-¿Por qué una sorpresa? ¿Qué hice o qué? —fruncí mi ceño al detenernos. —chicos no es que desconfié de ustedes, pero a veces me dan miedo. —murmuré tratando de no sonreír.
-No hiciste nada, enana. —dijo Diablo y quitó su mano de mi espalda. —ya puedes mirar. —cuando Tato quitó sus manos abrí mis ojos mirando el auto frente a mí. —es para ti, queríamos darte algo de lo mucho que nos has dado.
-¿Para mí? Pero...es que es... ¡Jod*r ¡me encanta! —corrí al auto acariciando el cofre y al abrirlo solté un pequeño grito emocionada. —chicos...esto es demasiado, no creo que debería aceptar, de seguro les costó demasiado.
-Lo reconstruimos durante todo este tiempo para distraernos, lo hicimos pensando en ti y bueno ahora que estás aquí podemos dártelo, tardamos en darte la sorpresa porque le agregamos unas cosas más. —dijo Tato abriendo la puerta trasera y al asomarme reí levemente al ver el asiento para bebé. —le pusimos una tablet, aunque ahora es muy pequeño para eso, pero después le va a gustar, además hicimos muchas pruebas para que fuera seguro para ambos y nada de nitrógeno.
-No es necesario que me den nada... pero gracias. —sonreí abrazándolos con fuerza y besé sus mejillas. —me encantaría estrenarlo en una carrera, pero no creo poder. —susurré rascando mí nunca al separarme de ellos.
-¿Qué te parece si mañana lo estrenas en una carrera? Será un increíble regreso de la una de las mejores corredoras. —me recargué en el auto cruzándome de brazo al ver a Matt.
-Lo pensaré y les aviso, ¿sí? —sonreí agarrando las llaves cuando Diablo me las aventó. —en serio chicos, muchas gracias por el auto, es precioso.
-No es nada, tenemos que irnos para acomodar la bodega, nos vemos luego. —se despidieron y me acerqué a Matt sonriendo, pero al ver su rostro fruncí ceño.
-¿Qué pasa? ¿Por qué estás con esa cara? —cargué a Mateo y caminé detrás de Matt cuando se dirigió a la casa. —Matt...no entiendo porque te pones así, ¿fue por qué me abrazaron? No lo hicieron con malas intenciones. —al entrar lo seguí hasta la habitación y dejé a Mateo en su cuna. —hey...dime que pasa. —susurré sentándome en su regazo y mirándolo fijamente.
-No es eso...me siento estúp*do, yo quería regalarte un auto, iba a acompañarte a verlos y lo iba a comprar para ti. —dijo frunciendo su ceño y sonreí acariciando su mejilla. —quiero ser yo quien te haga sonreír de esa manera.
-No tienes que darme un auto o cualquier otra cosa material, con tenerte a mi lado es más que suficiente. —él colocó sus manos en mi cintura y frotó su nariz con la mía. —no seas bobo, tú me haces sonreír sin siquiera darme algo.
-Aun así, ya se me ocurrirá cómo ganarles. —suspiré mirándolo y sonreí negando despacio acariciando su mejilla. —nunca me mires diferente, nunca lo hagas, mírame con amor toda la vida, cómo el amor de tu vida y si no lo soy confúndeme con él. —él murmuró sobre mis labios y apoyé mi frente con la suya.
-No importa cuánto dure lo nuestro...te aseguro que serás al único hombre que vea de esa manera, promesa. —levanté mi meñique y sonreí cuando él también lo levantó entrelazándolo con el mío. —eres el amor de vida, bobo.
-Promesa. —mencionó antes de darme un pequeño beso en los labios para luego suspirar tomando mis manos y fruncí mi ceño al ver su rostro un poco serio. —no quiero meterme, pero creo que deberías ayudar a esa mujer, Mateo y yo estaremos bien, lo cuidaré con mi vida.
-¿En serio? No lo sé...ella es tan responsable cómo los otros dos malditos por la muerte de Noah, si la ayudo es perdonarla y no pienso hacerlo. —fruncí mi ceño levantándome de su regazo, pero me hizo volver a sentar. —Matt, no puedo trabajar a su lado.
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Atado a ti por siempre.
RomanceMatthew Carpenter es un exitoso empresario que perdió a su esposa Allison, una agente encubierta de la CIA, que murió por salvarle la vida a Matt. Para salvar la reputación de su empresa, su padre lo obliga a casarse con Emily, su ex novia de la uni...