CAPÍTULO 26: De regreso.

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-Te creo...pero tú debes de creerme cuanto te digo que ese hijo que está esperando Emily no es mío, ella de seguro está mintiendo o se metió con alguien más. —apenas iba a reprochar cuando levantó su mano tapándome la boca. —yo voy a confiar a pesar de mis celos, no le haré ninguna prueba y espero que confíes en mí, déjame contarte lo que pasó, por qué estoy con ella. —asentí mirándolo y quitó su mano. —cuando pasó todo el problema con la empresa los contratos que teníamos con las agencias se estaban viviendo abajo, la solución de mi padre fue casarme con Emily para así hacer una asociación entre las dos empresas y volviera esa confianza de los clientes, traté de demorar la boda lo más que puede hasta que ella me dio un ultimátum, me casaba...o nos quitaban la empresa, nos casamos, pero yo te juro que jamás la he tocado, no salíamos a citas, con excepción de algunos casos en que mi papá quería que los medios hablaran de nosotros, dormimos en el mismo techo, mas no en la misma cama...eso nunca.

-De acuerdo...te creo, pero no estaré contigo hasta que no te separes de ella y te dejaré claro desde ahora que ella no se puede acercar a Mateo, está loca y no voy a permitir que le haga daño, si quieres verlo puedes hacerlo, pero solo en mi casa. —fruncí mi ceño levantándome. —si eso es todo entonces me iré porque tengo un viaje muy importante que hacer.

-¿Puedo ir contigo? Así tal vez podamos arreglar las cosas. —se levantó tomándome de las manos y dejando un beso frente. — ¿Un viaje en familia que te parece? —mordí mi labio inferior con fuerza.

-No...no, para, no somos una familia, tu familia es Emily, la cual está esperando un hijo. —me solté caminando hacia la puerta. —no irás conmigo porque mi trabajo no es un juego, ni mucho menos vacaciones, no hay nosotros hasta que estés separado legalmente de ella, por ahora solo eres el padre de mi hijo y ya. —salí de la habitación y al ver a Jasón me acerqué a él. —me iré ya, encárgate de que todo esté en orden, cualquier cosa le llamas a Frank o a Marcus y por favor trata de no estar discutiendo con Alexa...ah, lo más seguro es que Matt le reclamé a Thomas por lo que dijo, así que mantenlos separados. —después de darle las indicaciones y quitarle las llaves salí de la casa, al subir a la camioneta condujo hacia el departamento. Al llegar las maletas estaban en la sala, supongo que Carmen o alguno de los chicos las dejó aquí.

-Hola Ann, Mateo está dormido, pero adivina que...conseguí el jet y podremos viajar más cómodas. —fruncí mi ceño mirando a Carmen salir de la cocina. —yo también iré, no me mires así, no puedes andar sola y punto.

-Soy una persona adulta con la capacidad de cuidarme sola, ahora dime, ¿qué haces aquí? ¿terminaron tan rápido? —me senté en el sofá quitándole uno de los sándwiches que tenía en su plato.

-Algo así, entraron algunos nuevos así que los hicimos terminar el papeleo y lo que faltaba. —reí negando despacio y le di una mordida a mi sándwich. — ¿A ti cómo te fue con Matt? —solté un pequeño gruñido.

-Uhm...sabe lo de Mateo, Jasón abrió la boca y Matt lo escuchó, creo que está todo bien por ahora, supongo también te enteraste de lo de Emily, pero Matt jura que no es suyo...una parte de mí le cree, pero la otra no...porque Emily llegó preocupada que había estado con él sin protección y ella aún no sabía que yo era Allison. —murmuré acomodándome en el sofá para mirarla mejor. —no le dije a dónde iba a viajar, pero quería ir conmigo, necesito pensar lo que quiero hacer, lo que yo quiero y no sentir que me están presionando a tomar una decisión, empezando con sí debo dejar este trabajo o no.

-Oh...¿dejarás que él y Emily estén cerca de Mateo? —preguntó mientras comía. —además papá quiere que sigas trabajando, pero desde casa o la oficina y los chicos quieren que sigas con nosotros, pero aquí lo importante es lo que quieres tú y lo mejor para Mateo, te aconsejo que no les digas en dónde te vas a quedar para que no te estén presionando, yo iré contigo porque me gusta Nueva York, además me encanta cuidar a Mateo y creo que tú tienes cosas de que hablar con tus amigos.

-No voy a dejar que esa loca se le acerque, pero Matt si, lo vera por lo menos un par de veces a la semana, pero he estado pensando que tal vez tenga que mudarme allá porque dudo mucho que pueda dejar la empresa tirada, podría quedarme en la casa frente al lago, estaría bien. —me encogí de hombros y me levanté para caminar a hacia la habitación. —puedes llamar a un taxi, iré por Mateo, tenemos que irnos de una vez para estar a tiempo.

(Horas más tarde)

Aún no estoy segura de cuantos días estaré aquí en Nueva York porque tal vez Tato y Diablo no quieran verme, pero espero que no se enojen tanto. Ahora vamos rumbo hacia la bodega porque lo que investigué durante el vuelo ellos siguen haciendo las peleas, solo espero que estén bien.

-¿Estás seguras de que están aquí? —dijo Carmen mientras bajábamos del taxi. —se ve algo solo...ve a fijarte mientras yo espero porque no podemos quedarnos solas con Mateo, aunque tengo mi arma siempre conmigo.

-Conociéndolos están aquí y si no de seguro sigue la copia de la llave en el mismo lugar. —cómo ella estaba cargando a Mateo yo bajé las maletas y caminamos a la entrada. —espera aquí, veré si están, no quiero que Mateo vea algo que no debe. —asintió sentándose en una banca a unos cuantos metros de la puerta y entré al lugar ya que estaba abierto. — ¿Hola? No están ven, no quiero que se queden afuera. —metí las maletas dejándolas en una orilla y en cuanto entro cerré la puerta con llave. —iré a ver si están en la oficina. —caminé rápido hacia allá mirando cada detalle del lugar, le hicieron muchos cambios, aunque debo de admitir que se ve mucho mejor. Al acercarme cada vez más a la oficina pude escuchar unas voces, estoy segura de que son ellos...solo espero que no se enojen, respiré hondo antes de entrar y en cuanto giraron su cabeza se quedaron mirándome cómo si no fuera real. —hola... ¿Qué no piensan venir a abrazarme?

-¿Allison? ¿Eres tú? —sonreí asintiendo despacio y entrando lentamente. —no puedo creerlo...estás aquí, ¿en serio eres tú? —dijo Tato levantándose y se acercó a mi abrazándome con fuerza, no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, ni siquiera yo sabía cuanta falta me habían hecho. —jod*r si eres tú. —reí cuando me tomó de las mejillas mirándome con sus ojos cristalizados.

-Sí soy yo, tonto. —acaricié su mejilla antes de separarme y miré a Diablo haciendo una mueca. — ¿No piensa venir a abrazarme o, aunque sea maldecirme? —murmuré acercándome a él y lo abracé con fuerza apoyando mi mejilla en su cabeza.

-Solo...no puedo creer que seas tú. —suspiré aliviada al sentir sus brazos alrededor de mi cintura. —creí que...ya sabes. —sus brazos me rodearon en un fuerte abrazo y cerré mis ojos al sentir un beso en mi frente.

-Oye me ofendes, hierva mala nunca muere, pero lamento haber tardado tanto tiempo en buscarlos...no recordaba nada. —murmuré separándome y me senté en una de las sillas. —pero antes de contarles eso...les tengo una sorpresa que no se lo van a creer.

-¿Otra sorpresa? Por favor que no sea nada grave porque yo sí voy a morir. —reí negando divertida al escuchar a Tato y antes de salir les pedí que esperaran, me acerque a Carmen para cargar a Mateo.

-¿Me acompañas? —le pregunté a ella y al levantarse caminó detrás de mí. —bueno...les presento al pequeño Mateo...mi hijo. —sonreí al entrar y reí al ver sus caras de desconcierto. —y eso que aún no les cuento quién es el papá.

-Matt... —dijeron al mismo tiempo y rodé mis ojos, Tato extendió sus brazos así que le pasé con cuidad a Mateo. —es obvio que esté pequeño es de él, porque, aunque no lo admitieras estabas completamente enamorada. —dijo Diablo acercándose a picarle la mejilla. —pero esté mocosito es tierno.

-Hey, no le digas mocosito. —fruncí mi ceño sentándome en el escritorio escuchando sus risas y cuando Diablo cargó a Mateo sonreí porque se veía tierno. —otros niños si lo son él no. —comenté mirándolos.

-¿Por qué no? Así les llamabas a todos los niños que veías, además de que jurabas que nunca ibas a tener uno. —dijo Tato burlándose y se sentó a mi lado pasando su brazo por detrás de mis hombros. —ahora cuéntanos que mi*rda pasó.

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora