-¿Le pediste ayuda a Jasón? A la próxima que quieras que las cosas salgan cómo esperas dile a Carmen o a Marcus. —él sacó las esposas de la canasta y mordí mi labio negando despacio. —no usaré eso...tengo un pequeño problema con estar esposada o atada...
-Pero no es necesario que las uses tú. —levanté mi ceja mirándolo curiosa y me acerqué a él colocando mis manos en su pecho. —estoy dispuesto a probar esto en mí, úsame a tu antojo.
-¿En serio quieres que te ponga las esposas? —sonreí bajando mis manos al borde de su playera, pero antes de levantarla sujetó mi mano entregándome las esposas. Se quitó la playera aventándola a alguna parte de la habitación, mientras él terminaba de desnudarse yo disfrutaba de la vista de su abdomen marcado y reí sonrojada cuando se dio cuenta que me lo estaba comiendo con la mirada.
-¿No crees que tu ropa está estorbando demasiado? —el tono de voz se volvió más ronco y cuando acercó sus manos para levantar mi blusa coloqué las esposas en una de sus muñecas negando despacio.
-Querías jugar, o ¿no? —sonreí haciendo que se sentará en la cama y levanté sus brazos colocándolos a los costados de su cabeza esposándolo. Lo empujé suavemente haciendo que se acostara en la cama, al levantarme quité mi ropa sintiendo la mirada de Matt sobre mí en todo momento.
-Jod*r...debí esperar para usarlas...quiero tocarte, necesito tocarte. —relame sus labios levantando un poco sus caderas cuando acaricié su abdomen. —Ann... por favor no me hagas esto. —saqué un lubricante de la canasta y coloqué una buena cantidad en la punta de su miembro. —cariño jod*r te juro que vengare de esto.
-¿Vengarte? ¿Por qué? No estoy haciendo nada malo. —mordí mi labio sujetando su miembro y comencé a masturbarlo lentamente. Él movió sus caderas un poco más rápido, sonreí moviendo mi mano más rápido, al verlo se encontraba con sus ojos cerrados, el ceño levemente fruncido y sus labios entreabiertos gimiendo bajo. —no es necesario los condones así que tranquilo, tengo el implante.
-¿En serio? Entonces no hay problema, cariño y sabes muy bien porque me vengaré...lo hace lento para...mmh...jod*r. —jadeó y apretó su mandíbula echando su cabeza hacia atrás. Sonreí dejando de mover mi mano y me acomodé alineando su miembro en mi entrada, bajé lentamente apoyando mis manos en su pecho. —jod*r amor quita las esposas, quiero tocarte, necesito tocarte ya. —ordenó y lo miré negando despacio, comencé a dar suaves brincos gimiendo bajito al sentir mis paredes internas abrirse.
Los brincos comenzaron a ser más rápidos e intensos, los gemidos de ambos se escuchan por toda la habitación mientras lo veía forcejear un poco para tratar de quitar las esposas, pero fue en vano. No tarde mucho en quitarle las esposas y en cuanto lo hice sus manos se posaron en mis caderas ayudándome a brincar con más fuerza. Hice mi cabeza hacia atrás sintiendo los golpes de su miembro en mi punto g y subió su mano colocándola en mi nuca inclinándome hacia él besándome desesperado.
Su mano bajó a mi cuello apretando sin lastimarme y me sujetó de las caderas levantándome para salir de mi interior, lo miré frunciendo mi ceño, pero solo me sonrió dejándome a su lado para levantarse. Sujetó mi pierna en cuanto estuvo de pie cerca de la orilla en la cama y me jaló hacia él colocándome boca abajo con mis caderas levantadas. Sus manos se posaron en mis nalgas, amasaba y separaba dándole lugar a su lengua, atravesando esa franja rosada, su lengua se enroscaba sobre mi interior, frenética probando y degustando.
-malditamente perfecta. —murmuró enterrando sus dedos en mi piel, sentía cómo su lengua se deslizaba entre mis labios inferiores haciéndome mojar más y retorcer de placer. —eres mía. —gruñó.
-J-jod*r. —jadeaba sintiendo una corriente por todo mi cuerpo al sentir la nariz de Matt rozar mi piel. Mordía mi labio abriéndome lo más que puedo para él. —Matt...por favor, soy toda tuya, te necesito. —susurraba sintiendo mis mejillas calentarse, elevé mi trasero lo más que puedo mientras mi pecho se queda pegado en la cama. —jod*r...hazme tuya, hazme el amor. —susurré mirándolo de reojo y suspiré enamorada cerrando mis ojos al sentir su lengua en mis paredes húmedas.
*Narra Matt*
Matt rozaba su nariz en los muslos de la contraria mientras yacía en la cama expuesta para él. Era Anahí oliendo exquisito, Anahí en cuatro dispuesta a recibir su miembro erecto en esas paredes húmedas una y otra vez.
-No tienes que pedirlo, vas a tenerlo todo, cariño, todo lo que me pidas...jod*r. —daba cortas lamidas en mi delgada línea empapada de sus fluidos. Tocaba el vientre de Anahí, tomaba lugar posicionándome detrás de ella. Llené su interior cuando mi p*lla entró de golpe. —toca...siente la punta, cariño. —llevé su delicada mano hasta su vientre haciendo que sintiera como mi p*lla golpeaba una y otra vez. Era llenada, tan llena que tendría de sobra. —mi bonita, eres tan encantadora, Ann...sientes como me aprietas amor, apuesto a que lo sientes.
-S-sí, si lo siento, Uhm...Matt jod*r...me llenas tan bien, te sientes tan bien cuando aprieto tu p*lla. —ella murmuraba colocando sus ojos en blanco al sentir las estocadas en su punto dulce. Apretaba sus paredes vaginales lo más que podía dejando su mano libre en sus nalgas enterrando sus uñas.
-Te sientes tan caliente, tan jodidamente bien. —me acerqué a lamer y besar el hombro pecoso de mi chica. impulsándome con fuerza contra ella, mi polla se hundía tan jodid*mente bien en su interior. Sonidos obscenos y húmedos en cada choque de nuestras pieles. La habitación se inundaba del aroma a sexo, ruidos, chasquidos, jadeos, gruñidos. —mie*da...ya casi, Dios. —me inclinó a besar su boca, recibía su lengua y el tacto de su saliva sobre la mía, sin desatender esas caderas desobedientes que se alejaban. — ¡No te alejes! No te atrevas. —gruñí palmeando su trasero, embistiéndola, gozando de ser atrapado y absorbido por ella.
-Mie*da Matt, me pones caliente. —gimió fuertemente retorciéndose de placer apoyando sus manos en la cama y apretando las sábanas con fuerza. —mmm...jod*r sí, así...más, más. —ella apegó más su espalda a mi pecho besándome apasionada, metiendo su lengüita acallando mis gemidos. —aah...quiero más por favor. —lloriqueaba quedándose quieta y mordí su labio jalándolo hacia mí. —te amo mucho, dios te amo Matt. —su mano tocó su frente limpiando el sudor de esta, acomodó su cabello hacia atrás. Apoyó su mejilla sobre la almohada dejando sus manos detrás de la espalda. —j-jod*r si, lléname de tu semilla, lléname toda. —chillaba rogando por más al sentir que estaba a punto de correrse, algo que jamás imaginé que llegar a hacer, no voy a negar que me sentí tan jod*damente bien al provocar eso en ella.
-Cariño, mie*da gimes tan espectacular, me encanta escucharte. —susurraba sobre sus labios, besaba al sujetarla de sus mejillas para acercarla a mi rostro y tomaba su lengua contra la mía. Le enterraba la p*lla una y otra vez, la atravesaba para tocar su vientre con la punta de mi cabeza hinchada. El orgasmo se avecinaba queriendo explotar, derramar mi semilla en su interior hasta desbordarla de semen. Embestidas toscas, lentas y otras tan profundas tocando lugares recónditos de su interior. Lugares que él mismo había conocido, pero se avecinaba explorando. — ¿Lo quieres mi amor? ¿Quieres que te llene? —besé el lóbulo de su oreja, cuando por un momento todo se detuvo y mi semen se disparó en todos sus puntos internos, la estaba rellenando tan bien, sin dejar un espacio sin el viscoso líquido derramándose, marcándola. Su humedad resbalaba por sus piernas, un poco de semen caía, lo poco que se exprimía y alcanzaba a salir. —aquí lo tienes cariño. —no es por presumir, pero soy lo bastante dotado, desbordaba los niveles de ser grande solamente. —eres perfecta, mi hermosa chica...que hice para tenerte, jod*r, eres mía...tanto como yo soy tuyo.
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Atado a ti por siempre.
Storie d'amoreMatthew Carpenter es un exitoso empresario que perdió a su esposa Allison, una agente encubierta de la CIA, que murió por salvarle la vida a Matt. Para salvar la reputación de su empresa, su padre lo obliga a casarse con Emily, su ex novia de la uni...