Capítulo 11:

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La suave brisa con olor a salitre hace que mi cabello se agite y tenga que acomodarlo más de una vez

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La suave brisa con olor a salitre hace que mi cabello se agite y tenga que acomodarlo más de una vez. Las leves cosquillas en mi rostro me hacen sonreír. Este día ha sido algo parecido a una montaña rusa en cuanto a emociones.

Cuando mi cabeza comenzaba a darle sentido a muchas de las escenas, palabras y situaciones que me habían sucedido, él volvió a aparecer. Cuando pensaba que todo estaba dicho a pesar de lo que gritaban nuestros ojos, él se presentó una vez más frente a mí y una vez más, volvió un caos mi cabeza.

Nathaniel está volviendo mi vida un caos, pero este caos, inexplicablemente, me encanta y comienza a volverse adictivo. Por eso, cuando su mano tomó la mía en la entrada del colegio no lo detuve Me dejé llevar por él y por lo que su mirada me gritaba: un nuevo comienzo en nuestra historia.

Siento sus dedos acariciar con suavidad mi cabello y sonrío antes de voltearme a verlo. Sus brazos me rodean la cintura y no me contengo en recostarme en su espalda. Disfruto de su calor corporal en medio de la fresca brisa que nos recorre. Él apoya su barbilla en mi hombro, y nuestros dedos están entrelazados en mi abdomen. No quepo en mí de felicidad. No cuando finalmente, Nathaniel me dio la oportunidad que tanto había querido.

No sé si fue casualidad, o el destino, porque no me acerqué en un momento de valentía, simplemente fue algo que sucedió y que cuando me acurruco contra él me dedico a agradecer. Porque si no fuera por ese encuentro inesperado en la biblioteca, a oscuras, en estos momentos no estaría abrazada a Nathaniel, en la orilla de la playa.

Luego de que Oshlen nos diera la noticia de que fue aceptado en el equipo de fútbol del colegio lo abrazamos y felicitamos con mucho entusiasmo y llenos de orgullo. Claramente sabíamos que sería aceptado, así que Javier junto a Lorena ya tenían organizada una pijamada en la casa de la playa de Javi. Porque sí, Javier es el ricachón del grupo y le encanta presumir de ello cuando de fiestas y actividades se trata.

Cuando Oshlen llegó junto a Nath nos sorprendimos bastante, pero más yo, puesto que unos minutos antes, Nath y yo habíamos tenido una conversación bastante... profunda, pero con una respuesta dada y una decisión tomada.

Él ignoró mi sorpresa y me sonrió como si nada pasara. Después siguió de largo junto a Oshlen hacia la camioneta donde el padre de Javi nos esperaba para traernos aquí. Así, sin más. Javi y Lorena estaban más que curiosos sobre la situación, pero yo no sabía qué decir, estaba tan sorprendida y confundida como ellos.

Durante el viaje el resto del grupo -Maura y Junior estaban ya en la camioneta- se dedicaron a conversar y cantar festejando la entrada de Oshlen al equipo y la bienvenida de Nath a nuestro grupo de amigos -sí, eso al parecer fue idea de Oshlen y nadie puso queja u opinó al respecto-, yo me mantuve apartada en mis propios pensamientos. No sabía qué sucedería a partir de allí.

Cuando el padre de Javi nos dejó acá y se fue yo no tardé en venir directamente a la orilla del mar. Necesitaba aire fresco para asimilar la presencia de mi crush tan cerca. Porque aunque ya no me encontraba tan nerviosa por su presencia, sí me ponía ansiosa la incertidumbre.

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora