja mirándolo. —aunque tienes una obsesión tremenda por terror bajo la tierra. —seguí comiendo y al ver la pantalla sonreí negando divertida.

-No diría que es obsesión, solo no me aburro si la veo más de una vez en la semana... ¿entonces por qué pusiste la de tierra de osos? —tomé una papita para acercarla a su boca y dejé un beso en su mejilla.

-Porque a pesar de amar las de terror te encanta esa película. —entrecerré mis ojos mirándolo. —no me mires así, la investigación que hice fue demasiado profunda.

-¿Qué tan profundo llegaste con eso? —pregunté y bebí del jugo de naranja, pero escupí un poco comenzando a toser cuando me susurró al oído "¿Quieres que muestre lo profundo que puedo llegar?" Y mordió el lóbulo de mi oreja apretando su mano en mi pierna antes de alejarse mientras reía. —jod*r casi se me sale por la nariz. —le di un golpe suave en el pecho cuando rio a carcajadas. — ¡Matt!

-Me tenté y no me arrepiento de nada. —dijo mientras me ayudaba a limpiar, después de mi incidente con el jugo continuamos viendo la película mientras comíamos y debo admitir que me estaba costando un poco no decir los diálogos de la película o cantar hasta que Matt comenzó a cantar animando a hacerlo también, aunque la risa me ganaba en ciertos momentos.

-Oye espera...quiero preguntarte algo. —sonreí mirándolo y mordí mi labio. — ¿por qué la cabaña tiene un moño? —se levantó apagando el proyector y extendió su mano frente a mí.

-Ven vamos. —la tomé para levantarme y antes de poder dar un paso me cargó en sus brazos. —la compré para ti y para Mateo. —lo miré confundida. —es para los tres, está apartada de la ciudad y podemos estar aquí mientras vemos si realmente Emily se calma...no quiero que les pase nada. —pasé mis brazos alrededor de su cuello y asentí despacio.

-Está bien, puede ser nuestra casa de vacaciones siempre y cuando me dejes aportar algo. —él abrió la puerta sin soltarme y al entrar me bajó con cuidado. —es muy hermosa, me gusta, me agrada mucho que Mateo esté tranquilo aquí.

-Ya veremos eso después, ahora ven que te daré un recorrido. —tomé su mano entrelazando nuestros dedos mientras recorríamos la casa y al llegar a la habitación principal mordí mi labio al ver la cama.

-¿Eso venía con la casa o es un pedido especial? —levanté una ceja al ver una pequeña canasta con algunos juguetes y muchos condones. —es extraño que venga incluido con la cabaña.

-Te juro que yo no tengo nada que ver con eso. —lomiré entrecerrando mis ojos y me crucé de brazos. —le pedí a Jasón que meayudará, lo juro. —ya con decirme quién le ayudó me queda claro que esinocente. —pero...ya que están aquí podemos usarlos y así te muestro condetalle que tan profundo puedo llegar... 

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora