Capítulo 10:

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No sé desde cuándo soy tan valiente frente a él, pero aprovecho la falta de timidez en esta ocasión

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No sé desde cuándo soy tan valiente frente a él, pero aprovecho la falta de timidez en esta ocasión. Lo más probable es que se deba a que no he reparado su físico. Hoy no vine a admirarlo, vine porque quiero respuestas.

Nath maldice por lo bajo y se levanta del banco donde se estaba colocando los zapatos. Toma mi mano y salimos del vestidor hacia el otro lado de las gradas, una zona bastante solitaria y hermosa, porque se ve perfectamente el atardecer.

Nath se voltea hacia mí y su expresión no cambia, sigue tan serio como cuando entré al vestidor.

-Creí haber sido claro contigo la noche de la cena, Samay.

-Me da igual lo claro que hayas sido, Nathaniel. Quiero respuestas, y me las vas a dar.

-¿Por qué? ¿Te las debo acaso?

-Sí, me las debes -le reclamo en frustración. Él resopla fastidiado y yo me cruzo de brazos. Vengo muy determinada y al parecer él lo nota.

-Sam... -oh, paso a ser Sam ahora - no compliquemos más las cosas, por favor.

-¿Qué es lo complicado? Explícame para poder entenderte. Todo iba bien hasta que te conté lo que hizo Anna. ¿Acaso le tienes miedo?

Nathaniel me mira tan frustrado que termina dándome la espalda. No entiendo qué sucede y su silencio tampoco ayuda a que comprenda.

-¿No confías en mí? Sé que llevamos poco tiempo de conocernos, pero pensé que... por lo insistente que fuiste en acercarte a mí... era porque me tenías confianza.

Él se voltea para enfrentarme y su mirada tan intensa me hace bajar la mía. De pronto siento ganas de llorar. ¿Y si me ilusioné demasiado pronto? ¿Y si Nathaniel nunca tuvo intenciones de ser mi amigo y solamente estaba aburrido? Ya no sé ni qué pensar a estas alturas.

Cuando alzo la mirada él me está viendo y su semblante ha cambiado radicalmente. Ahora se muestra totalmente enfadado.

-Todos los pensamientos que ahora cruzan por tu cabeza los puedes dejar ir, Samay. Nunca ha sido mi intención jugar contigo, no soy esa clase de persona.

Asiento y reprimo las lágrimas que por un momento amenazaron con salir. Me estoy poniendo nerviosa y un tanto ansiosa. Debo calmarme si quiero que las cosas mínimo salgan bien y podamos entendernos. Respiro hondo y me aclaro la garganta antes de volver a mirarlo a los ojos. Fui yo quien lo buscó, así que debo ser fuerte.

-Entonces dame una explicación válida para poder comprender por qué te fuiste así. Sólo necesito eso, nada más.

Nathaniel por un par de segundos que se sienten eternos no dice nada. Luego, repentinamente, se acerca a mí y apresa mi rostro entre sus manos, tomándome desprevenida. No me esperaba para nada esa acción de su parte.

Antes no quería detallarlo, pero tenerlo así de cerca, mirándome a los ojos tan fijamente se me hace imposible no admirar todas sus hermosas facciones. ¿Por qué tiene que gustarme tanto?

El Secreto de NathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora