Capítulo 26:

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Desconocido:

¿No estás teniendo una sensación de deja ahora mismo? Porque sí, querida, te recomiendo que vigiles mejor a tu cuñadita.

¿Qué tal si te revisas el maquillaje?

No es necesario avisar a nadie, porque Oshlen, quien está justo a mi lado, acaba de leer el mensaje conmigo, así que ambos corremos a toda prisa hacia el único lugar en el que puedes retocarte el maquillaje —sin contar los casilleros, claro—, el baño de chicas.

A Oshlen no le importa en lo absoluto empujar a la gente y honestamente, a mí tampoco. Maura sigue teniendo pesadillas sobre lo que le ocurrió la noche de la fiesta, no quiero que Natalia pase por lo mismo siendo tan pequeña.

—¿Tienes idea...?

—El primer piso —contesto agitada por la carrera sabiendo muy bien su pregunta, fue lo primero que pensé en cuanto leí la última parte del mensaje.

La vez anterior no fue tan considerado en darme una pista sobre dónde se encontraba Maura.

Cuando llegamos a nuestro destino intentamos abrir la puerta pero está cerrada y se escuchan voces dentro. El llanto de Natalia es más que notorio junto al sonido de puñetazos y patadas.

No puede ser...

Oshlen está fuera de sí. Se echa hacia atrás y golpea con fuerza la puerta contra su hombro. Esta no cede.

Lo hace un par de veces más y los ruidos de adentro se detienen. Yo no sé qué hacer, bueno, no lo sé hasta que nuevamente, recurro a lo mismo que la vez anterior, sólo que con alguien diferente.

Corro hacia la puerta y comienzo a patearla. Duele como el demonio pero no me importa, pateo y golpeo con fuerza hasta que grito.

—¡A quien sea que esté allá dentro llamaré a la directora y si es necesario también a la policía! ¡Abran la puta puerta de una vez!

La vez anterior me tardé demasiado por estar cagada de miedo, pero en este caso, al no tener al enemigo de frente, me es más fácil sacar mi teléfono y llamar a la directora así que en cuanto marco su número y ella me responde bastante animada, la alegría desaparece de su voz cuando le cuento lo que está sucediendo.

Pasa menos de un minuto para que aparezcan la Sra Thomas junto al entrenador, el guardia de la entrada y Marlon acompañándola, todos llegan corriendo. Oshlen sigue golpeando la puerta del baño con rabia y Marlon se le une. Es cuando la directora me aleja para que no me lastime más que me doy cuenta de mi cuerpo está temblando. Me duelen los brazos y las manos, pero lo ignoro. Sólo quiero saber que Natalia se encuentra bien.

Marlon cuenta hasta tres desde unos metros de distancia y junto a Oshlen corre hacia la puerta hasta que esta por fin cede abriéndose de par en par. La imagen que encontramos dentro hace que trague todas las lágrimas que amenazan con salir para enfocarme en ayudar...

Ayudar a Natalia, que sigue con el uniforme de porrista, pero amarrada y amordazada mientras llora desconsoladamente.

No hay nadie más en todo el baño. Lo sé porque el guardia se encarga de abrir todos los cubículos en busca del agresor, pero no está. Se fue.

Oshlen corre hasta mi cuñada y yo hago una nueva llamada fijándome en su lamentable estado. Tiene un ojo hinchado y el cuerpo lleno de salpicaduras de sangre por los golpes. Comienzo a ver borroso pero ignoro mis lágrimas y me agacho para ayudar a Oshlen a desatarla, lo cual hacemos con un inmenso trabajo porque las cuerdas están demasiado apretadas, tanto así que se le ven las marcas rojizas en la piel.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora