Capítulo 36:

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Dos semanas.

Marlon y Lorena llevan dos semanas desaparecidos y todas las autoridades están atentas a cualquier persona con sus características porque deben ser hallados lo antes posible.

La madre de Lorena está histérica. Declaró a la policía que su hija llevaba días comportándose de manera extraña, y que cuando le preguntó qué le sucedía, ella le contestó feliz de la vida que tenía novio, uno mucho mayor que le estaba dando nuevas experiencias.

En otras palabras, Marlon y Lorena llevaban semanas saliendo a escondidas de todo el mundo. Y sí que supieron ocultarlo, porque absolutamente nadie sospechó de nada hasta que pasó lo de la droga en la casa de la Sra Thomas, quien por cierto, cada vez que conversamos, deja caer de manera "muy casual" la sugerencia de retomar el equipo de las animadoras, ya que aún no ha anunciado que nuestro colegio no se presentará por la disolución del equipo. Sin embargo, en estos momentos lo último que tengo en mi mente es la competencia. De hecho, en mi mente sólo hay lugar para una cosa:

Nath.

Al pertenecer al mismo grupo de amigos pensaba que lo vería, pero no fue así. Me ha estado evitando abiertamente y eso me ha dolido más de lo que puedo admitir. Oshlen se niega a hablarme sobre él, al igual que Natalia, tan solo su madre me ha dado noticias pero son tan escasas como que me dice: "Se encuentra bien de salud, lo demás no tengo idea".

Eso ha dado lugar a un sentimiento que jamás pensé que sentiría por él: enojo, junto a una gran decepción.

Estoy más que segura de que esa no era la manera en la que pudimos afrontar esto, pero claro, ni siquiera eso pude decirle, puesto que no me dio oportunidad de decir nada. Tomó la decisión por los dos y se fue sin derecho alguno a réplica.

Quizás eso explique mi carácter de mierda de estos últimos días. O más bien, mis ojeras, o más bien mi repentina delgadez.

En conclusión, me encuentro enferma de amor, como una vez Oshlen lo llamó intentando ser gracioso. Que conste que a mí no me dio ni una pizca de gracia.

Por otro lado, hay un factor que ha cambiado en mi día a día. Nada más y nada menos que Xelianna Thomas, o como todos le decimos, Anna.

Desde que salí del hospital no ha dejado de preocuparse por mí y mis amigas, disculpándose cada que puede o surge el tema de la desaparición de Marlon y Lorena. Hubo un día en el que tuve que reír porque Maura, harta de verla lamentándose, le amenazó con lanzarle su blog de notas si volvía a disculparse.

La evolución personal que Anna tuvo se vio un tanto interrumpida con lo sucedido, pero aunque le aseguramos que no es la culpable ella nos dice que le sucede algo diferente. Y ese algo es lo que nos contará el día de hoy, tal vez por eso luce tan nerviosa cuando se acerca a la mesa de la cafetería en la que estamos sentados todos. Bueno, todos menos Nath, obviamente.

—Oye, Sam —Maura murmura llamando mi atención. Dejo la revista que estaba ojeando para verla. Señala con la barbilla la mesa de la esquina del local—, como que tus nuevos guardias están muy buenos. Me caen mejor que los anteriores.

Sonrío.

Si bien los antiguos guardias no eran precisamente feos, hay que admitir que estos son condenadamente guapos. Mi padre se alivió de que fuera yo quien se lo pidiera y no él quien me los tuviera que imponer por segunda vez. En esta ocasión, los guardias sí hacen bien su trabajo, además de que me tratan genial y se esfuerzan siempre en mantenerse al margen de mi vida social para no hacerme sentir incómoda.

Cuando Anna hace su pedido todos nos quedamos viéndola. Aún así ella se hace la distraída mientras revisa su teléfono. Natalia se aclara la garganta ruidosamente.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora