Capítulo 5:

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Pensé que sería súper incómodo para mí, pero la verdad es que ha sido todo lo contrario

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Pensé que sería súper incómodo para mí, pero la verdad es que ha sido todo lo contrario. Nath es un total encanto conmigo y me ha sido imposible no reírme con sus locuras.

Es un chico realmente inteligente y nos es muy fácil conectar las ideas, por lo que el trabajo progresa con rapidez y es entretenido de hacer estando los dos juntos.

En estos momentos intento reprimir una carcajada, pero no consigo resistir mucho más, así que me cubro mi boca para no hacer tanto ruido. Nath sí se ríe abiertamente.

-¿Cómo es posible que hayas logrado salirte con la tuya de semejante forma? A mí me hubieran atrapado enseguida -comento luego de haber respirado hondo, recuperando el aire.

Ya no estamos estudiando, estamos contando anécdotas de la escuela y debo admitir que Nath me gana con sus ocurrencias.

-No es tan difícil. Es simplemente mantener vigilada a la bibliotecaria para que no lo descubra mientras alguien más busca entre sus documentos. Después de clase no se puede, así que toca hacerlo mientras está en la escuela.

-¿Y por qué no mientras sale a comer algo?

-Porque está saliendo con alguien y ese alguien le lleva el almuerzo a su puesto.

Alzo una ceja mirándolo y él se ríe negando con la cabeza.

-No son un acosador, sólo la vigilamos un tiempo para descubrir sus movimientos.

-Suena bonita la forma en la que acosaban a la bibliotecaria para poner la firma de aquellos libros, Nath.

Él se queda mirándome fijamente y yo me cohíbo un poco.

-¿Qué pasa? -él se queda en silencio y termina sonriendo suavemente.

-Hace mucho que nadie me llamaba Nath.

Mierda, se me ha escapado.

Eso te pasa por llamarlo con tanta confianza en tu cabeza.

No te he oído quejándote.

Ni me oirás, querida. Por mí ni lo llames, sólo bésalo.

Okey... Wtf? Sacudo mi cabeza y antes de darme cuenta Nath suelta una risa baja.

-¿Qué ha pasado por esa cabecita tuya? -me sonrojo inmediatamente- te ves tierna cuando te sonrojas -y pues claro, me sonrojo aún más.

Me aclaro la garganta y lo miro tratando de recuperar la confianza que tenía hace un momento.

-¿Tu mamá no te llama Nath? Y perdón si te incomodé, no fue mi intención -él amplía su sonrisa.

Señorito, no ayudas a que me mantenga como una persona normal y no idiotizada por tí.

-Soy hijo único lo cual me hace ser un bebé consentido, por lo tanto, para mi madre soy Bebé, y cuando me porto mal soy Nathaniel Hilton.

-Así que bebé, ¿No? Perdona, pero me da risa -digo conteniendo las ganas de reírme. Nath me mira mal, pero luego se ríe junto conmigo.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora