Capítulo 32:

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-¡Joder! ¡Qué bien se siente no tener dos sombras detrás de mí! -exclamo riendo y mis amigos sueltan una carcajada.

-Y no eres la única que se siente así, Samy -Javi se señala a sí mismo y luego a los demás, quienes asienten totalmente de acuerdo con él -aún tengo en mi mente la mirada asesina que nos ponían cada que nos acercábamos a tí.

-Mirada que a mí me daba bastante igual, honestamente -opina Junior y Maura suelta una risita.

-A mí me encantaba hacerles saber lo bien que me caían.

Todos nos volvemos hacia ella. Oshlen reprime la risa. Maura se encoje de hombros sin dejar de caminar.

-Este es el momento en el que les agradezco a todos por no abandonarme e intentar convencer a mi papá.

-Ay, tontita. Para eso estamos los amigos -me sonríe Lorena. Los demás apoyan sus palabras y yo les agradezco una vez más.

-Aún me estoy preguntando quién fue el ganador que logró hacer entrar en razón al Señor Anderson -murmura Oshlen, quien se encuentra a mi lado. Nath deja caer su brazo sobre mi hombro y yo río cuando alza su barbilla de manera orgullosa.

-No fue ninguno de ustedes. Y aunque yo tampoco tengo el privilegio de presumir ser el ganador, mi madre sí que lo tiene.

-Joder, ¿Fue Alexsa? -Oshlen se asombra. Natalia asiente con entusiasmo.

-Aún no sé muy bien lo que hizo, pero sí recuero como me informó que iría a hablar con Juan para que entendiera de una vez por todas lo que le estaba haciendo a Sam con esos acosadores.

-Amo a tu mamá, es todo lo que puedo decir - concluye Oshlen y junto con Javi hacen high five mientras ambos ríen.

-Sí, nosotros también -bromea Nath y ahora reímos todos, o al menos lo hacemos hasta que todos notamos algo extraño e inusual.

Normalmente, luego de la primera competición en la que tanto el equipo de fútbol como las animadoras ganamos, cuando regresamos al colegio los demás nos lanzaban miradas curiosas e incluso algunos se acercaban a saludarnos como si fuéramos celebridades.

Al principio, por mera educación correspondía a los saludos. Nath lo hacía algo renuente y no entendía por qué.

Supongo que ha llegado el momento de saberlo.

Apenas ponemos un pie en el instituto todo el pasillo se queda en un absoluto silencio mientras nos dan miradas bastante sospechosas.

-¿Qué está pasando? -murmura Maura enlazando su brazo con el de Lorena, quien está más enfocada en su celular que en las miradas que no dejan de darnos a medida que avanzamos.

-Okey, esto es raro... -susurro para mí misma, pero el leve apretón que me da Nath en el hombro me hace saber que me ha escuchado.

-Hay un chisme sobre nosotros, y no tardaremos mucho en descubrir de qué se trata.

-¿Un chisme? -frunzo el ceño-. Pero, ¿Cómo que un chisme?

-No tienes que darle muchas vueltas, Sam. Ya veremos con qué invento se salieron ahora.

***


-¿Tienes algo que decir al respecto, Anna?

-¿Qué quieres que te diga, tía? ¿Que soy la responsable? Pues para tu desgracia no lo soy.

La Sra Thomas suspira rindiéndose y yo me recuesto en la butaca. Esto tiene pinta de ser para largo.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora