CAPÍTULO 39: Nueva familia.

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Después de pasar todo el día comiendo, comprando cosas para Mateo regresamos a la casa exhaustos, mis piernas me duelen y mis brazos más ya que olvidamos llevar la carriola, Matt quería comprara otra, pero me negué a eso. En fin, ahora Mateo está durmiendo tan cómodo mientras nosotros estamos tirados en la cama boca arriba adoloridos. Solté un gruñido bajito al sentir mi celular vibrar en mi bolsillo, al sacarlo conteste volviendo a cerrar mis ojos.

-Hola Thomas, si todo está bien. —abrí mis ojos al sentir un peso sobre mí y rodé mis ojos al ver a Matt. —no, está bien no interrumpes. —él levanto una ceja mirándome indignado y traté de no reír.

-Solo quería saber cómo vas en tu rehabilitación, espero que estés haciendo todos los ejercicios. —sonreí tratando de levantarme, pero Matt no me dejo hacerlo y comenzó a besar mi cuello mientras apretaba mi cintura con sus manos. — ¿Ana me escuchas?

-Sí, perdón...eee...todo está bien, estoy siguiendo las indicaciones que me diste al pie de la letra, ya sabes cómo es papá sino lo hago será peor. —mordí mi labio con fuerza mirando a Matt con mis ojos entrecerrados cuando quitó mi pantalón y cuando arrancó mis bragas abrí mis ojos sorprendida.

-Confiaré en lo que dices, ¿estás segura de que estás bien? —preguntó y cuando estaba a punto de contestar Matt metió su cabeza entre mis piernas dando un lengüetazo, me miró juguetón lo que me hizo tragar duro. —también te llamaba para saber si podría quedarme contigo unos días, en un mes tengo que ir para allá.

-¿Quedarte conmigo? —pregunté sintiéndome acalorada por lo que Matt estaba haciendo y solté un pequeño gemido al sentir una leve mordida lo que me hizo mirarlo. — ¿Crees que podamos hablar de eso más tarde? —respiré hondo tratando de calmarme y Matt me arrebató el celular.

-Hermanito hola, me alegro escucharte, pero estás interrumpiendo algo muy importante... —lo miré molesta golpeando su hombro y me sonrió apegándose más a mí. —sí, claro no te preocupes adiós. —cuando colgó se quedó unos minutos haciendo algo en mi celular. —listo, estoy harto de que nos interrumpan cuando estamos a punto de estar juntos.

-Eres un grosero, ahora él sabrá lo que estábamos haciendo. —bufé mirándolo mal. — ¿Qué le hiciste a mi celular? Además, no podemos hacer nada, Mateo está dormido y por lo que leí en un libro de maternidad hacer esto cerca de un bebé es malo.

-Quien diría que eres toda una mamá responsable. —me senté en la cama cuando se levantó y agarré mis bragas frunciendo mi ceño. —no me mires así, me estaban estorbando.

-Aja...me tienes que comprar unas nuevas. —se las avente al pecho y al verlo quitarse la camisa levante mi ceja. —ni creas que haremos algo, nada de nada hasta que tengas los papales de divorcio firmados en tus manos. —me miró haciendo un puchero y reí negando despacio. —eso no funciona conmigo.

-Está bien, pero déjame dormir contigo, si se puede por el resto de mi vida. —me dijo acostándose a mi lado y me levante rápido para ponerme otras bragas. —la vista era espectacular, ¿por qué me la prohíbes?

-Puedes dormir conmigo siempre y cuando tus manos se queden quietas y tú sabes bien porque no te dejo ver. —rodé mis ojos y me senté en el borde de la cama. —¡Matt! —murmuré cuando me jalo hacia él subiendo una de sus piernas sobre la mía y recargué mi espalda en su pecho. —si Mateo despierta tú lo vas a dormir.

-Yo lo haré, no te preocupes. —besó mi mejilla y nos tapamos con la manta. —veamos una película, te juro que solo la veremos. —reí asintiendo despacio y estiré mi mano para agarrar el control del mueble.

-Pon la que quieras, pero que no sean de romance, no me gustan mucho. —me acomodé a su lado y recargué mi cabeza en su hombro mirando atentamente la televisión.

-Pondré algo de comedia. —asentí acariciando su abdomen, es que me matan sus cuadritos. —si sigues haciendo eso no respondo. —reí levemente dejando de hacerlo. —listo, pondré la de son como niños. —nos concentramos en ver la película, aunque de vez en cuando Matt me besaba y obviamente no me resistí en corresponder. Los besos fueron aumentando de tono al igual que las caricias, bajó su mano adentrándola en mis bragas. —jod*r...que maldita manía de interrumpir. —bufó molesto cuando tocaron la puerta y reí levantándome de la cama. — ¿Abrirás así?

-¿Así cómo? —levante mi ceja mirándolo. —no le veo lo malo. —me crucé de brazos. —ya voy. —hable un poco alto para que me escucharan del otro lado de la puerta.

-Así en bragas, sé que no tiene nada de malo, pero...así cómo es nuevo para ti, es nuevo para mí el no ser celoso. —suspiré colocándome mi pantalón antes de acercarme a besar sus labios.

-Tienes razón, ambos tenemos que poner de nuestra parte. —me separé y fui a abrir la puerta. — ¿Qué pasó Tato? ¿Todo está bien? —pregunté al verlo.

-Solo quería avisarte que ya me iré a la bodega, si necesitas algo puedes hablarme y no duermas tarde. —besó mi frente y asentí despacio. —le das un beso de buenas noches a Mateo, por cierto, tu madre habló y dijo que mañana mandaría a alguien a recogerte, al parecer compró una casa y podrán ver lo de los resultados de la prueba.

-Gracias por avisar, hasta al rato. —en cuanto se fue cerré la puerta y me quité la ropa caminando a mi closet. Me coloqué una camisa blanca que le robe hace tiempo a Jasón. —tenemos que dormir, mañana tengo que ir a casa de Karen...será un día largo.

-Claro, a dormir que necesitas descansar. —se levantó para quitarse el pantalón y se acostó a mi lado abrazándome. —buenas noches, amor. —besó mis labios y me acurruqué en sus brazos cerrando mis ojos murmurando "buenas noches."

Hace unos días Karen me llamó para hacerme las pruebas de ADN y ahora sábado le dieron el resultado, decidió abrirlo hasta que vaya a su casa porque me quedaré con ellos este fin de semana, al parecer su esposo le compró una casa para vivir aquí por unos meses o eso es lo que me dijo.

Estoy nerviosa, pero no es solo por eso, sino también por mi familia ya que no he sabido nada de ellos desde hace días, los he llamado por una línea segura que tenemos, pero no contestan y eso me preocupa demasiado, por otra parte, las cosas van tan bien con Matt que me da miedo de que pase algo...pero, aunque suene raro de mi parte, trataré de ser positiva con todo esto, a pesar de que el mundo me odia por alguna razón. Cuando sonó el timbre suspiré levantándome del sofá para abrir la puerta.

-Hola buenas tardes. —me saludo un joven amablemente. — ¿Usted es la hija de señora Karen? Soy su nuevo chofer, la llevaré a su casa.

-Sí, dame un momento iré por mis cosas. —caminé para tomar mi mochila junto con las cosas de Mateo, no lleve mucho ya que solo serán dos días o quizá solo uno. Le entregué mis cosas al chofer y mientras él guardaba todo fui por Mateo, en cuanto subimos al auto condujo hacia la casa de Karen.

Una extraña sensación me invadió cuando fui recibida por Karen y sus hijos, ellos se encontraban en la puerta de su casa esperándome, al bajar del auto me acerqué a ellos un poco incomoda, más cuando ellas me abrazaron.

-Gracias por venir, estábamos muy ansiosos y emocionados de que llegarás, tu habitación está lista. —dijo Karen acercándose a abrazarme. —perdona el atrevimiento, pero le compramos una cuna al bebé y uno que otro regalito. —se separó de mí y me sujetó del brazo para entrar a la casa.

-Sí, gracias por recibirme en su casa, no soy mucho de abrazos, así que le pido respeté mi espacio personal. —le dije separándome de ella. —supongo que con el tiempo eso puede cambiar. —murmuré al ver la tristeza en sus ojos.

-¿Lo puedo cargar? —preguntó Tessa y mordí milabio pasándole a Mateo. —es tan lindo, se parece a ti, pero con ojos azules. —sonreílevemente sentándome en el sofá cuando pasamos a la sala. 

Atado a ti por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora