CAPÍTULO 31: Cara a cara con...ella.

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Después de alistarme le avisé a Matt que, si podía acompañarme, él aceptó sin dudarlo cosa que le agradeceré eternamente, aunque sé que estoy loca por decirle que vaya conmigo, ya lo hice y ahora nos encontramos rumbo hacia el hotel en dónde se hospeda esa señora, al parecer solo está aquí por una semana ya que su hija tendrá su primera pasarela aquí en Nueva York...no sé cómo sentirme con eso, pero trataré de estar lo más tranquila posible.

-Ann...llegamos. —miré a Matt y fruncí mi ceño regresando mi vista a la ventana. —si quieres podemos venir más tarde o después. —murmuró, pero negué despacio.

-No...es ahora o nunca, solo que el camino se me hizo muy rápido, pero estoy bien. —bajé del auto apretando mi mano en mi bolso. —he hecho cosas peores...yo puedo con está mi*rda.

-Esas palabras son tan motivadoras y no se comparan a las que te iba a decir. —sonreí caminando hacia el hotel y él sujetó mi mano, sé que no debí dejar que lo hiciera, pero fue inevitable no entrelazar mis dedos con los suyos.

-Debería de ser una animadora motivacional. —al entrar fuimos directo al ascensor y presioné el piso de su habitación. —aún no sé qué le diré...mi*rda, ¿qué le voy a decir? —sentí un apretón en mi mano y desvié la mirada hacia Matt.

-Amor...perdón, Ann solo respira, dile que tienes que hablar con ella y cuando te dejé pasar le cuentas todo. —me dijo y al abrirse las puertas del ascensor salimos. —tú puedes...yo te esperaré afuera para que puedan hablar tranquilas.

-Sí...tienes razón, Frank llamó para confirmar que estaba aquí, así que solo tengo que tocar. —me acerqué a la puerta levantando mi puño y me detuve antes de tocar. —no puedo hacerlo yo... —no terminé de hablar porque Matt tocó muy fuerte y salió corriendo. —hijo de...

-¿Sí? Oh...te recuerdo eres la chica del centro, ¿no es así? —tragué saliva escucharla cuando abrió la puerta. — ¿Te puedo ayudar en algo, cariño? —bajé mi mano y asentí despacio mordiendo mi labio con fuerza.

-Yo...bueno, si verá. —respiré hondo apretando mi mano y carraspeé mirándola. —necesito hablar con usted en privado si es posible. —me siento tan tonta de no poder hablar bien con ella, no es nadie para mí, no debería ponerme así.

-Es extraño, pero está bien pasa, ¿él joven no quiere pasar? —negué despacio entrando a la habitación, me guio hasta el sofá y me senté delante de ella apretando mi bolsa al ponerla sobre mi regazo. — ¿De qué quieres hablar? Te vez algo pálida... ¿Quieres beber algo?

-Esto es algo difícil de explicar y sobre todo es un tema complicado para mí. —ella me miró curiosa, pero no dijo nada, así que saqué de mi bolsa unas cuantas fotos. —mi...mi nombre es Anahí Smith, bueno Crawford...su hija. —sus ojos se cristalizaron y se puso de pie, sus mejillas se enrojecieron, pero no sé si es porque está molesta o qué.

-Sí esto es una clase de broma o alguna forma de sacarme dinero será mejor que se retire o me veré obligada a llamar a la policía porque es algo muy bajo. —dijo enojada, sí, creo que es porque está molesta.

-Créame que quisiera que fuera una maldita broma el tener que estar aquí y saber que usted es mi madre. —me levanté extendiéndole las fotos. —soy yo cuando era una niña, Richard mi padre adoptivo, recuperó esas fotos después de que arrestaron a Joel...mi intención no es molestarle ni mucho menos causarle problemas con su familia, solo estoy aquí para que me confirmé lo que el bastardo de Joel me dijo y no me volverá a ver en su perfecta vida, señora.

-No puedo creerlo... ¿Realmente eres tú? ¿Mi hija? —fruncí mi ceño al verla sentarse en el sofá llevando la foto a su pecho. — ¿Tu padre en dónde está?

-Ese imbéc*l no es mi padre y no me diga hija...por lo menos para mí ustedes no son nada, si estoy aquí es porque me merezco la verdad y es algo que necesito dejar atrás, para continuar con mi vida, además de que mi familia insistió en que lo hiciera, pero después de esto no tengo intenciones de tener una relación madre e hija o esas estupidec*s. —espeté molesta y me crucé de brazos. — ¿me dirá "la verdad" o mejor me voy?

-Lo siento...es solo que esto es algo que no me esperaba. —limpió sus lágrimas y se sentó a mi lado, pero me alejé un poco. — ¿puedo saber por qué te llevas mal con tu padre? ¿Y a qué familia te refieres?

-Señora...le repito que él no es mi padre, deje de decir que lo es...y no solo me "llevó mal" con él, lo odio con lo más profundo de mi ser. —desvié la mirada mordiendo mi labio inferior con fuerza y respiré hondo. —pasaron cosas en mi vida que me llevaron a vivir con un hombre que estaba a cargo de unos chicos...ellos me cuidaron, me dieron todo lo que se suponía me tenían que dar mis padres, se convirtieron en mi familia, son la única que quiero y necesito.

-Pero...Joel no es malo, bueno no lo era, él te amaba, ¿lo olvidaste? —mis ojos se cristalizaron y la miré negando despacio. — ¿Él sabe que estás viva? ¿cómo es que lo odias tanto si él pensaba que habías muerto? ¿hablaste con él antes que conmigo?

-Ese...hombre no quiere a nadie y de verdad no se atreva a defenderlo cuando usted se largó con su amante y me dejo con él. —fue inevitable que mis lágrimas empezaran a salir y me levanté mirándola. —él se desquitó conmigo de la peor manera por su culpa...viví en el infierno por años, un infierno que mi propio padre creo. —reí negando y tragué duro sintiendo un nudo en mi garganta. — ¿Quiere saber por qué lo aborrezco? Bien, ese "amado padre" que dice que es...me vendió para conseguir dinero, para salvar su maldito trabajo... ¡Me hicieron cosas horribles y por más que le rogaba que parara él solo me despreció, me ignoró y me culpó por su muerte! —le grité rompiendo en llanto, pero traté de calmarme.

-Oh por dios... ¿Esos hombres abusaron de ti? —asentí tomando mi bolso y cuando se acercó para tomar mis manos me alejé de inmediato. —hija yo no sabía que tú estabas viva, las veces que yo hablé con él no me dijo nada...yo hubiera hecho todo lo posible por sacarte de ese lugar. —ella estaba llorando, tratando de tocarme, pero no la dejé.

-Lo que pudo o no hacer a este punto no importa... —limpié mis lágrimas frunciendo mi ceño. —no quiero seguir hablando de eso... ¿me dirá lo que pasó o no? —pregunté molesta.

-Losiento, esto debe de ser muy difícil para ti, pero por favor siéntate y déjameexplicarte cómo pasaron las cosas. —se sentó e hice lo mismo mirándola sindecir nada. —es difícil para mí revivirlo a pesar de que cada día pienso en loque pasó, habíamos tenido muchas discusiones en esas semanas y ese día me tocóir por ti a la escuela porque tu padre...Joel no pudo hacerlo, cuando llegué porti una profesora me dijo que ya te habían recogido, lo llamé para saber si élte había llevado, pero me dijo que no, sentí que el mundo se me vino abajo,pase toda la tarde buscándote, fui a la policía, no regresé a casa porque Joelinsistió que siguiera buscando mientras él se encargaba de buscarte cerca decasa por si algún vecino te había visto, cuando iba de regreso a casa me llamópara decirme que lo mejor era que me quedará en casa de mi madre porque estaren casa me haría mal, estúpid*mente le hice caso, los días pasaron hasta querecibí una llamada de la policía y él estaba allí, había llegado antes paraconfirmar que el cuerpo que encontraron era tuyo, no me dejó pasar porque seríaalgo horrible para mí y quería que te recordara cómo eras antes. —ella rompióen llanto abrazando el cojín. —después de eso no tuve las fuerzas para regresara casa, Joel propuso mudarnos así que lo hice, la insistencia de él a que lohiciera solo lo vi cómo sí me estuviera protegiendo, con el paso del tiempo nosoporte estar con él porque me culpaba por tu muerte, no me dejaba salir,además de que lo encontré con su secretaria por eso decidí dejarlo, mudarme aotro lugar en dónde unos años después conocí a Ben, nos enamoramos, tuve a losmellizos Tessa y Michael están por cumplir diecinueve años.

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora