CAPÍTULO 68: ¿Libre?

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*Narra Matt*

Al terminar de desayunar subí a ver a Mateo, sonreí al verlo despierto así que lo cargué besando su mejilla y bajé con él en brazos, pero fruncí mi ceño al darme cuenta de que no estaba Richard ni Anahí además en cuanto sus hermanos me vieron se levantaron para salir casi huyendo.

-¡Esperen! ¡¿a dónde creen que van?! ¡¿en dónde está Anahí?! ¡¿se fue con Richard?! —les pregunté exaltado caminando hacia ellos porque siguieron caminando hasta salir de la casa. —ustedes deberían empezar a respetarme, les guste o no soy el futuro esposo de su hermana. —fruncí mi ceño cuando empezaron a reír.

-No te lo tomes a mal, si no te respetáramos o no nos agradarás estarías desaparecido desde hace tiempo y da gracias que no te cobramos el chistecito que le hiciste a la enana. —dijo Frank dando una palmada en mi hombro. —ellos fueron a la morgue, puedo llevarte si quieres, pero tendrás que dejar al pequeño.

-Está bien... ¿Carmen crees que puedas cuidarlo? —pregunté mirándola. —te prometo que te pagaré y no tardaremos. —ella me sonrió cargando a Mateo. —gracias, vamos de una vez, Frank.

-De agente especial a niñera, que lindo. —dijo Carmen caminando detrás de nosotros y la miré apenado saliendo de la casa. —tranquilo, me gusta cuidarlo, me ayuda a relajarme después de tanto trabajo. —le di las gracias antes de subir al auto al igual que Jasón.

-¿Puedes ir más rápido? Estás conduciendo muy lento, no quiero que haga una tontería o que le vuelva a dar algún estado de shock. —le reclamé a Frank porque iba demasiado lento y creo que lo está haciendo para darle tiempo a Anahí, el que este sola en ese lugar me angustia demasiado. —por favor Frank...ve más rápido. —suspiré aliviado cuando aceleró un poco más.

Apenas el auto se estacionó bajé corriendo a la entrada del lugar, pero al llegar a la recepción me detuvieron y por más que les explicaba que mi prometida estaba dentro me negaron pasar por lo menos hasta que llegó Frank mostrándole su placa.

-Que impaciente eres, no le pasará nada Richard está con ella. —dijo mientras caminábamos por el pasillo que el hombre nos indicó. —no entiendo porque tienes tanto miedo de que ella lo vea, ¿qué locura puede hacer ahora que está muerto? no puede hacerle ningún daño, deja de preocuparte, ella sabe lo que hace, no es una niña.

-Richard no está con ella... —murmuré al verlo en el pasillo muy tranquilo mirando algo en su celular. — ¿en dónde está Anahí? —le pregunté exaltado y fruncí mi ceño cuando me levantó su dedo índice indicando que le diera un momento. — ¿Es una p*ta broma? Richard necesito verla. —me acerqué a su celular para saber qué hacía... ¡Estaba jugando! — ¿es en serio Richard?

-Es un juego en línea no podía ponerle pausa. —rodé mis ojos y estos dos me están provocando dolor de cabeza. —mi hija está adentro, ella necesita decirle todo lo que siente, vivo o muerto lo tiene que sacar, además sabe lo que hace. —dijo guardando su celular en el pantalón para después colocar su mano en mi hombro. —está acostumbrada a afrontar las cosas sola, más cuando se trata de sus sentimientos y necesita tiempo para compartirlo con otras personas además tiene mi arma, se la di porque ella quería sentirse segura, prometió no hacerse daño.

-Lo sé, sin embargo, no hay necesidad de dejarla con un cadáver, menos si es de un maldito que le hizo mucho daño, eso la va a perturbar más, ¿cómo se te ocurre dejarle tu pistola? ¿en qué sala está? —pregunté irritado y me tensé cuando se escuchó un disparo a lo lejos. —te juro que si le pasó algo te mataré. —le dije al correr hacia dónde se había escuchado el disparo y al abrir la puerta miré asustado la pared. — ¿eso...eso es un cerebro? —tragué saliva sintiendo mi estómago revolverse y sentí cómo dieron una palmada en mi espalda.

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora