CAPÍTULO 64: Cruel realidad.

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La lluvia se intensificó mientras los dos estábamos frente a frente sin decir nada, él dió un paso hacia mí sacando de su chaqueta un celular y me lo entregó, al tomarlo me estremecí por el aire frío.

-Llama a tu jefe para que me devuelvan mis cosas y podrás irte...no me volverás a ver nunca más, esto termina aquí, pero los dos con vida. —fue lo único que dijo y mordí mi labio con fuerza apretando el celular en mi mano. —hazlo ya, no tengo mucho tiempo.

-No te creo...no podría dormir sabiendo que sigues con vida. —murmuré limpiando un poco las gotas de lluvia en mi cara, pero mi blusa estaba empapada así que no sirvió de mucho. —me hiciste miserable, tener miedo a todo, me hiciste sufrir por tu ambición y sé que no te importa, pero te lo tengo que decir para poder seguir con mi vida...no te perdono, jamás lo haré, no tengo porque sentirme mal al no hacerlo, pero si me perdono a mí por no hablar cuando era una niña, por creer que todos pensarían que era mi culpa, por castigarme, por culparme de tus actos hacía mí. —mi respiración se volvió más pesada y miré el celular frunciendo mi ceño.

-¡Olvídalo ya! ¡Solo haz la maldita llamada! —me gritó caminando hacia mí, pero retrocedí. —no compliques más las cosas, harás lo que te diga, siempre lo has hecho porque me perteneces, ¡Soy tu padre! Te guste o no...lo soy.

-¡Cállate! ¡No te pertenezco! ¡No eres mi jod*do padre! —grité levantando mi rostro dejando de retroceder. —eres tú quien no quiere aceptar que soy dueña de mi propia vida, que fuiste tú el causante de todo el daño que me hicieron... ¡eres un miserable hijo de p*ta! ¿te atormenta pensar en todo lo que hacías? ¿pretendes hacer cómo que nada pasó? ¿quieres que sea tu hija? ¿realmente quieres ver el monstruo que puedo ser por ambición? Cómo tú. —apreté mis ojos al sentir una cachetada en mi mejilla.

-No te lo repetiré, haz la maldita llamada. —cuando él retrocedió lo miré sonriendo, acariciando mi mejilla. —deja de hacer estupidec*s, no hay tiempo para remordimientos, lo que hice no sé puede cambiar.

-¿Quieres que llame? Está bien. —retrocedí hasta ver que estábamos cerca de la tumba mientras fingía que hacía la llamada, tenía su mirada en mí en todo momento. —lastima no contestas, inténtalo tú. —extendí el celular un poco hacia él y cuando lo iba a tomar se lo aventé con todas mis fuerzas a la cara. Fruncí mi ceño empujándolo a la tumba, pero me sujetó del brazo haciéndome caer con él. — ¡Maldita sea! —quité el lodo de mi mejilla, si el plan era aventarlo aquí, más nunca dije que era un buen plan, intenté subir, pero el lodo no ayudaba mucho.

-¡¿Ves lo que hiciste?! No te quería hacer daño, pero no me dejas otra opción. —me gritó acercándose a mi mientras yo seguía intentando subir. Él sujeto mi pierna haciéndome caer sobre el ataúd y colocó sus manos alrededor de mi cuello apretando con fuerza. — ¿quieres saber por qué te use? Porque por ti tuve que casarme con tu madre, por ti dejé lo que amaba, si tu no hubieras nacido yo tendría la familia que siempre quise...pero no, tenías que nacer y cuando creí que podía tener algo estable con Karen tu cada día estabas más insoportable, por ti discutíamos todo el tiempo, creí que si tu no estabas ella solo estaría conmigo, pero no fue así, aun estando muerta para ella lo jod*ste todo y me pidió el divorcio. —comenzaba a sentir que estaba a punto de desmayarme y estiré mi mano tratando de encontrar algo con que pegarle. — todo lo que te dije fue mentira, siempre te odie desde que naciste y lo sigo haciendo, no debí. —no terminó de hablar porque le di un golpe con fuerza con el cráneo que estaba cerca de mí. Tosí levantándome cómo pude y me colocó encima de él golpeándolo con fuerza, aunque me golpeó algunas veces en el rostro no dejé de pegarle.

-¡Eres un maldito enfermo! —le gritaba sin dejar de golpearlo hasta que dejó de moverse y respiré agitada levantándome. —mi madre hizo muy bien en dejarte, no merece una basura cómo tú, espero te pudras. —le aventé el cráneo al pecho e intenté subir de nuevo, después de unos minutos lo logré y me arrastré en el suelo. Me acosté boca arriba respirando pesadamente mientras sentía las gotas de lluvia caer en mi cara. —jod*r...se acabó... —murmuré abriendo mis ojos dándome cuenta de que Joel estaba parado frente a mí con el arma en su mano.

Él me está apuntando con el arma así que cerré mis ojos al ver que iba a jalar del gatillo, al escuchar el disparó apreté mi mandíbula, pero el impacto nunca llegó, abrí los ojos al escuchar más disparos viendo a Joel caer sobre mí, sentí cómo si todo hubiera pasado en cámara lenta. Su cabeza quedó sobre mi pecho y cuando intentó hablar solo escupió sangre en mi rostro y sentí cómo me arrastraron, pero no podía hablar ni quitarle la vista de encima a Joel.

*Narra Jasón*

Después de hablar con Anahí regresé a la casa corriendo y encendí las luces, algunos de los chicos se despertaron, algunos otros siguieron durmiendo así que les aventé los cojines en la cara haciendo que se levantarán.

-Tomen sus cosas, tenemos que irnos, Anahí salió, le di unos minutos de ventaja, pero no podemos dejarla tanto tiempo a sola. —en cuanto dije eso los demás empezaron a maldecirme y tomar sus cosas.

-¿Cómo pudiste dejarla ir? Si le pasa algo, Jasón... —me gritó Richard y lo miré mientras me ponía el chaleco antibalas. —jod*r no debiste de dejarla sola, ¿por qué no me llamaste?

-Tranquilos, lo mejor es que Matt no se entere. —fruncí mi ceño guardando mis armas. —ella me dijo antes de irse que se sentía mal, que no necesitaba el cuerpo de Troy cerca y el de Noah lejos.

-¿Qué? Ambos están en Miami, no en un cementerio de aquí. —dijo Iván sacando su celular. — ¿Te dijo en que cementerio? Quizás te lo dijo para que supieras en a dónde iría sin que Matt o alguien más sospechara.

-Emm...sus palabras exactas fueron "me molesta pensar que Noah este sepultado lejos mientras Troy está en el Bronx, yo para que quiera a ese idiota cerca, jod*r estoy cansada de esto, solo quiero que todos ustedes me dejen en paz un rato" —al terminar de decirlo Iván rodó sus ojos y terminamos de alistarnos.

-Está un cementerio llamado Woodlawn en el 4199 Webster Ave, The Bronx. —dijo Iván mientras salíamos de la casa. Papá obligó a Carmen, Pedro y a Bryan a quedarse, los demás subimos a los autos. —lo más seguro es que sea ese. —papá condujo lo más rápido que podía con la sirena encendía. —jod*r...están otros cementerios en el Bronx.

-¡¿No pudiste decir eso primero?! —le gritó papá molesto y sacó su celular pidiendo refuerzos para los otros cementerios. —el más cercano es el Wood así que iremos a ese mientras los demás cubren los otros, los patearé muy fuerte si le pasa algo y a ella también, ¿por qué nunca pueden hacer lo que se les pide? No es tan difícil. —durante el camino papá no dejó de reprochar y gracias a eso el llegar se sintió eterno. En cuanto llegamos escalando el muro para entrar, lo bueno es que no es tan alto así que fue fácil entrar al lugar.

Caminamos durante unos minutos hasta encontrar a un hombre cubriéndose de la lluvia, rápidamente papá se fue contra él sometiéndolo en el suelo, por un momento pensé que era el cuidador, pero no era él, cuando nos dio la ubicación de Anahí, Frank lo golpeó llevándoselo mientras nosotros seguimos avanzando. Al verlo a unos cuantos metros Richard fue el primero en dispararle y sin dudarlo seguimos disparando hasta que cayó al suelo.

-¡Anahí! ¡Hija! —papá corrió acercándose a ella y la arrastró para quitarle al bastardo de encima. —estás a salvo cariño, todo está bien. —ella no reaccionó, solo veía el cuerpo así que me pare frente a ella. —está helada, llévenla a la casa, Iván y yo nos encargaremos de todo esto. —la cargué llevándola de inmediato al auto y al subirla Frank la abrazó tratando de darle calor.

-Está muy fría y no para de temblar, ¡pon la calefacción, id*ota! —Frank me gritó al subirme en el auto y encendí la calefacción antes de conducir rumbo a la casa. —tranquila enana, ya estas con nosotros. —la miré por el retrovisor preocupado porque con esta lluvia puede enfermar.

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora