Capítulo 25:

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-¿Sam? ¿Estás despierta?

Los tres hacemos silencio. Oshlen tiene que cubrir sus labios para no reírse y Nath sonríe divertido cuando escondo mi rostro en su cuello evitando hacer ruido.

-¿Y si está en el cuarto de Nath? -susurra Maura a su lado. Escucho como Lorena bufa y toca la puerta con precaución para que no se le escuche en el pasillo.

-Pasamos por ahí y no había señales de vida. Y de ninguna manera pienso colarme en la habitación de mi cuñado, menos aún habiendo altas probabilidades de que esté en paños menores o peor, como Dios lo trajo a este mundo.

No logro escuchar más pero sé que están susurrando. Oshlen agacha su rostro hasta mi regazo para no soltar una carcajada y a mí se me escapa la risa por lo que Nath me aprieta contra su cuello. Sentir su cuerpo vibrando por la risa que contiene no ayuda en lo absoluto a alivianar la diversión de que no nos pillen.

-Vámonos, no está aquí -murmura Maura.

Escucho un chasquido de lengua junto al sonido de la puerta abriéndose más.

-¡¿Qué haces, loca?! -pregunta Lorena.

-A ustedes les da vergüenza ver a mi hermano en paños menores, a mí no. Háganse a un lado. -Esa es la voz de Natalia.

Se sienten sus pasos adentrándose a la habitación y luego el sonido de la puerta cerrarse sigilosamente. Acto seguido se enciende la luz y es cuando Oshlen y yo levantamos la cabeza viéndolas con diversión y terminamos estallando en ruidosas carcajadas los tres.

-Así que sí estaban aquí, sinvergüenzas -nos acusa Maura entrecerrando sus ojos hacia nosotras y yo tengo que limpiarme las pequeñas lagrimillas que me salieron de tanto reír.

-Fue idea de Nathaniel, que conste -habla Oshlen entre jadeos por la risa y Lorena se acerca a toda velocidad saltando sobre él. Toma una almohada con la que le golpea -con suavidad, obviamente- la cara y la cabeza, eso sólo provoca que Nath y yo riamos más aún. Maura se nos suma mientras anima a Lorena que le pegue más.

-Sabía que estaban aquí -dice Natalia con una sonrisa y junto a Maura se acerca hasta sentarse en la cama. Cuando ve que Lorena sale de encima de Oshlen le da una amplia sonrisa al segundo y lo saluda con entusiasmo, entusiasmo que no es tan correspondido por mi amiga y que ninguno pasa desapercibido.

Me aclaro la garganta y rápidamente saco un tema de conversación que desvíe la atención de lo que acaba de pasar, que ya bastante mal se encuentra Lenie con todo esta tensión y no quiero que termine yéndose para no hacer sentir mal a nadie.

-¿Vienen a contarme algún chisme o a disfrutar de mi maravillosa y exclusiva compañía? -sonrío burlona a la vez que sacudo mi cabello con mis manos de manera egocéntrica de un lado a otro. Todos ríen y yo continúo sacudiendo mi cabello como si hablara muy enserio.

-Pensábamos que estarías en la cena, pero no te vimos -me dice Maura acostándose y recostando un lado de su cabeza en el regazo de Natalia. La mencionada comienza a jugar con el cabello de mi amiga pero veo como disimula siempre que puede para echarle miraditas a Oshlen.

-Sí fui a la cena pero llegué temprano y me permitieron traer la comida a la habitación -señalo la bandeja que está a un lado en la mesita.

-¿Y por qué no nos esperaste? -Lorena hace un puchero.

-Porque un pajarito me contó que andaban teniendo una sesión de spa en la habitación de Maura y verdaderamente me daba bastante pereza ponerme cosas en la cara cuando ya lo hice antes de venir.

En parte es cierto, pero en parte no lo es tanto. La verdadera razón de que no entrara es que estaban todas las chicas del grupo y no soy fan de estar rodeada de tanta gente, así que agradecí que mi novio y mi mejor amigo vinieran y más aún agradecí que me propusieran ver películas de terror mientras comíamos comida chatarra.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora