CAPÍTULO 45: Atrapada.

895 48 7
                                    

-¡Smith! Ven aquí. —Wesley me gritó, pero no le hice caso hasta que me sujetó del brazo. —no vuelvas a hablarme de esa manera, no soy tu compañero de trabajo, no soy Richard, si él no controla a su equipo es su problema, a mí me respetas cómo el superior que soy.

-Te hablo cómo se me dé la gana y no metas a Richard en esto, si no fuera porque está herido tú no estarías aquí, ¿tanto te duele que seamos mejor que ustedes? Porque te recuerdo que este trabajo es para ayudar no para competir. —quité bruscamente su mano de mi brazo y di un paso hacia él. —no te conviene jod*rme en estos momentos, haz tu trabajo, arréstalo y déjame en paz.

-Soy tu superior y te guste o no tienes que hacer lo que te diga. —apreté mi puño y sentí unas manos en mis hombros, al ver de reojo me di cuenta de que Marcus me estaba sujetando. —a menos que quieras renunciar.

-Wesley...sabes perfectamente que es un trabajo en conjunto, no trates de darnos órdenes. —dijo Marcus molesto y me alejé de él. —deja que él se encargue de eso, nosotros iremos a la bodega. —lo miré frunciendo mi ceño y rodé mis ojos.

-¿Estabas escuchando detrás del espejo? —asintió sonriendo y cuando salimos subimos a la camioneta rumbo hacia el hospital. — ¿puedes llamar a Matt y saber si ya está con los chicos?

-¿Por qué no lo llamas tú? ¿Pelearon o pasa algo? ¿Está todo bien entré ustedes? —suspiré mirando por la ventana y mordí mi labio.

-No, todo está bien, pero no quiero escucharlo ahora, estoy enojada, quiero hacerle daño a quien hizo esto y si escucho su voz, si me dice que no lo haga...yo. —hice una mueca y pasé mis manos por mi rostro. —solo no quiero que le hagan daño y menos a Mateo...los únicos gritos que quiero escuchar de ellos son mientras se divierten jugando, no que lo hagan porque alguien los quiera dañar...

-Nadie les hará daño, no estás sola, nos tienes a nosotros, además estoy seguro de que Matt daría la vida por ustedes. —miré a Marcus y suspiré negando despacio.

-No quiero que se sacrifique por mí, no quiero que le hagan daño, a veces pienso que si le hubiera hecho caso a papá ellos estarían a salvo. —murmuré desviando mi mirada al frente.

-Anahí recuerda que nadie está a salvo en esta vida y Mateo no hubiera nacido, aunque no me guste admitirlo Matt te cambió y sanó, fue algo que nosotros no pudimos hacer. —sujetó mi mano dejando un beso en ella y suspiré. —no te arrepientas de lo más lindo que pudiste encontrar, te arrebataron todo de pequeña, ahora que lo tienes no te lo arrebates tú misma, no te dañes así, créeme que no te no vas a perdonar si piensas dejarlo todo. —asentí despacio y miré por la ventana pensativa.

Después de pasar a ver a mi papá para asegurarnos de que estaba bien nos fuimos directo al aeropuerto, aunque Frank se quedó en contra de su voluntad en el hospital. En fin, durante el vuelo planeamos lo que haríamos al llegar a la bodega, si es quien creo que es no podré hacerle daño, pero si no, haré que se arrepienta de siquiera haber pensado en hacerle daño a mi hijo. Al llegar a Nuevo York nos fuimos a la bodega, en el camino llamé a Tato para que cuidara bien a Matt y a Mateo, también para decirle que no se acercaran para nada a la bodega porque la iba a necesitar.

Al entrar a la bodega comenzamos a despejarla para después instalar algunas cámaras y micrófonos, cuando terminamos los chicos se fueron a la oficina para revisar las cámaras mientras yo me quedé en una de las habitaciones vacías caminando de un lado a otro tratando de mantener la calma y para no matar a esa mujer. Ya faltaban tan solo unos minutos, así que salí para esperar en el pasillo con el arma en mi mano, fruncí mi ceño mirando hacia la puerta trasera al escuchar que se abrió y apunté con el arma.

-¿Qué mi*rda haces aquí? —bajé el arma al ver a Matt asomar su cabeza. —maldita sea Matt casi haces que te vuele la cabeza. —bufé y se acercó a mí. —tienes que irte ahora, estoy trabajando.

-Lo siento...pero no pude quedarme con ellos mientras tú estás en riesgo. —lo tomé del brazo llevándolo rápido a la oficina y lo empujé dejándolo adentro. —por favor déjame ayudar, soy bueno en eso.

-Matt esto no es un jod*do juego, no debes de estar aquí...hablaremos de esto cuando termine. —desvié la mirada hacia a los chicos. —si intenta salir lo amarran a la silla o lo noquean, no me importa, pero que no ponga un pie afuera. —cerré la puerta y la trabé con una silla que estaba en el pasillo. —ya es hora, nadie salga...de esto me encargo yo. —murmuré diciéndoles por el micrófono. Caminé por el pasillo y me mantuve escondida hasta que la puerta principal se abrió. La mujer que entró tenía ropa deportiva, se cubría la cabeza con la capucha del suéter y tenía una maleta en su mano.

-¿Hola? Ya estoy aquí, no tengo tiempo para tonterías misteriosas, dame al bastardo y ten tu dinero. —ella aventó la maleta al suelo y me acerqué a ella poco a poco apuntándole con mi pistola.

-Hola...Emily. —se giró hacia mí, me observó sorprendida y le sonreí hasta quedar frente a ella. —solo quiero escuchar cómo se te ocurrió algo tan estúp*do, intentar secuestrar a mi hijo... ¿Sabes? Usar el arma sería algo tan fácil y rápido para lo que mereces.

-Yo...no tienes pruebas de nada, yo estoy aquí porque me llamaron, dijeron que tenían al hijo de Matt y si no les daba el dinero lo matarían, la policía está en camino. —rodé mis ojos guardando la pistola en mi espalda y di un paso más hacia ella.

-No digas estupidec*s, justo ahora el id*ota que contrataste te está delatando, pero dime. —subí mi mano a su nuca apretando su cabello haciendo que me mirara. — ¿de verdad pensaste que dejaría que tocarás a mi hijo? ¿qué no te haría daño?

-No puedes hacerme nada, estoy embarazada. —con mi mano libre la sujeté del brazo y la llevé por el pasillo hasta entrar a la habitación, la aventé contra el sillón.

-¿Crees que me importa que lo estés? ¡Querías dañar a mi hijo! —le grité acercándome a ella y le di un golpe con mi puño en su rostro. —no te preocupes por tu hijo, no tocaré tu vientre, pero tu cara...

-¡Id*ota, me rompiste la nariz! —chilló intentando que la sangre dejará de escurrir. —no puedes hacer esto, no tienes derecho. —sollozó mirándome molesta.

-Antes de seguir, ¿cuéntame exactamente qué planeabas hacer? ¿el tarado que siempre está contigo te ayudó? Porque si es así no puede ser que los sean tan id*otas para hacer algo así. —me crucé de brazos mirándola. —el tiempo se acaba.

-S-solo quería que te alejaras, si te ibas con tu hijo Matt estaría mal y yo podría consolarlo. —comenzó a llorar y rodé mis ojos, está mujer me irrita. —yo estoy enamorada de él y cuando por fin lo tuve llegaste para quitármelo.

-¿Yo? Yo no hice nada, Emily no lo amas, estás obsesionada por él, siendo sincera necesitas terapia urgente...te daré solo dos opciones, le firmas los papeles a Matt del divorcio y te alejas de nosotros o te llevaré presa por intento de secuestro a un menor. —me miró confundida y se puso de pie.

-Pero... ¿por qué? Estaba dispuesta a dañar a tu hijo, ¿lo vas a dejar pasar? —me preguntó sorprendida y negué despacio. — ¿solo así me dejarás ir?

-No, te estoy dando la oportunidad de que vivas tu vida para ti, para tu hijo y nos dejes en paz, no quiero pasar el resto de mi vida preocupada si les pasará algo, firmarás un documento en el que aceptas los cargos y si incumples algo de lo que se estipulemos en el irás a la cárcel. —acomodé la silla frente a ella y me senté mirándola. —cuando te conocí creí que eras una buena persona, incluso llegué a pensar que seríamos amigas...tal vez esa amistad ahora sería imposible, pero sé que no eres así, deja de querer algo que nunca vas a tener, no te rebajes ni por Matt ni por nadie, disfruta tu vida y la de tu hijo, sea o no de Matt debes amarlo, esto que estás haciendo solo les hace daño a ambos.

-No es de Matt...es de Logan, yo...lo siento tanto, yo no soy así es solo que me frustre demasiado. —sentí un enrome alivió cuando escuché eso, pero me tensé cuando la puerta se abrió de golpe. —Matt... ¿qué haces aquí? ¿lo trajiste a propósito?

-Claro que no, ni siquiera sé cómo se enteró. —me levanté parándome frente a Matt cuando se acercó a Emily furioso. —Matthew te dije que no salieras de la oficina, déjame a solas con ella. —gruñí apoyando mis manos en su pecho para alejarlo.

-Te dije que no tratarás de hacerles daño, ¡eres una maldita loca! —posé mis manos en su pecho tratando de detenerlo. — ¡Irás a la cárcel!

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora