Capítulo 19:

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—¿Qué están haciendo? —pregunto al llegar a la parte trasera del terreno del colegio, que es donde hemos estado ensayando desde que toda esta locura de la competencia comenzó.

Lorena me ve como si hubiera hecho la pregunta más tonta del mundo antes de contestarme.

—Ehh... ¿Estirar...? Deberías estarlo haciendo tú también, pero llegaste tarde, chica responsable —se burla de mí a la vez que se estira hacia adelante soltando un gemido de alivio.

Pongo mis ojos en blanco, divertida.

—He llegado a la hora exacta, y me alegra ver que han comenzado minutos antes para ahorrar tiempo. Sin embargo, creo que me veré en la obligación de hacer una imitación de lo que hizo Maura ayer. —Todas me ven con intriga cuando hago una pausa dramática sin dejar de sonreír. —Tienen diez minutos exactos para ir a los vestidores y cambiarse la ropa. Como no han dado brincos no necesitan ducharse.

Se produce un largo silencio donde todas me ven sin comprender.

—¿Vamos a ensayar en otro lugar? —pregunta Roxy un tanto confusa. Yo niego con la cabeza.

—Nop, vamos a tener una tarde de chicas.

Todas se ven entre todas y es gracioso como fruncen el ceño casi que al mismo tiempo. Luego me ven a mí y sus expresiones entre estupefactas y perplejas ante lo que acabo de decir hace que apriete mis labios para no reír.

—Sam, ¿Eres consciente de que mañana vamos a competir? — pregunta Lorena casi en un susurro y yo asiento con entusiasmo. Sin derecho a réplica alguna me giro y comienzo a caminar.

—¡Nos vemos en la entrada del colegio! —y sigo andando como si detrás de mí no tuviera un coro de chicas gritando mi nombre.

Anoche lo estuve pensando bastante. Si algo noté a medida que ensayábamos más y más, era que llegamos a un punto en el que el estrés, la presión y las diferencias de opiniones pueden hacer que explotes, y te hacen reaccionar de manera negativa, al punto en el que luego terminas arrepentido por lo que hiciste o dijiste. Nuestro último ensayo fue muy bien, sin embargo, el anterior a ese fue bastante tenso y estresante, por eso decidí que hoy, un día antes de la competición, nos tomaríamos la tarde para nosotras. Una tarde de chicas llena de diversión y momentos alegres.

A los diez minutos de esperarlas en la entrada las veo llegar aún con su expresión de extrañeza en el rostro, pero sin inmutarme les hago una seña para que suban a la camioneta del padre de Javi —quien atendió mi llamada a las dos de la mañana y sin protestar por haberlo despertado me aseguró de que tendría el transporte listo— y luego de que todas están arriba es que yo me subo. Ellas me ven expectantes ante mi silencio.

Al parecer es Laila quien no puede contenerse de expresar la duda de las demás.

—¿Suspenderás el ensayo por algo que podemos hacer luego en el caso de que ganemos? —veo que todas están atentas a mi respuesta. Yo frunzo el ceño ante sus palabras.

—¿En el caso de que ganemos? —le pregunto inclinándome un poco y apoyando mis codos sobre mis rodillas —habrás querido decir cuando ganemos. —Respiro hondo antes de continuar. —Casualmente el tema inicial de la conversación de hace un par de días en el almuerzo fue que todas teníamos ganas de despejar y que por los ensayos y las pruebas constantes no habíamos podido hacerlo. Hoy es ese día —anuncio con una gran sonrisa. Ellas —todas— arrugan las cejas y ya sé lo que van a decirme.

—Hoy es día de ensayar, no de ir de compras... —refuta Lorena y yo alzo mi mano en un gesto de que no siga hablando.

—Todo en exceso es malo. La coreografía está perfectamente bien. Ahora, lo que debemos hacer es darle paz mental y motivación a nuestro cuerpo, así que el itinerario de hoy es este: iremos al cine a ver una comedia cualquiera, luego a Burguer King, y por último tendremos una tarde relajada donde nos podremos mascarillas asquerosas y nos confesaremos cosas locas. ¿Alguna duda?

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora